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¿Cuál es la milagrosa oración para curar una herida de infidelidad?
Cada persona libra de manera diferente una infidelidad tanto para perdonar al otro como a sí mismo.
Descubrir una infidelidad de la persona a quien se le ha depositado entera confianza o con la cual se espera compartir la vida, puede despertar un ‘gran dolor’, independientemente del tiempo en pareja. Bien sea en un noviazgo o matrimonio, pasar por esa clase de traición genera, según especialistas, varias grietas.
Cada persona libra su proceso de ‘duelo’ en forma distinta para intentar superar el episodio y perdonar, de corazón, al otro. No siempre resulta ‘sencillo’ y los tiempos varían entre un individuo y otro, algo dependiente tanto al tipo de daños, lapso de relación o el tercero en disputa.
En el intento de retomar la vida, a pesar de las heridas, muchos buscan dedicar más tiempo a sus actividades predilectas, enfocarse en el trabajo o encontrarse con amigos. Pero también están aquellos quienes encuentran refugio en la oración. La siguiente plegaria fue compartida en el portal Arcoíris de Promesas, cuya fundadora es Lidia.
Oración para perdonar una infidelidad
Señor, reconozco que estoy herida de mi alma y solo tú puedes traer sanidad donde
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he sido lastimado (a). Mi esposo (a) me ha sido infiel y me siento con enojo, rechazo y humillación.
Perdono a mi esposo y a (aquí se nombra a la tercera persona). No cargo más con ellos
y te los entrego a ti, Señor, para que obres en sus corazones conforme a tu voluntad.
Te pido perdón por haberlos juzgado y dejar que el dolor y las heridas controlaran mis
pensamientos, palabras y acciones. Recibo tu perdón, mi Dios. Y de ese mismo perdón
que tú me extiendes lo aplico a mi vida y me perdono por haber permitido que ese dolor
permaneciera en mí, alterando mi vida y relación con mi esposo (a).
Señor Jesús, yo te entrego el dolor, el enojo (se mencionan otros sentimientos). Declaro que
no forman parte de mí. Te entrego mis heridas para que tú las sanes y pido que restaures
mi corazón. Rompo todo acuerdo o atadura con la maldad, y me declaro libre por tu
sacrificio y la sangre que derramaste por mí en la cruz. Gracias, Señor, hoy recibo paz en mi
corazón y alivio para mi alma. Recibo la libertad que tú me das. Gracias por darme tu amor;
lo tomo y aplico a mi corazón. Espíritu Santo, consuélame entre tanto que avanzo en este
proceso de sanidad. Toma mi mano fuertemente para que cuando caiga tú seas quien me levante.
En el nombre de Jesús. Amén.