MEDIOAMBIENTE
El Cocuy le da lecciones al país sobre cómo se debe cuidar el ecosistema
Hoy, cuando el cambio climático amenaza sus nevados, sus habitantes le apuestan a una economía responsable con el medioambiente.
No es casual que las casas coloniales de El Cocuy estén pintadas de blanco y verde claro. No se trató de una apuesta estética –aunque hoy se pueda ver así–, fue una inteligente medida que tomó el exalcalde Marco Antonio Gamba García a mediados de los noventa para evitar la confrontación política de sus pobladores quienes, hasta ese momento, pintaban sus puertas de rojo o azul para evidenciar si eran liberales o conservadores.
Las casas y sus tranquilos colores son la primera imagen que reciben los casi 19.000 viajeros que anualmente llegan a este municipio para visitar el Parque Nacional El Cocuy. Aunque la confrontación política cesó, la ciudad ha tenido que librar otras batallas. La más reciente es contra el cambio climático que amenaza a los 25 picos nevados del parque, el principal atractivo turístico de la región. Por eso, los cocuyanos quieren ser sostenibles.
Hoy se han logrado pequeños pero significativos avances. El turismo (el segundo renglón económico del pueblo) tiene dos restricciones claras: no pisar la nieve y no acampar; y ya se ven los efectos. Desde hace seis meses los venados regresaron al valle de los Frailejones, que es la antesala para subir a los picos nevados.
Además, los cocuyanos han diversificado la actividad turística para que esta no se concentre solo en el parque. Para conseguirlo, el municipio ha reparado las carreteras que conducen a los distintos miradores como el cerro Mahoma, desde donde se ven los ocho municipios de la región, a una altura de 4.100 metros, e impulsan el avistamiento de aves como águilas y torcazas.
También se han tomado medidas para garantizar que la ganadería y la agricultura, que son la principal fuente de empleo, se practiquen de manera responsable. En asocio con la Gobernación, la Alcaldía de Ramiro Daza está promoviendo el mejoramiento genético de las razas de vacas y ovejas para aumentar su producción en menos espacio y, así, evitar más daños en los páramos. De esta forma, El Cocuy cuida su entorno y se convierte en un modelo para el país y así garantizar que la nieve, los venados y la riqueza del territorio, permanezcan.