El truco del papel de aluminio para devolverle el brillo a los cubiertos; lo usan en los restaurantes

Los cubiertos son de los elementos más importantes en la cocina. Sin embargo, con el paso del tiempo tienden a rayarse, ponerse opacos y lucir deteriorados, lo que no genera un buen aspecto en el momento de ponerlos en la mesa.

Cuidar estos elementos y realizar lavados de fondo con alguna frecuencia es muy importante. Pero si, además, se les quiere dar brillo y dejarlos relucientes, hay algunos trucos caseros que pueden resultar muy útiles y que ayudan en el proceso de manera fácil.

Uno de ellos es con papel de aluminio. Si bien se trata de una técnica que no cuenta con soporte científico, lo cierto es que ayuda a devolverle la vida a estos artículos.

Así las cosas, lo que se debe hacer es hervir los cubiertos opacos o ennegrecidos junto con bicarbonato de sodio, azúcar y bolas de papel de aluminio, dentro de un recipiente, un sencillo método que funciona bien para las piezas de acero inoxidable y también para las de plata.

Este resultado se debe a que el aluminio interactúa con los elementos presentes en el agua y el bicarbonato para eliminar la oxidación. Se dice que cuando este papel entra en contacto con el agua caliente y el bicarbonato, se produce un intercambio de electrones que arrastra las partículas que han puesto en mal estado los metales. La función del azúcar es suavizar la mezcla para que no se generen rayones en los cubiertos.

Para preparar este método casero se llena la sartén o la olla con un litro de agua y se añade el bicarbonato y el azúcar. Se remueve bien hasta que los ingredientes se disuelvan.

Se coge una hoja de aluminio y se corta en varias partes formando pequeñas bolas compactas. Se lleva la solución a ebullición y cuando el agua esté hirviendo, se introducen las bolas de aluminio.

Posteriormente, se agregan los cubiertos que se quieren limpiar y se dejan hervir durante unos 10 minutos. Luego se retiran, se enjuagan con agua tibia y se secan con un paño suave o con una toalla de cocina.

Otros trucos

Un truco más es usar agua oxigenada. En este caso es algo muy sencillo. Se empapa el algodón con el agua oxigenada y se frota con fuerza cada cubierto. El resultado se percibe al momento, generando bastante brillo.

Otra opción es limpiarlos con vinagre blanco y bicarbonato de sodio. Para ello se agrega en un recipiente suficiente vinagre y al menos dos cucharadas de bicarbonato, se revuelven los ingredientes hasta que se diluya por completo. Con un cepillo de dientes, se frota cada cubierto con la mezcla por unos minutos y se les deja el producto por un tiempo más para que haga efecto. Al final, se enjuagan con agua fría y se secan con una toalla de cocina.

En todos los casos, la recomendación es que después de haber realizado el proceso, se dejen reposar unos minutos, enjuágalos con agua fría y luego secándolos. Quedarán como nuevos.