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¿Qué significa caminar rápido sin tener prisa? Esto es lo que la psicología revela detrás de este extraño comportamiento

Aunque esta acción es a simple vista una contradicción, encierra importantes claves sobre la personalidad de una persona.

7 de julio de 2025, 2:42 p. m.
Personas caminando por la vía marcada
Caminar rápido sin tener prisa | Foto: Getty Images

¿Es usted de las personas que, generalmente, camina a paso ligero sin tener ninguna urgencia aparente? Si es así, lo primero que debe saber es que son varias las personas que suelen realizar esta acción sin necesidad, pero que esconde importantes claves sobre su personalidad.

La psicología ha estudiado este extraño comportamiento que puede parecer una contradicción. Sin embargo, para esta ciencia es algo que va mucho más allá de una simple costumbre física, pues lo relaciona con procesos internos y un reflejo directo de cómo una persona procesa sus emociones y se mueve por el mundo.

En primer lugar, diversos estudios han observado que caminar con velocidad, incluso sin tener prisa por una causa específica, refleja una importante inyección de energía vital. Según la psicóloga Leticia Martín Enjuto, citada por el medio argentino La 100, quienes caminan rápido tienen una “personalidad activa y orientada a metas”.

La experta afirma que son personas a las que no les gusta perder el tiempo: “Siempre tienen un plan en mente y buscan avanzar de forma eficiente”, por lo que adoptan un ritmo acelerado de manera casi automática: es su forma de “canalizar energía sobrante” o de mantenerse activas frente a la rutina.

Mujer caminando rápido.
Algunas personas que caminan rápido sin necesidad, suelen ser enérgicas, decididas y no les gusta perder el tiempo. | Foto: Getty Images/Image Source

De acuerdo con un artículo publicado en el sitio web Geediting, esta acción se conecta especialmente con personalidades del tipo A, es decir, altamente competitivas, perfeccionistas y con una fuerte necesidad de eficiencia.

De esta manera, su paso rápido refleja una mentalidad orientada a la acción y al control del entorno, incluso cuando no tienen una urgencia real.

Por otro lado, la psicología explica que aunque caminar rápido puede sugerir confianza y proactividad, también puede ocultar ansiedad o estrés crónico. Según una publicación realizada por el portal Ok Diario, el ritmo acelerado puede aparecer cuando una persona busca aliviar tensión, incluso en momentos de aparente tranquilidad.

Desde el punto de vista neurológico, investigaciones como las del estudio Dunedin indican que la velocidad de la marcha tiene relación con estructuras cerebrales, lo cual sugiere que el paso no solo refleja mente y emociones, sino también condicionantes corporales y hábitos automáticos.

El entorno físico también influye en esta forma de caminar, pues en ciudades aceleradas, con tráfico caótico o una dinámica social urbana que va a toda velocidad, suele generar efectos contagiosos, impulsando a muchos a adaptar un paso más rápido para sincronizarse con los demás.

Personas caminando rápido
Caminar con paso firme y decidido puede proyectar seguridad en algunos individuos. | Foto: Getty Images/Image Source

En conclusión, la psicología indica que los motivos de cambiar rápido pueden variar, reflejando desde una mente acelerada - con un alto nivel de ansiedad o estrés interno -, hasta una personalidad que desea tener todo bajo control porque teme perder el tiempo y siente que debe aprovechar cada segundo.

También puede ser una señal la autoexigencia o perfeccionismo, por lo que caminar rápido se interpreta como una extensión de ese impulso por rendir, cumplir y seguir avanzando.

Por último, se podría decir que puede ser un hábito aprendido por años de vivir en contextos acelerados, como ciudades grandes o trabajos exigentes, aunque también puede ser una acción que transmite confianza, proyecta autoridad y control sobre el entorno.