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Oración a San Juan Cancio para alejar los malos pensamientos
Con esta oración también puede evitar chismes y deseos de venganza para llevar una vida más tranquila.

San Juan Cancio es una de las figuras más veneradas dentro de la Iglesia católica, conocido por su vida de humildad, generosidad y profundo amor por Dios. Dedicó su vida al sacerdocio y la enseñanza, destacándose como profesor de teología en la Universidad de Cracovia. A lo largo de su vida, se caracterizó por su caridad inagotable, ayudando a los pobres y necesitados con todo lo que tenía.
Se dice que San Juan Cancio vivía con una extrema sencillez, entregando sus pertenencias a los más necesitados y confiando plenamente en la providencia divina.
Su santidad se reflejaba en su vida de oración y en su dedicación a la enseñanza de la fe cristiana. Murió el 24 de diciembre de 1473 y fue canonizado por el Papa Clemente XIII en 1767. Hoy en día, es considerado patrón de los profesores y estudiantes, y su festividad se celebra el 23 de diciembre.
La razón por la que los fieles recurren a él para ser su apoyo ante malos pensamientos, chismes y deseos de venganza es porque sus lecciones siempre se basaban en esto, pues les repetía a sus alumnos: “cuídense de ofender, que después es difícil de olvidar la ofensa. Eviten murmurar, porque después resulta muy difícil devolver la fama que se ha quitado”.
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Oración para evitar malos pensamientos
Oh, bendito San Juan Cancio, tú viviste en carne propia los efectos de la venganza, luego de que tus compañeros hicieran que te alejaras por un tiempo de tu vocación, y compartiste siempre con las personas la importancia de alejar por completo de nuestra vida las malas palabras, los chismes, las ofensas y los deseos de hacer mal al prójimo.
Es por esta razón que hoy recurro a ti, para que me ayudes a mantener aquello para lo que Dios me dio mi voz y mis pensamientos, y me alejes de la tendencia de destruir a los demás con ellos. Te pido intercedas por mí para que el Señor, Todopoderoso, me dé la sabiduría necesaria para que por mi mente y por mi boca solo pasen palabras positivas.
Ayúdame a elevar esta humilde plegaria a los cielos, para que este deseo de venganza y ofensa desaparezca por completo de mí, que mi alma tenga la tranquilidad necesaria y que, con el amor de nuestro Dios, aprenda a perdonar, a olvidar y a soltar. Por la gracia y la dulce presencia del Señor confío plenamente en que así será, y que tu maravillosa intercesión será clave en ello.
Amén.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.