Entrevista
Ciro Guerra: "Cannes nunca ha dado al cine latinoamericano el lugar que merece"
A Ciro Guerra la pandemia lo sorprendió en pleno rodaje en México y, como a muchos cineastas, lo obligó a trastocar sus planes. El estreno de "Esperando a los bárbaros" -su última película seleccionada en la Mostra de Venecia- sigue pendiente.
Debido al cierre de las salas, Ciro Guerra se resignó a cancelar el estreno en Estados Unidos de su primera película en inglés, a y proponerla directamente en video bajo demanda (VOD). "Esperando a los bárbaros" está basada en la novela homónima del premio Nobel J. M. Coetzee.
"Lo que vendrá es imposible de anticipar", admite el director de "El abrazo de la serpiente", primer filme colombiano nominado a los Óscar, y de "Pájaros de verano".
En una entrevista por mail desde México, Guerra, de 39 años, critica además la pírrica presencia iberoamericana en la selección del festival de Cannes, anunciada la semana pasada a título simbólico tras su cancelación este año por la pandemia.
¿Fue una decisión fácil estrenar directamente en VOD su último trabajo?
No lo fue. Los que hacemos cine lo hacemos para que nuestras películas se vean en los cines. Es una situación muy compleja, y no sabemos cuándo se reabrirán los cines ni en qué condiciones. El lanzamiento de la película estaba planeado de la manera tradicional para este verano en los cines de Estados Unidos, pero, en vista de lo ocurrido, creemos que es la mejor opción para que la película se vea.
¿El mal que encarna Johnny Depp en "Esperando a los bárbaros", una alegoría del poder, lo ve ahora más reflejado en el mundo actual?
Cuando empezamos a trabajar en la adaptación de la novela, el mundo que ésta describía parecía lejano, remoto en el tiempo. A medida que avanzábamos, la realidad se empezó a parecer cada vez más a lo que Coetzee había escrito hace 40 años. Ahora que la película se estrena, está hablando de aquí y de ahora.
¿Cree que habría podido rodar la película ahora, terminado el confinamiento?
De ninguna manera. La complejidad del rodaje, de las locaciones, de lo que se narra, no habría sido posible en lo que han llamado ‘nueva normalidad‘, término que me parece tétrico.
¿Cree que esta pandemia puede asestar un golpe mortal a las salas de cine?
La situación del cine en las salas venía mal desde hacía varios años, principalmente por la falta de visión de los estudios, distribuidoras y exhibidoras, que permitieron que el contenido original y adulto se fugara a la televisión. El resultado fue que perdieron una enorme cantidad de público que se aficionó a las series y al ‘streaming‘. Eso, sumado a las pésimas condiciones de proyección que se acostumbraron a ofrecer, creyendo que la gente es ciega y sorda, ha sido la principal responsable de la crisis. En ese contexto, la pandemia sí puede ser un golpe mortal. Pero es fácilmente reversible: la gente va donde estén las historias, y las está consumiendo a un nivel mucho mayor que antes. Si se las ofreces en su contexto ideal, es una experiencia que es imposible replicar en casa.
¿De qué manera afectó la pandemia su próximo proyecto, una miniserie producida por Steven Spielberg para Amazon y con Javier Bardem, sobre Moctezuma y Hernán Cortés?
Nos impactó mucho. Estábamos en la segunda semana de rodaje, después de varios meses de preproducción. Ahora estamos a la espera de saber cuándo podremos retomar.
¿Cómo cree que afectará esta pandemia a la industria del cine a mediano plazo?
Del mismo modo que a todo el resto de la sociedad: es un sacudón profundo, el verdadero nacimiento del siglo XXI. Lo que vendrá es imposible de anticipar.
¿Cómo puede el cine latinoamericano mantenerse a flote? ¿Podrá seguir contando con las coproducciones de países europeos?
No tengo duda, es un cine vivo, joven y entusiasta, lleno de historias por compartir. El apoyo de Europa le ha permitido crecer y ampliar sus horizontes, espero que se mantenga, porque la cooperación entre países ha sido una gran fuente de riqueza y de renovación del cine.
De las 56 películas de la selección de Cannes, solo hay dos iberoamericanas: "El olvido que seremos", de Fernando Trueba, y la brasileña "Casa de Antigüedades". ¿Le encuentra alguna explicación?
Lamentablemente, el Festival de Cannes nunca ha dado al cine latinoamericano el lugar que merece. En su selección oficial la presencia de la región siempre ha sido mínima, a pesar de que es ampliamente reconocido como uno de los cines más vibrantes y vitales del mundo.