Cine
El Festival de Cine de Venecia es feminista
En un año raro, con una edición marcada por el coronavirus, el feminismo acaparó el festival de Venecia con películas que narran las combativas y difíciles vidas de las mujeres, entre ellas, la de Eleanor Marx, hija menor de Karl Marx.
El Festival de Cine de Venecia, que durante años ha sido criticado por la ausencia de mujeres directores en su selección oficial, está mostrando en esta edición su lado más intensamente feminista.
Con ocho mujeres y diez hombres compitiendo por el preciado León de Oro, el festival no sólo casi alcanza la debatida paridad, sino que apuesta por un cine con una mirada feminista y argumentos muy femeninos.
Es el caso de la trágica vida de la hija de Karl Marx, narrada en el filme “Miss Marx” de la italiana Susanna Nicchiarelli, elogiado y apreciado por la crítica italiana.
A finales del siglo XIX, la hija más pequeña del padre del comunismo, Eleanor, fue una de las primeras mujeres en asociar la lucha por la igualdad de las mujeres con la lucha de clases.
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“Todas somos Miss Marx”, escribió la crítica de cine Teresa Marchesi en el Huffpost al referirse a la historia atormentada de una mujer culta y brillante, que creía en el poder liberador de la cultura y del arte, pero que a pesar de ello se suicida a los 43 años por una relación amorosa tortuosa, desgastada por la infidelidad de su pareja.
La película sobre Eleanor, nacida en Londres en 1855, resulta un himno al feminismo y además combina lenguajes diferentes, imágenes del siglo XIX con música ultramoderna, mezclando, como ocurrió en la vida de la protagonista, razón y sentimiento.
“‘Miss Marx’ es la película socialista y feminista que el cine y el mundo actual necesitan”, sostiene el diario especializado Fotogramas.
“No la definiría como una película feminista”, dice en cambio su directora, quien subrayó sin embargo que Eleanor fue “la primera en utilizar el socialismo para su discurso feminista y en hablar de feminismo en términos económicos”.
“Piezas de una mujer”, del director húngaro Kornél Mundruczó, es completamente diferente, pero también tiene una temática muy femenina. Cuenta la historia de una mujer que pierde a su bebé tras el parto.
La película describe la pérdida y el dolor, y habla de esos sentimientos inexplicables que desata una desgracia y que con frecuencia desgarran una familia.
El guion de la escritora Kata Wéber -esposa del director- describe las múltiples fases del duelo: negación, ira, depresión y finalmente aceptación.
La película es protagonizada por la actriz inglesa Vanessa Kirby -conocida por su papel en la serie televisiva “The Crown”-, y comienza con un impresionante parto en casa, escena que dura casi 40 minutos, y que fue grabada en una sola toma.
“Mi esposa y yo queríamos compartir con el público una de nuestras experiencias más personales, con la esperanza de que el arte pueda ser el mejor remedio para el dolor”, confesó el cineasta.
La película bosnia de Jasmila Zbanic, titualda “¿Quo Vadis, Aida?”, habla sobre la masacre de Srebrenica desde la vivencia de una mujer. Su protagonista, Jasna Duricic, encarna a una madre que trata de salvar sin éxito a su familia.
Gracias a ese papel la actriz figura entre las candidatas a la Copa Volpi.
“Queridos camaradas” del reconocido guionista y productor ruso Andrei Konchalovsky, también reconstruye la historia de una masacre desde la experiencia de una mujer.
Konchalovsky -ganador de dos Leones de Plata en 2016 y 2014- compite una vez más por ese premio con esta película en blanco y negro que muestra la transformación de una mujer con ideales férreos -militante convencida del Partido Comunista local-, que los pierde por completo tras presenciar la masacre perpetrada en la ciudad soviética de Novocherkassk, en la que desaparece su hija.
Para reprimir las huelgas y manifestaciones, en junio de 1962 los soldados del ejército y agentes de la KGB abrieron fuego contra los manifestantes. 26 personas desarmadas perdieron la vida, más de 200 fueron arrestadas y siete fueron condenadas a muerte. La masacre permaneció en secreto durante décadas.
“Mi película rinde tributo a la generación que vio cómo se derrumbaron sus ideales y mitos”, explicó Konchalovsky.