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Eficiencia energética: Colombia ha avanzado, pero falta mucho por hacer
En medio de los efectos generados por el cambio climático, se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética, una fecha que resulta clave pues con ella se busca promover el uso de fuentes alternativas de generación y disminuir el uso de las energías no renovables.
Si bien el país ha dado pasos importantes en materia de eficiencia de energía, es mucho lo que falta por hacer y por ello, hoy cuando se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética, es importante plantearse cuáles son las tareas pendientes en el tema.
Germán Corredor, director de SER Colombia, asociación de empresas de energías renovables, considera que desde hace años se vienen proponiendo acciones y a través de los Programas de Uso Racional y Eficiente de Energía (Proure), se han definido tareas; sin embargo, falta ser más contundentes.
Destaca como avances la prohibición del uso de bombillas incandescentes y la definición de un grupo de electrodomésticos que deben mostrar en una etiqueta sus bondades en materia de eficiencia, aspectos que se consideran como avances importantes.
Entre tanto, en la matriz industrial energética, si bien son muchas las empresas que se han modernizado con la actualización de sus equipos, aún hay otras con maquinaria antigua que no les permite ser eficientes: una tarea que está pendiente.
En transporte la situación es aún más compleja, pues el país cuenta con un parque automotor viejo que lo hace ineficiente generando un mayor consumo de energía, por ello la necesidad de renovar y de migrar hacia tecnologías más limpias. También se presentan pérdidas de energía eléctrica en el sistema.
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En Colombia, como en la mayoría de países del mundo, la eficiencia energética es considerada un mecanismo para asegurar el abastecimiento de energía, dado que se sustenta en la adopción de nuevas tecnologías y buenos hábitos de consumo, con el fin de optimizar el manejo y uso de los recursos disponibles en esta materia.
Para motivar el uso eficiente de la energía y abrir posibilidades en la diversificación de generación de la misma, en 2014 se expidió la Ley 1715, cuyo objetivo es promover el desarrollo y la utilización de las fuentes no convencionales, principalmente aquellas de carácter renovable, como vehículo para el desarrollo sostenible, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la seguridad del abastecimiento energético.
A través de esta norma, el gobierno estableció incentivos tributarios y arancelarios. Por ejemplo, contempla una exención del IVA para los equipos, maquinaria y servicios nacionales o importados que se destinen a la producción y utilización de energía a partir de las fuentes no convencionales.
En lo referente a incentivos arancelarios, la Ley establece que las personas naturales o jurídicas gozarán de exención del pago de aranceles de importación para maquinaria, equipos, materiales e insumos destinados a fuentes de energía no convencionales.
Por ello, el resultado obtenido en la reciente subasta de energía de cargos por confiabilidad es bueno en lo referente a energías no convencionales, aunque no es suficiente. Para Tatiana Roa, integrante de la coordinación nacional de Ríos Vivos Colombia, entidad que propende por la transición energética, los pasos dados por el país son "muy tímidos".
"El aporte de los proyectos solares y eólicos son muy bajos en el país; hay algunas experiencias de parques eólicos y solares que se están haciendo y eso es positivo, pero debe dársele más relevancia a la sociedad", afirmó. Para la directiva, la verdadera transformación se dará en la medida que el consumidor final sea el mismo proveedor de su energía.
Productividad y competitividad
Según el Plan de Acción Indicativo de Eficiencia Energética 2017-2022 de la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), la eficiencia energética se constituye un vehículo para aumentar la productividad y competitividad nacional, y es una de las principales estrategias de mitigación de impactos ambientales en la cadena del sector.
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Según la Upme, se espera que la demanda interna de energía eléctrica crezca sostenidamente durante los próximos años. De acuerdo con las proyecciones se podría esperar un aumento cercano al 52% entre 2016 y 2033. Aquí la eficiencia energética es clave y se convierte en alternativa para la diversificación de la oferta con miras a mejorar la seguridad del suministro.
Lo anterior evidencia que se vienen dando pasos en la materia, pero es necesario que estos sean más sólidos, pues los compromisos internacionales que se generan, por ejemplo, con el ingreso de Colombia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), hace que se tenga que ser más estricto en la fijación y el cumplimiento de metas.
Hoy al menos el 70% de los países en el mundo han creado programas de Eficiencia Energética que buscan, entre otros objetivos, asegurar el abastecimiento de energía, mantener el equilibrio con los recursos naturales disponibles provocando el menor impacto ambiental y promover el uso de fuentes energéticas alternativas y renovables.