La catedral de la Virgen de la Candelaria, de estilo gótico, tiene 63 metros de altura. Es solo uno de los numerosos templos que adornan el paisaje. | Foto: Mario Pedraza

TURISMO RELIGIOSO

El fervor religioso aún se conserva en el municipio de Garagoa

Allí se encuentra una de las catedrales más altas de Suramérica, y hay tres parroquias y siete centros de oración donde se realizan celebraciones católicas durante todo el año.

6 de agosto de 2018

Una catedral de 63 metros y estilo gótico, consagrada a la Virgen de la Candelaria, es el ícono distintivo de la ciudad de Garagoa, construida en la década de los cincuenta. Ella simboliza el fervor y el arraigo religioso de los más de 22.000 habitantes del municipio, conocido popularmente como la Sultana del Valle de Tenza.

Igualmente, se destacan los templos de Nuestra Señora de Chiquinquirá, la Virgen del Carmen y del Divino Niño. Todas las parroquias fueron erigidas por trabajadores garagoenses, son cuidadas con esmero y se destinan durante todo el año a distintas celebraciones: la Fiesta de la Virgen de la Candelaria, patrona de la parroquia, se celebra el primer fin de semana de febrero; la Fiesta de la Virgen del Carmen, se conmemora el 20 de julio.

También se llevan a cabo la Fiesta de la Virgen de Chiquinquirá, el 16 de julio; del Divino Niño, en el mes de septiembre, y el Aguinaldo Garagoense, una “tradición cultural que surgió hace más de 50 años. Para celebrarla, los campesinos sacan luminarias y réplicas de iglesias del mundo, y desfilan en carrozas y comparsas”, explica el alcalde Julio Ernesto Sanabria.

Además, en la primaveral Sultana boyacense (su clima oscila entre los 17 y 25 grados celsius) se asientan siete centros de oración entre los que se destacan el Monasterio de las Carmelitas Descalzas, que es un espacio de formación de religiosas, y el Sendero de Olivita, una humilde casa en donde “los creyentes del catolicismo oran y reciben peregrinaciones de todo el país”, según comenta Sanabria.