Cómo
Según la psicología, este es el significado de dormir abrazando una almohada
Aunque parezca inusual, este hábito es más común de lo que muchos creen y ha sido analizado por diferentes expertos.

El tiempo de descanso es esencial para la salud física y mental del ser humano, más aún después de una larga jornada de trabajo o compromisos generales. Lo curioso de este momento de la jornada, es que cada persona tiene diferentes rituales o maneras de dormir.
Una de ellas es abrazando una almohada. Este hábito, aunque parece inusual, es más común de lo que muchos creen y tiene varios significados psicológicos relacionados con la personalidad, las emociones y las necesidades afectivas de quien lo practica.
Según expertos en esta área, ya sea por necesidad de confort, apego emocional o búsqueda de compañía, este hábito revela aspectos importantes sobre quién es la persona y cómo gestiona sus emociones, señala la revista de mujer del medio El Español, Magas.
Significados de dormir abrazando una almohada
Búsqueda de confort y seguridad
Este es uno de los principales motivos de este hábito, ya que recrea el contacto físico y la cercanía que se experimenta en situaciones de afecto, como abrazar a un ser querido.
Lo más leído
De acuerdo con varios estudios en el campo de la psicología, esta necesidad de abrazar algo mientras llega la hora de dormir podría estar vinculada a un mecanismo de ‘autocalma’ que ayuda a reducir la ansiedad y el estrés.

Para muchas personas, la almohada se convierte en un objeto de autoconsuelo, especialmente en momentos de soledad o incertidumbre
Apego emocional y reflejo de la infancia
Desde la perspectiva de la personalidad, la psicología también ha demostrado que dormir abrazado a una almohada puede estar vinculado a personas que valoran profundamente sus relaciones cercanas y suelen ser vistas como individuos confiables y protectores, con un fuerte apego emocional.
Esa la búsqueda de cercanía física genera esa acción de abrazar una almohada como una forma subconsciente de revivir esa sensación de protección y calidez que, generalmente, se experimenta con fuerza durante la infancia.
En este sentido, los expertos indican que quienes duermen abrazando una almohada tienden a ser personas cariñosas, leales y empáticas.
Falta de conexión emocional
En algunos casos, este hábito puede ser una señal de que se está atravesando un momento emocional difícil.
Al abrazar la almohada, la persona podría estar buscando cómo llenar un vacío emocional, utilizando este gesto como una forma de mitigar la sensación de soledad o aislamiento.

Este comportamiento puede surgir en momentos de estrés o incertidumbre, como un método para que la mente logre calmarse y sentirse segura. Es decir, la almohada funcionaría como refugio emocional, proporcionando una sensación de compañía simbólica durante la noche.
Gestión de las emociones
Como se mencionó anteriormente, en el campo de la psicología, abrazar una almohada puede funcionar como un mecanismo de autocalma y ser un reflejo de cómo se manejan emociones en la vida diaria.
Además, es una forma inconsciente de liberar tensiones acumuladas y afrontar situaciones de estrés o ansiedad. “Las personas que adoptan esta postura suelen ser vistas como emocionalmente abiertas y sinceras”, señala la misma fuente.
También es un hábito que puede estar relacionado con una tendencia a la introspección y la autoevaluación.