Entrevista
Miles de Davis: todas las facetas del músico en un cautivante documental
En 'Miles Davis. El nacimiento de una leyenda', Stanley Nelson Jr. se propuso cubrir las muchas narrativas del músico que revolucionó el jazz y del ser humano que vivió marcado por fuertes contrastes. ARCADIA habló con él sobre la cinta ya disponible en Netflix.
Para empezar, ¿tiene alguna relación especial con el jazz? ¿Toca algún instrumento?
No, no soy músico. Tan solo soy un amante de la música, un seguidor consumado del jazz, y siempre busqué la oportunidad de hacer una película sobre música. Me siento muy afortunado y honrado de hacer una sobre Miles Davis.
Abordando su película, ¿por qué Miles Davis, ¿por qué ahora?
La verdad, Miles es eterno, siempre relevante, así que esta cinta hubiera podido hacerse en cualquier punto. Hablé con American Masters, un programa de televisión que transmite PBS aquí (en Estados Unidos), y les sugerí abordar a Miles en una película. Dijeron que sí, y se aliaron con Eagle Rock Entertainment, de Londres, para desarrollarla. Es un trabajo intemporal, pero me alegra que se haya hecho ahora. Creo que soy un mejor director, y si la hubiera realizado hace unos 10 años no sé si hubiera salido así.
Mucho se ha hablado de Miles Davis y de su impacto, ¿qué le sorprendió mientras hacía esta cinta?
Una de las cosas que sorprenden es el montón de conexiones que surgen de su vida. No tenía muy claro el hecho de que había sido criado en un ambiente de riqueza, algo que para un hombre negro en la primera mitad del siglo XX no era nada común. Su padre era un dentista, y se dice que era el segundo hombre negro más rico en el estado de Illinois. Tenían finca, Miles tenía su propio caballo, y era tratado como realeza en la comunidad negra. Así todo comenzó a tomar sentido; y la manera en la que fue enfrentando al mundo y al racismo que existía -y aún existe- en Estados Unidos, cimentó mucho su personalidad.
También sorprende saber que Miles era muy tímido, así lo aseguran quienes lo conocieron bien. Y ese lado abusivo que podía mostrar nacía de esa timidez.
El relato incluye muchos testimonios relevantes, pero también cobra vida por medio del tremendo montaje de imágenes. ¿Supervisó usted todos estos detalles?
Comencé mi carrera como editor y trabajo mucho en ese aspecto. Miramos miles y miles de fotografías, entre ellas unas 4.000 solo de Miles en el escenario. Sí, le pongo mucho cuidado al detalle, y aún más acá en este caso pues, insisto, para mí fue una oportunidad única en la vida de hacer algo sobre música que escucho todo el tiempo. En esta producción puse todo lo que tengo y lo que aprendí.
Miles Davis en el estudio con Gil Evans, un hombre a quien admiraba muchísimo. Colaboraron en el disco ‘Miles Ahead‘ y en muchas otras producciones. Foto: cortesía Cine Colombia.
La estrenó en Sundance, la décima cinta que presenta usted en ese festival, ¿qué nos puede contar de la recepción de esta cinta en ese marco y en otros en los que la haya mostrado?
Ha sido increíble. La estrenamos hace un año allí y el público la aplaudió de pie. Las reseñas han sido muy positivas. De hecho, el domingo pasado la mostramos en un lugar especial, el teatro Apollo de Nueva York, en Harlem. Fue una experiencia maravillosa.
Uno de mis grandes satisfacciones ha sido que la comunidad del jazz ha abrazado esta película. Wayne Shorter y Herbie Hancock vieron la premiere en Los Ángeles y la adoraron. También Wynton Marsalis, su padre Ellis Marsalis y Donald Harrison la vieron en Nueva Orleans... Y veo a estos grandes del jazz dándome las gracias por hacer este filme, lo cual es sorprendente y maravilloso para mí, pues me dio la oportunidad de agradecerles por toda la música que han ofrecido al mundo.
Cuenta con un rango muy interesante de voces: historiadores, músicos increíbles, escritores, mujeres que amó, amigos cercanos... Cuéntenos detalles sobre la producción de una película que, como esta, parece cubrir todas las bases.
Eso queríamos, que tuviera todo, que ilustrara la biografía de Miles, su vida y su obra. Con eso en cuenta, una de los mayores retos fue dar con gente que lo conoció temprano en su vida. Encontramos a tres personas del este de San Luis que crecieron con él; hablamos con Jimmy Heath, quien murió recientemente, y tocó con Miles en su días tempranos. Hablamos con Jimmy Cobb, que integró el primer quinteto (la banda de Kind of Blue). Se trató de hacer listas y luego hacer todo para conseguir tantas voces sobre Miles nos fuera posible.
