La puja por la dirección de la cárcel La Picota, en el sur de Bogotá, tal vez el penal de mayor importancia en el país, terminó con el reciente nombramiento del mayor del Inpec, Jaider Ospina Castillo. Se trata de un funcionario con más de 20 años de experiencia y que estuvo al frente de otras cárceles de alta seguridad como la de Valledupar y recientemente Cómbita en Boyacá.
El mayor Ospina Castillo tendrá ahora la responsabilidad que otros funcionarios estaban evitando: dirigir La Picota, un penal que para algunos se convirtió en una ‘papa caliente’ dada la complejidad, variedad y número de privados de la libertad, y con exigencias bastante particulares.
Como muchos directores de cárceles, el mayor Jaider Ospina Castillo, también ha sido víctima de amenazas. Mantiene un esquema de seguridad y a su llegada a La Picota espera acabar con una temporada de interinidad, regresar a la normalidad las dinámicas administrativas y, por supuesto, garantizar la transparencia en el servicio de vigilancia y custodia de los presos.
En La Picota hay varias advertencias de seguridad, incluso investigaciones por recientes fugas en considerado: penal más seguro del país. Ahora el mayor será el encargado de garantizar que las fugas y los presuntos hechos de corrupción sean cosa del pasado, además de motivar la denuncia, al igual que el avance de las investigaciones.