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Emprendimiento

Este hombre montó un ‘Sex Shop’ después de fracasar con tres negocios y ahora maneja ventas de $300 millones al año

Se vale emprender en cualquier sector o industria, sin embargo, con esta en especial debe tener algunas habilidades para no fracasar en el intento. Le contamos la historia de Divino Placer.

Katherinn Cuervo
8 de octubre de 2017

¿Quiere emprender pero todavía no sabe en qué? Quizá después de leer este artículo o en especial la historia de este emprendedor se anime a entrar en la industria del sexo con un negocio como el sex shop, ya sea, porque le llamó la atención las ganancias y rentabilidades que estas generan o porque sencillamente le causó curiosidad la forma en la que estas funcionan.

Como ya le hemos dicho en varios de nuestros artículos, antes de emprender usted debe evaluar qué le apasiona, qué le gusta y cuáles son las habilidades que le pueden servir como un plus para sacar adelante el negocio que quiere abrir.

Abra su mente a posibilidades desconocidas y en las que piensa que jamás se atrevería a dar el primer paso, ya que, estas podrían ser su oportunidad de éxito. Considere que nunca es tarde para reinventarse ni en la profesión, ni en los negocios o es que ¿cuántos millonarios no han intentado con una y otra cosa hasta que se encuentran con el producto o negocio que realmente les dá?

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Es el caso de Felipe Cubillos, un administrador agropecuario con especialización en mercadeo que terminó montando su propio negocio de sex shop. A pesar de que Felipe asegura que aprendió mucho con su carrera y que disfrutó estudiarla, él siempre tuvo muy claro que quería ser empresario, que quería montar lo suyo y que en algún momento como fuera se iba a “lanzar al estrellato”.

Sin embargo, las cosas no fueron tan sencillas como lo esperaba, ya que, como él comenta “se vuelven más difíciles cuando uno no está apalancado, porque si estas no resultan uno pierde mucho dinero”.

Y es que Felipe logró consolidarse con un negocio y en un sector en específico después de pasar por tres fracasos; en el primer negocio se asoció con un amigo para la plantación de flores en Funza Cundinamarca, “alquilé cuatro camiones y me puse a sembrar flores, trabajé dos años en esto pero las cosas no se me dieron como esperaba, entonces decidí cambiar de sector y comencé a traer ropa y calzado de China, me moví vendiendo ropa por un tiempo hasta que me cansé y una vez más, intenté alquilar dos locales en Unilago para trabajar en la venta de computadores y software, pero los costos salieron muy altos”.

Finalmente, después de pasar por un proceso de 6 años migrando de sector en sector y trabajando para ahorrar un buen dinero, Felipe encontró el negocio que hoy le apasiona, por el que trabaja con bastante sacrificio día y noche y que nada tiene que ver con los otros que había tenido, este es la industria del sexo y el negocio del sex shop.

“Todo comenzó cuando hable con un amigo y le dije que estaba muy aburrido, que no sabía para dónde coger o qué hacer y él me propuso que trabajara con él y que conociera sobre el negocio, pero yo no sabía si aceptarlo porque lo único que yo sabía en ese entonces, era quitar unas tangas pero no sabía ni siquiera cómo ponerlas, sin embargo me tiré al ruedo”.

Lo que sucedió en ese entonces fue que Felipe aceptó trabajar como administrador en Kamasutra, una de las primeras boutique eróticas del país  que lleva más de 23 años ubicada en la zona rosa de Bogotá.

Es allí donde él aprendió todo acerca del negocio, conoció que no se trata de solo sexo y ya, sino que hay muchas cosas implícitas como saber del producto, entrar en la minucia, el detalle como por ejemplo “a quién se le está vendiendo , por qué, por qué un color o material y no otro, por qué negro y no de rayas o con bolitas o por qué se vende más el de tiras".

El comienzo de su negocio

Según cuenta, Felipe tuvo un proceso de cuatro años para conocer la industria, ahorrar dinero y desarrollar su propia idea. Para comenzar con bases sólidas pensó en la marca, en el diseño de los nombres, los colores e incluso dejar de lado el mal llamado sex shop por que realmente su nombre es ‘la boutique del sexo‘.

Pero, cuando Felipe se decidió por montar el negocio al recorrer toda la ciudad consideró que quería seguir en la zona rosa de Bogotá porque es “el target que más conozco y que sé que tiene más poder adquisitivo”.

Es así como en el andar encontró un local no muy grande que le llamó la atención, este era un negocio que vendía lubricantes, aceites para masajes, vibradores, lencería y todo tipo de juguetes sexuales, era un negocio ya acreditado de la industria que había estado allí desde hace un buen tiempo.

Me dio por preguntar si vendían el negocio y me dijeron que sí, que hablara con las dueñas. Llegué a un acuerdo con ellas de incluir en la compra parte del inventario y las vitrinas del lugar, además me aseguré de que estuvieran al día en temas legales”.

