En ocasiones se suele pensar que llevar un estilo de vida ecológico lleva consigo la inversión de grandes sumas de dinero o por el contrario que quien adopte dicha forma de vida deberá abocarse sin remedio a ser una especie de hippie que no se baña frecuentemente y que anda predicando como vivir de la mano de la naturaleza.
Sin embargo, no hay nada más alejado de la realidad ya que conceptos como sostenibilidad ambiental y ahorro van de la mano. Y no se necesita ser Leonardo DiCaprio o un amante de la naturaleza para ahorrarse unos cuantos pesos y de paso ayudar a la sostenibilidad planetaria. A continuación algunos tips.
Cultive un huerto casero: La sola sugerencia puede llegar a asustar, sin embargo, realizar la labor no tiene mayor ciencia, unas macetas pequeñas o reservar un espacio de su jardín es suficiente para armarse de unas semillas e iniciar su propio cultivo. Incluso si usted vive en un una casa o en un apartamento pequeño es posible cultivar sus alimentos en el techo de su vivienda gracias al ejemplo de Altos de Cazucá (Soacha) y Ecotechos. En el siguiente enlace puede encontrar una breve guía de como tener vegetales frescos y libres de químicos cultivados por usted mismo. (
Vea: Techos que dan comida)
Utilice medios de transporte alternativos como la bicicleta o haga uso del transporte público: En algunas ciudades de Colombia día a día se extienden los senderos únicos para bicicletas. Una inversión inicial que puede estar entre los 200.000 y los 2.000.000 de pesos al cabo de uno o dos meses puede parecer ínfima si se compara con el gasto promedio de gasolina y parqueaderos que se tiene que asumir al conducir un carro los días laborales. En Estados Unidos el costo promedio de manejar un carro durante un año es de 10.000 dólares para una familia de cuatro personas. Mientras que el costo promedio de mantener una bicicleta por un año oscila entre los 300 y 500 dólares. Pero si usted no es un entusiasta de la bicicleta el transporte público es una gran manera de ahorrar y mientras una moto o un carro particular contaminan bastante solo transportan a una o dos personas. (
Vea: “El uso de la bicicleta trae beneficios económicos”)
Conozca y aproveche la economía colaborativa: Muchas veces no somos conscientes de que compramos algunos artículos que usamos muy poco, por ejemplo un taladro es una de esas herramientas de las que hacemos un uso bastante esporádico. Gracias al conceto de la economía colaborativa podemos conciliar con amigos, vecinos o familiares el uso de ciertos productos o servicios por los que haríamos un solo pago y se beneficiarían varias personas. Compartir el auto (carpooling) es otra de las formas más fáciles de hacer uso de este concepto. Solo hace falta ser un poco creativos. (
Vea: Hablemos de Economía Solidaria y consumo colaborativo)
El típico ahorro energético en el hogar: estar al tanto de apagar las luces de los espacios que no estemos habitando, desconectar los vampiros electrónicos (cargadores y otros electrodomésticos que no estemos utilizando), tender la ropa en vez de utilizar la secadora. Son prácticas que al final del mes pueden tener un gran peso en el costo final de los recibos del agua y la luz. También darse duchas cortas o recolectar agua lluvia pueden ser otras buenas formas de ahorro. (
Vea: 5 formas de reducir nuestra huella de carbono)
Finalmente, aplicar las tres erres de la ecología (reciclar, reutilizar y reducir) en algunos aspectos de nuestra vida puede una gran forma de ahorrar tiempo, dinero y espacio, esto último para los acumuladores que tiene miles de cosas que no utilizan y que podrían ser de gran utilidad para personas de menos recursos. Así además de ahorrar también estaríamos ayudando a la sostenibilidad de otras personas.