100 EMPRESAS
A Fanalca ni el paro la detuvo, pero sí le aumentó su compromiso social
Pese a las manifestaciones y bloqueos del primer semestre de 2021, Fanalca creció en sus negocios por encima de 15 por ciento. Pero, además, esta tensión social también le sirvió para ponerse en los zapatos de los jóvenes que protestaban.
Tras mantener todas sus plantas de producción paradas por más de un mes, el grupo empresarial vallecaucano Fanalca, con 64 años fabricando motos, autos, autopartes, productos de acero, confecciones, y operando sistemas de transporte masivo, entre otros negocios, cerró un ‘duro’ 2021 con un balance positivo.
El panorama no era el mejor en el primer semestre de 2021, en medio de los coletazos aún de la pandemia por covid-19, esta organización, así como el sector empresarial del país, se vio afectada por una serie de paros y bloqueos de lo que fue llamado como el estallido social.
“Me quedo con diez pandemias, pero sin un paro, el paro fue durísimo”, señala Joaquín Losada Fina, presidente del grupo Fanalca, quien relata que después de estar ‘parqueados’ por 45 días llegó un nuevo problema de logística desde el puerto de Buenaventura que afectó la importación de materia prima. Y aunque en el segundo semestre de 2021 la reactivación permitió recuperar las pérdidas económicas, y crecer más que otros años, la gran lección vino de la desconexión social.
El paro, como todas las crisis, trajo oportunidades. El balance que hace Losada, un año después, es que estas protestas permitieron al sector empresarial entender lo que estaba pasando. Reconoce, al igual que otros empresarios, que estos jóvenes tenían unos reclamos legítimos, escuchados en medio de “unas conversaciones muy duras, muy difíciles con empresarios de la región, y de ese proceso de escucha nació ‘Compromiso Valle’ con ProPacífico, pequeños empresarios y ciudadanos con los que logramos recaudar 53.000 millones de pesos”.
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Destaca de este programa la apertura de 100 comedores comunitarios para aliviar el hambre y los programas de empleabilidad, capacitación, educación y emprendimiento, que han impactado a más de 30.000 jóvenes. Además, se desprende de esta iniciativa el acercamiento de estos muchachos (en su mayoría de las zonas más vulnerables) a las empresas y a los empresarios, creando confianza. “Ahí cambia totalmente la conversación”, afirma el presidente de Fanalca.
Otro de los logros que resalta Losada de esta experiencia es que las fundaciones del Valle trabajaron interconectadas y no cada una por su lado, entre ellas la Fundación Fanalca. Han decidido enfocarse en la generación de ingresos rápidos para esta población. Por ejemplo, un programa de técnica de motos, por seis meses, en el que el joven sale con un certificado que le sirve para trabajar en cualquier sitio de Colombia. “De estas promociones se gradúan de 30 a 40 personas, y a los 30 días el 80 por ciento tiene empleo”.
Losada es un convencido de que para generar empleo hay que invertir y, por ello, trabajan con los accionistas de Fanalca, en un proyecto de acercamiento a donde está la mano de obra. La idea es montar una operación de confecciones en Agua Blanca, con lo que se generarían nuevos empleos, especialmente para las mujeres cabeza de familia.
La inversión también abarca la capacitación, clave en la generación de oportunidades, ya que en Cali esta empresa necesita más de 200 personas para cubrir las vacantes y no las encuentra. Esta organización emplea más de 30.000 personas directamente, en las operaciones en Colombia y por fuera del país. “Uno de los objetivos nuestros es crecer y generar empleo”.
Y llegó la recuperación
Tras el coletazo del paro y las aperturas graduales al disminuir los casos de covid-19 en el país, así como las estrategias para sortear nuevas dificultades, llegó a Fanalca la recuperación en el segundo semestre de 2021. Joaquín Losada Fina considera que se vio “una reactivación importante después del paro que les permitió tener un crecimiento por encima del 15 por ciento, frente a 2020, y al compararse con 2019 estamos creciendo 5 por ciento”.
Hay varios factores que han permitido la ‘acelerada’ en la demanda. “El mercado de motos, el año pasado, superó las 750.000 unidades, cuando el mejor año histórico era de 600.000 unidades, es algo que nos tomó por sorpresa a todos”.
El encierro por la pandemia permitió a muchos ahorrar, así que al poder salir decidieron comprar bienes como una moto. Las remesas que llegaron desde Estados Unidos también influyeron en la capacidad de compra de los clientes.
Para Losada, el mercado de motos en Colombia va a seguir creciendo. “Se volvió un país motero”, incluso con un crecimiento en mujeres que antes le tenían miedo a este vehículo. “Yo creo que el mercado de Colombia puede llegar a un millón de motos. Es una industria muy encadenada que saca la cara en Latinoamérica”, considera el presidente de esta organización, quien además anuncia la llegada de las motos eléctricas, para lo cual ultiman un par de alianzas y empezarán posteriormente su comercialización.
Este 2022 lo empezaron más acelerado que 2021 y confían en que este año va a estar muy bien en todas sus unidades de negocio, como organización, crecen al 30 por ciento. En el mercado de autopartes “no dan abasto” están exportando, este año, 6 millones de dólares y estiman que para 2023 exportarían 8 millones de dólares. Este éxito se da gracias a las decisiones tomadas cuando se quedaron con dos clientes (General Motors y Sofasa) tras el cierre de la planta de Mazda, y decidieron salir a exportar a Estados Unidos, apostándole a un mercado de nicho, como los delivery trucks (camiones para el reparto de domicilios), que con el crecimiento de las compras online es un gran negocio, incluso puede llegar a ser más grande que todo el mercado colombiano.
La incertidumbre política por las elecciones y la polarización no han sido impedimento para continuar con sus inversiones. De hecho, inauguraron recientemente el patio taller logístico de buses eléctricos del sistema de transporte público de Bogotá. “Es la operación más grande de este tipo en Latinoamérica y en Europa, con más de 400 buses eléctricos. Está ubicada al lado del Aeropuerto en Fontibón y es una inversión de más de 150 millones de dólares, porque no solo es el parque, sino todo lo que hay detrás. Genera 20 megas de energía, que es lo que consume Chía”, explica Losada Fino.
Esta es una de las grandes unidades de negocio de la empresa vallecaucana, que viene en crecimiento constante y que incluye la operación de sistemas de transporte como el de TransMilenio (operan el 20 por ciento) también el SITP, TranSantiago (en Santiago, Chile, donde operan el 25 por ciento del sistema), son el mayor alimentador del Metro de Medellín, y son socios de una de las operaciones del MIO en Cali.
No todo el negocio ha corrido a la velocidad que esta empresa acostumbra, factores como la inflación los han obligado a desacelerar en algunos momentos, pero con negociaciones y estrategias han sorteado las dificultades. Lograron negociar con sus proveedores en la India y en la China, para disminuir el impacto inflacionario.
El problema de los contenedores por el cierre de China los ha afectado también, pero les preocupan más los retrasos en logística para poder cumplir a los clientes. Y frente a la volatilidad del dólar, establecieron una política que permite cubrir tres meses de venta, independiente de si el dólar está en 3.000 o 4.000 pesos.
La innovación es la constante en esta empresa, que no para de crecer en lo nacional e internacional. Uno de los factores clave, en las últimas décadas, ha sido la transformación digital. Ahora están digitalizando el proceso de la venta de las motos, y siguen buscando oportunidades para ser una ‘industria 4.0’. “Uno siempre tiene que estar innovando y moviéndose”, enfatiza el presidente de este grupo.