Felipe cerró el negocio con  $100 millones, y el dinero lo reunió con el 70% de los ahorros que guardó de diferentes trabajos y un 30% en préstamos con el sector financiero.

Algunas cosas que se deben aprender y las oportunidades del negocio

Esta industria es atípica, explica Felipe, pues con la experiencia se aprende a crear un ‘feeling‘ en especial con el cliente, por lo general, cuando uno está en ventas le dicen que se debe “escuchar y de ahí mirar qué es lo que quiere el cliente”.

Pero en este negocio funciona al contrario porque los clientes casi no hablan y la tarea del vendedor es lograrlo. El problema, según Felipe, es que los clientes no entienden por ejemplo cuál es la diferencia entre un lubricante y un aceite de masajes y es usted quien debe ayudarles a saber realmente qué desean. Un consejo es que comiencen con una frase como: “Quieres que te cuente algo de la tienda y de los productos".

Y es que “si usted va a trabajar en esta industria, debe ser abierto y estar preparado para no alarmarse con cualquier cosa que le cuenten o le pregunten (historias de fetiches, de amantes o parejas) porque la gente se acerca para asesorarse, conocer y aprender”.

Para saber mover la mercancía debe conocer el tipo de cliente y la oportunidad de negocio en un nicho en específico. Felipe por ejemplo, ha identificado algunos comportamientos de hombres y mujeres que le han permitido establecer una estrategia de ventas importante.

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Usted debe saber algunas cosas de sus clientes, como por ejemplo, que los hombre son los que más se acercan a comprar pero en menor cantidad, mientras que las mujeres son las que menos visitan la boutique, pero cuando lo hacen realizan compras mayores. La razón: porque ellas suelen explorar más.

Un ejemplo más, son los productos más buscados por los hombres que son por lo general, potencializadores y retardadores, y por las mujeres los lubricantes, los aceites de masaje y los juguetes sexuales pequeños.

Felipe además agrega que el mercado gay es una gran oportunidad de negocio, es un mercado muy interesante, porque es abierto. “Y la verdad la interacción con ellos es muy chévere sin importar si son lesbianas, bisexuales u otros, porque ellos son directos escuchan y se dejan escuchar, les gusta explorar mucho su sexualidad”

Los costos de emprender y mantenerse

“Cuando una persona emprende debe saber que hay días en que las ventas son muy regulares y otros en las que estas se disparan, incluso  hay días en los que uno quisiera acabar con todo, pero miras hacia atrás y te das cuenta que hay un trabajo de años y que no se puede terminar con él así como así, porque ya se invirtió un capital muy fuerte, porque es lo que te gusta y en lo que te metiste, entonces hay que sacarlo adelante como sea”.

Una de las cosas más duras para Felipe fueron los costos operativos, pagar un arriendo, impuestos, remuneración a empleados que aunque se les pague un mínimo se deben sumar las prestaciones sociales, responder a proveedores entre otros costos más, es lo más difícil, porque estos siempre van a esperar cada mes su dinero sin importar si este mes fue bueno o malo para el negocio.

En este momento Felipe está pagando $4.200.000 más IVA, es decir cerca de $4.998.000 por el arriendo de su local y asegura que es uno de los más económicos del sector, ya que, se pueden encontrar de hasta $40 o $50 millones. Aunque sabe que el costo es elevado, dice que le gusta el sector porque es una zona muy movilizada, tiene tráfico de gente y se encuentran personas de diferentes partes del país y del mundo.

Otros costos adicionales son con respecto al 75% del inventario que importa de los Estados Unidos, porque muchas veces se deben asumir gastos de registro e Invima que pueden valer por producto aproximadamente $6.000.000.

La rentabilidad del negocio

Felipe asegura que este año no ha sido muy bueno debido a las situaciones coyunturales de la economía del país como el incremento en el IVA y el desempleo, incluso los desastres naturales en los países de afuera han afectado, por lo que este año con respecto al año pasado van a cumplir con solo 70% del número de ventas. Lo que lo ha llevado a considerar la reducción de costos y el incremento de valor a algunos productos.

Ya que, según él, en un mes co6mo septiembre de 2016 alcanzaron a facturar cerca de $32.000.000 y el año lo cerraron con un total de ventas de $300 millones, de los cuales las utilidades netas, es decir, las ganancias reales fueron del 25% y el 30%, cifras que corresponden a aproximadamente $90 millones.

En la actualidad Felipe no solo vende a los transeúntes que pasan por su local sino que también provee a cadenas hoteleras y a personas que apenas están empezando con el negocio o venden en menor cantidad.

Ahora lo que viene para Divino Placer es un crecimiento digital, presencia completa en redes sociales, en la web y en Whatsapp, pues hasta hace seis meses que se involucraron en este tema y ya consiguieron que el 10% de las ventas se den por este canal.

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