La sorprendente razón por la que alguien se toca la nariz al hablar, según la psicología

Muchas personas creen que es un simple gesto sin importancia, tocarse la nariz al hablar puede estar revelando más de lo que se cree. Desde la psicología hasta la antropología se ha analizado este movimiento, ya que muchas veces esconde emociones, tensiones o incluso puede ser un mecanismo frente al estrés.

Para los especialistas en comportamiento humano, este gesto tiene implicancias que van más allá de lo físico. Varios estudios han determinado que ante situaciones de tensión, el cuerpo produce adrenalina, lo que dilata los capilares de la zona nasal y puede provocar picazón. Es por eso que varias personas se tocan la nariz, sin pensarlo, para aliviar esa sensación.

En ese orden de ideas, el psicólogo Paul Ekman, señaló que “este gesto aparece con regularidad en personas que están incómodas o evasivas”. Para este experto, tocarse la nariz cuando se habla funciona como “una técnica de auto calma frente a un conflicto emocional”.

Este inocente gesto también ha sido investigo por organismos como el FBI, estos análisis revelaron que este gesto puede estar relacionado con la mentira. La explicación a esto es un fenómeno conocido como “efecto Pinocho”, en el cual se produce un aumento del flujo sanguíneo hacia la nariz cuando una persona no está diciendo la verdad.

Otra opción explicada por expertos es que este gesto aparece como resultado de un conflicto interno, una especie de disonancia entre lo que se dice y lo que se piensa realmente. En estos casos, pueden indicar duda, rechazo o hasta necesidad de disimular una emoción que no se quiere mostrar.

Partiendo de una mirada biológica y antropológica, se determinó que este hábito tiene raíces evolutivas. En escenarios amenazantes, los primates tienden a cubrir partes del rostro como forma de protección. Los investigadores sostienen que “cubrirse zonas del rostro, como la nariz, proviene de la necesidad ancestral de proteger órganos vitales en situaciones de amenaza”.

No obstante, no siempre se tiene que buscar un significado profundo. Muchas veces, tocarse la nariz no responde a un estado emocional, sino a un simple tic gestual. Puede estar ligado al cansancio, a la costumbre de moverse mucho cuando se habla.

En conclusión, prestar atención a estos tipos de señales puede ser útil para interpretar las emociones ajenas. Ya sea en una charla casual o en un momento más formal. Como todo en la comunicación no verbal, la clave está en mirar el panorama completo.