TECNOLOGÍA
¿Cómo es posible que unas plantas conviertan el cianuro en fertilizante?
Eso habría que preguntárselo al grupo de científicos colombianos que diseñó un proceso de extracción aurífero único, sin uso de mercurio y con ayuda de nanotecnología.
Ante la prohibición del mercurio, la pequeña minería aurífera aumentó el uso de cianuro para sus labores extractivas. Sin embargo, la mala utilización de este compuesto químico genera graves afectaciones, como la devastación del suelo, la intoxicación de la fauna y la contaminación de las fuentes hídricas.
La empresa colombiana Nanotecol construyó una planta de extracción de oro en el municipio antioqueño de Abriaquí que, a través de la nanotecnología y la biociencia, revierte los impactos negativos del cianuro y los convierte en aportes positivos para los ecosistemas y la agricultura.
Cuando los mineros extraen el oro mediante el uso del mercurio o la utilización inadecuada de cianuro, solo recuperan entre 30 y 70 por ciento del material dorado que hay en las rocas (a este se le llama oro visible) y desechan un porcentaje significativo del mineral. La propuesta de Nanotecol consiste en que el minero elija métodos no contaminantes para la extracción del oro visible y lleve a la planta de beneficio la materia restante, donde se recuperará el oro invisible, y lograr un porcentaje de rescate del 90 por ciento.
Para esto, la compañía creó un proceso nanotecnológico que consiste en depositar el material que contiene el oro no visible en un tanque con cianuro durante cuatro horas. Posteriormente, la sustancia dorada se somete a un proceso de precipitación, decantación y fundición. Ese cianuro que se utilizó para la extracción aurífera no se vierte en piscinas (así suelen almacenarlo las empresas que trabajan con este) sino que se integra a un sistema de riego que transporta el cianuro a unos sembrados de plantas llamadas ‘cianívoras’, tratadas por los científicos de Nanotecol. Los microorganismos que las componen transforman el cianuro en fertilizante y anulan sus efectos tóxicos. Las cianívoras, además, atrapan el carbono, e impiden la liberación de cianuro al ambiente y al agua, y reducen las emisiones de dióxido de carbono.
Los creadores de esta tecnología son un grupo de doctores en química, nanociencia, física y biotecnología, y el desarrollo de este proyecto les tomó tres años de experimentación. “Buscamos implementar este modelo a nivel nacional a través de una ‘app’ que haga a la minería colombiana más eficiente y competitiva a nivel internacional”, asegura Yudira Zapata, gerente de Nanotecol.
Esta innovación reduce el consumo de agua en 40 por ciento y utiliza 30 por ciento menos de cianuro. Su eficiencia también se hace visible al disminuir 60 por ciento los tiempos de extracción del oro, pues mientras la cianuración artesanal toma entre 24 y 72 horas, este proceso nanotecnológico dura de cuatro a seis horas. Además, las cianívoras sirven, después, para alimentar al ganado, sin causar ningún efecto intoxicante que perjudique la salud de los animales.