Día Internacional de la Epilepsia
¿Cómo manejar los ataques de epilepsia en los perros?
Este trastorno se origina por alteraciones en el funcionamiento y formación de estímulos de células nerviosas en partes concretas del cerebro del animal.
La epilepsia es la enfermedad neurológica crónica más común en los perros. De hecho, tan solo en el Reino Unido, afecta a unos 53.000 canes, según datos del Royal Veterinary College. Dicho trastorno puede aparecer en la vida de los animales en diferentes momentos y es fácil de identificar debido a las convulsiones que sufren.
La epilepsia en perros se origina por alteraciones en el funcionamiento y formación de estímulos de células nerviosas en partes concretas del cerebro. En este contexto, es bueno que los tenedores de animales entiendan cómo reaccionar cuando sus mascotas se ven afectadas por este trastorno.
Cuando un perro sufre de convulsiones es determinante estar en calma y tener en cuenta las siguientes medidas de emergencia: llamar al veterinario, seguir las recomendaciones del experto, comprobar los valores sanguíneos y administrar benzodiacepinas si el veterinario así lo recomienda.
También hay que ubicar al perro sobre una superficie mullida, como una colchoneta o unos cojines, para que esté cómodo y no se haga daño debido a los fuertes movimientos corporales. Además, no se debe intentar sacar la lengua del perro, porque puede correr el riesgo de mordérsela.
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“El hecho de que el perro se muestre más nervioso e inquieto de lo habitual suele ser un aviso de que el animal va a empezar a tener convulsiones”, dijo Juan Antonio Aguado, veterinario y profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, en conversación con el medio Consumer.
La epilepsia en canes ocurre en cuatro fases: prodrómica, aura, ictus y fase postictal. En relación a los síntomas, los más frecuentes suelen ser los desmayos, orinar de manera involuntaria, las caídas, los calambres, las convulsiones musculares, ciertos movimientos de masticación, alucinaciones y la salivación excesiva.
“La epilepsia no mata, aunque resulta muy aparatosa y angustiosa para los dueños del animal. Los ataques no tienen efectos secundarios en el perro, a menos que se golpee o se muerda la lengua”, añadió el veterinario.
La epilepsia es incurable y por lo general requiere de un tratamiento durante toda la vida. En los casos que la epilepsia es detonada por un tumor cerebral o por una isquemia (disminución del aporte sanguíneo arterial), es una condición que amerita cirugía. Cuando los ataques son muy frecuentes, se debe aplicar un tratamiento a base de barbitúricos. “Pero solo se utiliza cuando es estrictamente necesario, porque este tratamiento sí tiene efectos secundarios”, concluyó Aguado.
Cabe destacar que algunos perros entrenados detectan ataques epilépticos en los humanos antes de que ocurran. Los canes con esta capacidad captan las feromonas o partículas olorosas que desprende una persona antes de sufrir un ataque. Estos perros captan un determinado olor corporal, sin importar la zona del cuerpo de donde procede.