El expresidente Álvaro Uribe no niega su fe en Dios y la Iglesia católica.
Este fin de semana aprovechó un recorrido político por Girardota, Antioquia, para visitar el santuario del Señor Caído, a quien le profesó abiertamente su devoción.
Uribe, acompañado de su robusto esquema de seguridad, dedicó unos minutos a orarle en silencio.
“Vine con la senadora Paloma Valencia a visitar al Señor Caído de Girardota, a mi abogado. El Señor Caído les ayudó al doctor Jaime Granados, Jaime Lombana y Juan Felipe Amaya, a ganarle esta batalla jurídica a Iván Cepeda, el candidato presidencial de Gustavo Petro”, afirmó el expresidente en un video que divulgó en sus redes sociales.
Uribe —quien asiste a misa casi todos los domingos— se refiere a la investigación penal por supuesta manipulación de falsos testigos que lo mantuvo en los tribunales durante casi una década y que va en la absolución a su favor por parte del Tribunal Superior de Bogotá.
El líder natural del Centro Democrático siempre ha destacado el amplio conocimiento jurídico de Granados, Lombana y Amaya, pero como buen católico y religioso, tiene claro que el poder espiritual es importante y también suma.
El Señor Caído de Girardota es un ícono religioso y en la catedral de ese municipio reposa un Jesucristo en madera que llegó a Colombia desde Quito en 1967. Los feligreses le atribuyen a la imagen centenares de milagros, especialmente, curaciones de enfermedades.








