TESTIMONIO
Los testimonios de cinco familias beneficiadas con Mi Casa Ya
Este subsidio a la tasa de interés y a la cuota inicial hace la diferencia para cientos de colombianos que aspiran a tener casa propia. Aquí cuentan su experiencia.
Adriana García
42 años
Palmira, Valle del Cauca
Durante 13 años, Adriana y su esposo vivieron en arriendo con sus dos hijas. En 2016 supieron del programa Mi Casa Ya y decidieron hacer el trámite que les permitió recibir un subsidio para la cuota inicial y otro a la tasa para disminuir el valor de las cuotas mensuales de su vivienda.
Un año después, el primero de octubre de 2017, se mudaron a su nuevo hogar. “Sin el subsidio de Mi Casa Ya habría sido muy difícil. Cuando nos entregaron las llaves sentimos una alegría muy grande; sobre todo para las niñas”.
Para esta familia lo que sigue es disfrutar de la tranquilidad de tener un techo propio y concentrar sus esfuerzos en invertir para su propia casa.
Deyver Alexánder Herrera
47 años
San Martín, Meta
Tres años duró Deyver ahorrando todo lo que se ganaba para comprar su casa. Finalmente completó una parte del dinero y se acercó al banco para pedir un préstamo por el valor restante.
Después de obtener el crédito y comprar el apartamento, le informaron que era uno de los beneficiarios del subsidio Mi Casa Ya. “Como el apartamento me lo entregaron en obra gris, con esa plata pude mejorarlo. Una ayudita más para la vivienda nunca sobra”, afirma contento mientras cuenta que lo que pagaba de arriendo es prácticamente lo mismo que lo que debe dar de cuotas. “Pero no hay nada como estar en lo de uno”.
Carlos Murcia
38 años
Chiquinquirá, Boyacá
En abril del año pasado Carlos encontró el proyecto residencial en el que quería comprar su primera casa. Seis meses después de haber iniciado todos los trámites bancarios, recibió el subsidio de Mi Casa Ya.
Antes pagaba 360.000 pesos mensuales de arriendo. Hoy, las cuotas del crédito de esta vivienda que está a su nombres son de 340.000 pesos cada mes. Vive con su esposa y sus dos hijas y la seguridad que le brinda su nuevo hogar es lo que más lo reconforta. El apartamento está en un buen barrio y dentro de un conjunto cerrado. Pero lo mejor es ese sentimiento de satisfacción, de orgullo. “Lo que trabajé durante muchos años aquí está reflejado. Ya puedo dejarles a mis hijas una casa para ellas”.
Jorge Eliécer Herrera
43 años
Cúcuta, Norte de Santander
Diecinueve años tardará Jorge Eliécer en pagar su casa. Suena un tiempo eterno, pero en realidad es el que se ajusta a sus posibilidades económicas. Es mucho, pero vale la pena. El trámite arrancó el año pasado. Fue cuestión de meses para convertirse en uno de los beneficiarios del subsidio de Mi Casa Ya.
“Con mi situación actual, no tengo cómo pagar la casa más rápido”. Lo dice satisfecho. No hay nada como poder pagar una deuda cómodamente. “Hay que seguir trabajando, pero llegar a mi apartamento todos los días no tiene precio”.
Loly Luz Lugo
32 años
Cereté, Córdoba
Estrenó casa tan pronto arrancó el año. El apartamento lo comparte con una hermana y una sobrina. Antes vivía en la casa de sus padres, en Montería. Ahora está en el municipio de Cereté y paga algo más de 250.000 pesos de cuota mensual con el subsidio de Mi Casa Ya. “No hay nada como la independencia y la intimidad”, asegura. El tiempo que tardaba en desplazarse hasta el trabajo aumentó. “No importa, tengo mi casa y eso me genera una gran satisfacción”.
Por cuenta del subsidio al que logró acceder de acuerdo con sus ingresos, recibió 14 millones de pesos para la cuota inicial y una reducción en los puntos de la tasa de interés durante los primeros siete años.