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Beneficio del uso de la bicicleta estática sorprende a la ciencia; va más allá de sus aportes a la salud física
El uso de esta máquina de ejercicio ofrece una variedad de beneficios tanto físicos como emocionales, pero hay uno que llama la atención de los expertos.

Desde hace unos años, la bicicleta estática se ha consolidado como una herramienta esencial en el ámbito del ejercicio físico, ofreciendo una amplia gama de beneficios que abarcan desde la mejora de la salud cardiovascular hasta el fortalecimiento muscular y el bienestar mental.
Debido a esto, los expertos recomiendan un uso regular de esta máquina, reconociendo que se trata de un tipo de actividad que fortalece el corazón, mejora la circulación sanguínea y puede reducir la presión arterial. Además, incrementa la capacidad pulmonar y la resistencia física, permitiendo a las personas realizar actividades diarias con mayor eficiencia y menor fatiga.
Sin embargo, un reciente hallazgo sobre su uso causó gran sorpresa en el mundo de la ciencia, ya que más allá de los aportes que ofrece para la salud física, sería clave para mejorar la memoria, fortaleciendo las capacidades cognitivas como la atención y la velocidad de procesamiento de información.
Un estudio publicado recientemente en iScience demostró que 25 minutos de ejercicio en bicicleta estática pueden ayudar a mejorar significativamente la memoria espacial.
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“Descubrimos que 25 minutos de ciclismo después de la codificación, pero no antes de la recuperación, fueron suficientes para mejorar la retención de la memoria a largo plazo para la distancia corta, pero no para la larga”, señala.

El experimento, realizado por investigadores de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, contó con la presencia de voluntarios divididos en dos grupos: el primero realizó 25 minutos de ejercicio en bicicleta, y el otro fue un grupo de control.
Por lo anterior, subraya que otro de los hallazgos que sorprendió es que los participantes que realizaban actividad física regularmente mostraban memoria para la condición de distancia corta, mientras que los controles no lo hicieron, “por lo tanto, la actividad física podría ser una forma sencilla de mejorar la memoria espacial”.
Debido a esto, los expertos creen que el ejercicio físico incrementa el flujo sanguíneo al cerebro, lo que estimula la producción de sustancias químicas que favorecen el crecimiento de nuevas células nerviosas y fortalecen las conexiones entre neuronas.

Por esta misma línea, un artículo de Harvard Health Publishing indica que, para maximizar los beneficios del ejercicio en el cerebro, Scott McGinnis, de la Facultad de Medicina de Harvard, recomienda hacer del ejercicio un hábito. Una vez esto sea posible, el especialista habla de la implementación de una meta a una intensidad moderada, como caminar a paso ligero, durante 150 minutos por semana.
Entre tanto, el diario HuffPost resalta que el ejercicio en bicicleta estática estimula la liberación de endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, lo que contribuye a la reducción del estrés y la ansiedad. De esta manera, su incorporación en la rutina diaria puede conducir a una mejor recuperación física y mental.
Cabe mencionar que si bien es cierto que el ejercicio regular es una práctica fundamental para mejorar la memoria, esto solo es posible cuando también se incluye una dieta balanceada, compuesta por alimentos ricos en antioxidantes, ácidos grasos, omega-3 y vitaminas esenciales para el buen funcionamiento del organismo en general.