El garante de la no repetición

Por más de 20 años este fotógrafo y periodista antioqueño ha registrado en su cámara a personas, lugares y comunidades enteras, que sufren por el terrorismo y el conflicto armado en Colombia. Trabajó por nueve años en el periódico El Colombiano, pero en 2001 se independizó porque la inmediatez del diario no lo dejaba contar las historias con el rigor que él quería.

Desde entonces tiene sus aliados en los párrocos, las ONG, los familiares de las víctimas y los líderes sociales, que lo llaman para que muestre la violencia que sufren las poblaciones más recónditas del país. Su trabajo, profundamente local pero también universal, amplía el grito de los que llevan la peor parte en las guerras y provoca lo que tanta falta hace en Colombia: empatía.

Chucho, como le gusta que le digan, llegó a lugares a los que la prensa nunca fue, y regresa una o más veces a donde retrató el dolor de la violencia a fin de acompañar a las víctimas que tratan de recuperarse. Sirve de referente para todo periodista y fotógrafo que ve la profesión como un servicio a la comunidad.

Año tras año fue construyendo el archivo más potente de la guerra en Colombia y ahora logró convertirlo en una garantía de no repetición. El testigo, una muestra de 500 fotografías tomadas en múltiples lugares del país durante más de 20 años, es la exposición de mayor impacto en la historia nacional, con más de un millón de visitas en un año.

Su voz y sus imágenes ayudan a recordar por qué esa violencia no puede volver a ocurrir.