Unir por vía marítima a China con Europa, África y América Latina es el gran objetivo del Cinturón y la Ruta. | Foto: iStock

ECONOMÍA

China comienza a trazar la nueva Ruta de la Seda del siglo XXI

Esta hace parte de la iniciativa Cinturón y Ruta (OBOR) promovida por el presidente Xi Jiping. En ella se verían implicadas 65 naciones y tendrá una inversión de 140.000 millones de dólares.

Juvenal Infante*
23 de octubre de 2018

La gran prioridad del presidente chino Xi Jinping es lograr que China vuelva a ser una superpotencia, pero lejos de las confrontaciones o la hegemonia. Según los pronósticos generalizados, que incluyen los del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, el país asiático le habrá despojado la supremacía económica a Estados Unidos en menos de dos décadas.

Los análisis del ranking mundial de las grandes economías, concluyen que la Unión Europea y el resto de las naciones de Europa pierden fuelle y se quedan sin aire; que los estadounidenses continúan ganándoles el pulso a los chinos, pero el veterano y sagaz ‘Imperio del Centro’ se sabe acomodar a las nuevas realidades del mundo de hoy. Se prepara, innova, se renueva y expande sin pausa sus fronteras comerciales, económicas y diplomáticas en todos los frentes y a todos los rincones del planeta, sin descuidar a los relegados por las potencias occidentales: África y América Latina y el Caribe.

En solo tres décadas, los factores industrial, financiero y tecnológico han convertido a la república oriental en la pujante segunda potencia mundial. Una de las claves de su crecimiento fue el haber sorteado con éxito la crisis recesiva que golpeó al mundo en 2008 y parte de 2009. Esta tuvo un impacto negativo en las economías americana y europea y permitió el rápido ascenso de la madura China.

En septiembre de 2013, Xi Jinping presentó la iniciativa la Franja y la Ruta (OBOR), con la finalidad de promover estrategias en diferentes países e impulsar la cooperación multilateral en términos de conectividad, infraestructura y desarrollo sostenible, entre otros objetivos. Se trata de una moderna red de conexiones a lo largo de la histórica Ruta Comercial de la Seda, que hace 22 siglos unía a Asia, África y Europa por vía marítima y terrestre, a través de desiertos y agrestes montañas.

La repercusión de esta iniciativa que lidera China es de tal magnitud que el conjunto de países llamados a cooperar, y por donde pasará la nueva Ruta de la Seda del siglo XXI, representan el 5 por ciento del PIB mundial, 70 por ciento de la población del mundo y el 75 por ciento de las reservas energéticas conocidas. En total son 65 naciones las que se verán implicadas y unas 4.400 millones de personas. La inversión tendrá un costo de 140.000 millones de dólares.

La nueva ruta marítima busca impulsar la conectividad de los puertos para unir la parte oriental del gigante asiático con el continente europeo, africano y latinoamericano cruzando el océano Índico y el océano Pacífico. Por otro, la ruta de autopistas terrestres pretende unir el territorio chino con Europa, el Golfo Pérsico, el Mediterráneo y el Sudeste Asiático.

Todo esto incluye colosales planes de infraestructura como carreteras, vías ferroviarias, puertos e instalaciones energéticas para agilizar el transporte transfronterizo de mercancías y materias primas que faciliten el comercio. E incluye programas de estandarización de procesos de aduana, normas y regulaciones de comercio, la mejora del acceso a los mercados y la facilidad para la inversión y el movimiento de capitales.

China busca alcanzar la integración financiera a través de organismos multilaterales y con el uso del RMB (Renminbi o Yuan) como divisa en el comercio bilateral, con el fin de crear un sistema de estabilidad monetaria, inversión, financiación y crédito en Asia. Se prevé que la iniciativa también incentivará el flujo de turismo a lo largo de los países interconectados con la ruta.

Finalmente, el interés del gigante asiático es reducir los costos y el tiempo de transporte de mercancías para lograr mayor competitividad de sus productos, y aminorar el costo de sus importaciones de alimentos, productos básicos, materias primas y productos energéticos.

*Director del Centro de Estudios del Asia de la Universidad Sergio Arboleda.