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¿Sufre de hígado graso? Evite a toda costa estos 5 alimentos
La mejor forma de evitar esta enfermedad es teniendo buenos hábitos alimenticios.

El hígado es un órgano que cumple funciones importantes en el organismo. Trabaja como filtro para eliminar toxinas de la sangre, ayuda a digerir los alimentos y a mantener constantes los niveles de azúcar.
Diversas afecciones en la salud, los genes, la dieta y el sistema digestivo pueden aumentar la posibilidad de desarrollar la enfermedad del hígado graso. El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, NIH, explicó que cuando esto ocurre, se denomina enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHNA)
Natalia Antar, licenciada y nutricionista del Hospital Británico y de la Liga de Argentina de Lucha contra el Cáncer, habló con Infobae, donde explicó que, “el hígado graso, conocido médicamente como esteatosis hepática, es una condición en la que se acumula grasa en las células del hígado. Puede tener origen alcohólico o no alcohólico, siendo este último el más común actualmente, especialmente vinculado a la obesidad, la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico".

Una gran parte de las personas que padecen esta enfermedad no sufren daño hepático. No obstante, algunas sí llegan a presentar inflamación y daño en las células hepáticas. Esta etapa de esta enfermedad es conocida como esteatohepatitis no alcohólica o EHNA.
“Si la EHNA empeora, puede causar cicatrices permanentes y endurecimiento del hígado. La enfermedad hepática en esta etapa se denomina cirrosis y puede provocar insuficiencia hepática o cáncer de hígado”, explica el Instituto Nacional de Salud.
Así puede identificar si padece de hígado graso
De acuerdo a la explicación entregada por el NIH, la enfermedad del hígado graso cada vez es más común. Sin embargo, no siempre presenta síntomas, pero si los presenta, pueden ser fatiga o molestias en la parte superior derecha del abdomen.
“Hay muchísima gente con enfermedad hepática, y la mayoría no lo sabe”, señaló el doctor Matt Cave, hepatólogo de la Universidad de Louisville en NIH. “Es importante conocer la enfermedad para que las personas puedan hacerse la prueba con sus médicos”, agregó.
En la actualidad, no existe un tratamiento para combatir esta enfermedad, pero sí se puede controlar, mejorando los hábitos alimenticios y evitando la ingesta de ciertos alimentos.
Para el NIH, “el tratamiento más efectivo contra el hígado graso es un cambio en el estilo de vida”.

- Alimentos ultraprocesados: un estudio en Gastroenterología Clínica y Hepatología relacionó el consumo regular de comida rápida con la enfermedad de hígado graso, sobre todo en personas con diabetes tipo 2 u obesidad.
- Grasas saturadas y grasas trans: “Los embutidos, fiambres, productos de panadería industrial y comidas rápidas promueven inflamación y disfunción hepática”, mencionó Antar. Esta experta recomendó evitar la ingesta de estos alimentos y reemplazarlos por grasas naturales insaturadas.
- Azúcares simples, especialmente fructosa: de acuerdo a los expertos, la fructuosa está presente en los refrescos, bebidas deportivas y jugos- El azúcar de mesa se convierte en glucosa y fructuosa durante la digestión y, por ende, es una fuente importante de fructuosa. Los expertos recomiendan ingerir agua o café sin azúcar. "Especialmente el jarabe de maíz de alta fructosa (presente en bebidas azucaradas y snacks) aumentan la síntesis de grasa hepática", dijo la licenciada Antar.
- Harinas refinadas y exceso de carbohidratos: “Los panes blancos, galletitas, pastas no integrales elevan la glucemia e insulina, favoreciendo la acumulación de grasa en el hígado”, dijo la experta.