En ese proceso hubo sorpresas. Descubrimos que Carlos Santana es el fanático número uno de Miles Davis. Lo adora e idolatra. Cuando lo abordé y le hablé de la cinta, él me pasó un iPod que tenía en su bolsillo. Este tenía la foto de Miles y traía miles de canciones, todas de Miles. Sumó mucho tenerlo.
Carlos Santana es el fanático número uno de Miles Davis. Lo adora e idolatra, y explica por qué en el documental.
De hecho, Santana da quizás una de las frases más controvertidas del documental, cuando descalifica a quienes critican a Davis por sus exploraciones tecnológicas...
Una de las particularidades de su testimonio es que habla como músico y también como fanático. Sobre la etapa de la banda eléctrica, era importante mencionarla así muchas veces la gente la desacredite. Nosotros descubrimos a una generación entera (que incluye a Greg Tate, a Santana y a otros más) que la adoran. Para ellos, esa es la música importante de Miles, la que crecieron escuchando, y en el camino integramos las opiniones que disienten y la detestan.
Dura casi dos horas, ¿algo se le quedó por fuera?
Estoy totalmente satisfecho, y esto puede ir atado a mi manera de ser: una vez termino una cinta no pienso mucho más en lo que pudo ser. Tuvimos mucho tiempo para trabajarla, la editamos durante un año y de ahí lo que mencionaste antes, el montaje se siente robusto. Teníamos una gran y larga secuencia sobre la llegada del LP, el long playing record, formato que le permitió a Miles hacer álbumes como Sketches of Spain, Porgy and Bess, y Miles Ahead, pero la sacamos, y en las más de 100 proyecciones que he visto no me ha hecho falta.
La de Davis fue una vida de contrastes, de crecer en un marco acaudalado pero altamente racista, de ir a Nueva York y estudiar en la prestigiosa academia Juilliard de día y aprender de los bares de la calle 52 en la noche...
Los contrastes en su vida, creo, fueron más profundos de los que vive la mayoría. A diferencia de los músicos de esa etapa, nació rico. Y se menciona que, por eso, solo tuvo dos trabajos en su vida: repartidor de periódicos en su infancia y músico: No tuvo que trabajar de día para sostenerse, su padre lo apoyó. Aún así, recibió las cachetadas constantes del racismo. Esa dualidad caló muy profundamente en él, una persona tímida, que se vio en el ojo público, en los escenarios.
Creo que lo más importante a entender, y me fue evidente mientras hacía la cinta, es que la gente reacciona de forma distinta a los mismos estímulos. Tú y yo pudimos haber vivido lo mismo que él vivió y haber reaccionado de manera totalmente diferente. Él reaccionó partiendo de lo que era: un genio. Lo que vivió moldeó su personalidad pero no lo hizo el genio que era. Eso estaba desde siempre, era algo que él tenía. Si las circunstancias hicieran al genio, podríamos crear genios a voluntad. Pero no, Miles fue Miles.
Es muy interesante cómo aborda las fuertes caídas con las drogas de Davis. Una de sus amigas, casi en lágrimas, dice "no quiero recordarlo"...
Puedes ver el dolor en la cara de esta mujer, dolida porque Miles vivió una etapa tan complicada y ella lo presenció. Y, justo antes de ella, alguien sentencia "Queríamos que fuera Superman", y no lo era. Nadie lo es. Era importante ver del otro lado. Con ese rostro, esa mujer describió todo mucho mejor de lo que hubiera podido hacerlo con palabras.
¿Hay algo que no sepamos de la relación entre Miles Davis y Quincy Jones? Esta da lugar a dos anécdotas importantes en la cinta y da la impresión de que hay más por contar...
Debe haber más, ¡pero tampoco lo sé! En un punto él maltrata a Frances (Taylor), uno de sus amores, porque le dijo que Quincy Jones era bien parecido. Para ella, se trató del efecto de las drogas y del hecho de que era muy celoso con ella. Ella era una de las mujeres más hermosas de su tiempo una de las más bellas que yo haya visto, y tenía esa personalidad coqueta y viva. Pero no, no sé qué más puede haber sucedido entre Quincy y Miles Davis.
Con Frances Taylor hizo una pareja que, desde afuera, parecía perfectamente envidiable. Sus celos, sin embargo, les jugaron una mala pasada. Foto: cortesía Cine Colombia.
¿Algo que quiera decirle a Colombia sobre este filme?
Me emociona mucho que puedan ir a verla. De hecho, estuve en Colombia hace un par de años. Mostramos una cinta en unas cuatro o cinco ciudades. Fue una gira que nos llevó a Cartagena, a Medellín, a Cali y más, en un periodo muy corto. Hubiera deseado quedarme más y sé que tengo que regresar. Ahora, de hecho, empezamos una cinta sobre la trata de esclavos en el Atlántico, y exploramos la posibilidad de poder rodar en Colombia.
Stanley Nelson considera un honor haber podido trabajar en una cinta sobre un ícono cuya música lo ha acompañado toda la vida. Fotos: cortesía Cine Colombia.