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A los bogotanos ya no les gusta el plan de ir a ‘motelear’ y estas son las razones
Los establecimientos de este tipo pasan por un momento de crisis en la capital. ¿Qué sucede?
Los moteles siempre han sido los lugares preferidos por las personas a la hora de encender la llama de la pasión y explorar su sexualidad desde diferentes ángulos. Allí ocurren encuentros de todo tipo: con las parejas oficiales, momentos clandestinos e incluso, otras tantas personas los usan para hacer fiestas.
Sin embargo, parece que la magia de los moteles se ha ido extinguiendo, por lo menos hablando de Bogotá.
De acuerdo con cifras entregadas por InHotelCol y Asomoteles, los ingresos de estos lugares se han reducido un 40 % en el último año. Esto tiene que ver un poco con lo sucedido con el cierre de la pandemia, pero también hay que tener en cuenta que la crisis se ha venido agudizando en los últimos años. Por ejemplo, tan solo en la capital, 25 de estos establecimientos han tenido que cerrar sus puertas.
Varios son los factores que pueden estar afectando la asistencia a los moteles en la capital y uno de ellos tiene que ver con el aumento en la percepción de inseguridad, de acuerdo con Sonia Pérez, directora ejecutiva de InHotelCol.
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Pero además de eso, hay que sumar que los mismos moteles se han visto afectados por la inseguridad. Un ejemplo de eso fueron las bombas molotov que estallaron en diferentes establecimientos en los pasados meses.
Sin embargo, la inseguridad no lo es todo. Otro aspecto que ha aumentado la crisis tiene que ver con la llegada de plataformas que ofrecen experiencia por horas.
“Durante la pandemia los moteles fueron los primeros en cerrar y los últimos en abrir, mientras que los hoteles seguían abiertos. Se dio el fenómeno de que los hoteles empezaron a ofrecer servicios por hora, se creó la plataforma ByHour, que permitió que la gente reservara apartamentos por horas o por días; entonces, todo eso nos generó que los clientes dejarán de asistir a los moteles”, sumó Sonia en su conversación con el periódico.
A lo anterior se debe sumar que ahora las personas también han comenzado a explorar otras opciones como escapadas románticas a un glamping o alquilar por Airbnb.
Justamente, Martha Mejía, sexóloga de la Universidad Nacional, le dijo al periódico que ahora las personas buscan otros lugares para explorar su sexualidad.
“Lo que los seres humanos buscamos es la novedad, otro estatus y espacios diferentes que alimenten el deseo sexual, como los spa, por ejemplo, que también se han convertido en una alternativa”.
La experta también sumó que: “la gente ahora lo entrega todo en el mundo virtual, tiene acceso a juguetes sexuales y está buscando experiencias sensoriales, novedosas y diferentes; en esa medida, los moteles ya no tienen mucho que ofrecer porque no tiene el factor que excita o genera expectativa”.
Pero además de los temas relacionados con la inseguridad, el nacimiento de otras opciones y la búsqueda de nuevas alternativas, hay que sumar que ahora muchas personas prefieren quedarse en casa.
Jean Philip Gutiérrez, psicólogo analista de la Universidad Central, le contó a El Tiempo que aquel pensamiento nació en medio la cuarentena.“Durante la pandemia el sexo dejó de ser algo tan carnal y se convirtió en algo más emocional y afectivo, entonces, de ahí que ahora se asocie con el hogar y la casa. Eso tiene también que ver con el rechazo a asistir a moteles porque están ligados con la lujuria”.