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Galerías de arte de Cali en ArtBo Fin de Semana
La exposición de la galería Jenny Vilá tiene acuarelas, dibujos, cerámicas y paisajes abstractos. La de (bis) oficina de proyectos presenta imágenes que hacen al público reflexionar sobre su relación con las fotografías digitales, y cómo circulan en el mundo.
A primera vista esta obra de la serie “Skybox” de Ana María Millán parece la fotografía de un cielo opaco. “Pero no es un cielo,” explica Juan Sebastián Ramírez, director de (bis) oficina de proyectos. “Es una imagen construida con la técnica utilizada para hacer los cielos de los videojuegos. En estos últimos, el skybox es un plano que se utiliza para dar la ilusión de fondo sin mucho procesamiento.”
Otro artista que hace caer en cuenta a los espectadores de la facilidad con la que confundimos la realidad con la ficción cuando de fotografías se trata, es Alberto Lezaca. “El artista reconstruye fotografías en 3D. La imagen original de “Two Cabins 2” (2013) es la que se tomó cuando el tristemente famoso Unabomber -conocido por enviar cartas bomba en Estados Unidos- fue arrestado. Es una foto de la pequeña cabaña en la que vivía, tomada en unas bodegas de la CIA.”
Representada en 3D, la foto de la cabaña del Unambomer -que la CIA guardó como evidencia- parece una maqueta, la imagen de un escenario diseñado. Entonces, bien cabe la pregunta que Ramírez plantea en el texto curatorial de la exposición: “¿es el medio digital garante de un documento veraz y transparente?”
En obras como “BienStar” (2019), “A Bird Without a Song” (2015) y “No Matter” (2015), Juan Obando utiliza una especie de efecto espejo para poner en evidencia dos cosas sobre las poco pensamos cuando publicamos fotos en nuestras redes sociales: 1) “Estas suelen venderse como si fueran transparentes y no tuvieran ideologías. Pero se ha ido demostrando que eso no es del todo cierto,” explica Ramírez. Dicho de otro modo, cuando publicamos una fotografía en Facebook, en Twitter o en Instagram no lo estamos haciendo sobre un lienzo en blanco. 2) “En “No Matter” vemos a unos jóvenes tomándose un selfie. Este último hace las veces de retrato, y la idea del retrato es que presente aquellas característica que hacen al sujeto único. Sin embargo, los gestos que se ven en la obra son estereotipados.”
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Por su parte, la galería Jenny Vilá presenta obras de Luz Ángela Lizarazo, Juan Mejía y Rafael Díaz.
De Lizarazo, Vilá presenta tres obras de 2007: “Carnívora”, “Carguera 3” y “Carguera 4”. La primera es una porcelana en forma de flor, que parece comiéndose a una diminuta figura blanca. Las otras dos son dibujos de mujeres que parecen mostrar cómo el cuerpo refleja los dolores del alma. Una de ellas cuelga su humanidad contra la pared y se deja caer ya sin fuerzas. A su espalda reposa una bolsa de conchas, que, como a Atlas, probablemente le toque cargar sobre sus hombros. La mujer de “Carguera 4” se acurruca contra un muro como queriendo desaparecer. A su espalda hay también una bolsa de conchas casi tan grande como ella.
De Juan Mejía hay tres acuarelas: “Los artistas”, “Estudio” y “Celos profesionales.” La primera parece hacer referencia a la famosa obra “El caminante sobre el mar de nubes” (1818) de Caspar David Friedrich. En la versión moderna del caleño -mucho más colorida que la del alemán-, un hombre y una mujer contemplan el paisaje desde la cumbre de una montaña. Al igual que el caminante de Friedrich, le dan la espalda al espectador y contemplan el infinito.
Las tres obras tienen un tinte de ironía: en “Estudio” muestra a un artista concentrado intentado plasmar el mundo entero en su lienzo, y en “Celos profesionales” dos médicos -tijeras y bisturí en mano- se enfrentan para ver quién tiene la razón.
De Rafael Díaz la galería exhibe tres obras de la serie “Oro” (2016). Están hechas de pintura en aerosol sobre papel de arroz, y atrapan la mirada del espectador porque parecen una especie de paisajes lunares que cambian con la luz, y a los que la mirada les descubre cada vez más detalles.