EDUCACIÓN Y SALUD SEXUAL
Formación integral en sexualidad sin tabúes
Brindar las herramientas necesarias e información clara frente a la sexualidad es la apuesta de Profamilia para que la niñez y la juventud se empodere frente a sus derechos sexuales y reproductivos.
Llamar a las cosas por su nombre es el primer paso para una educación integral en sexualidad. El segundo es comprender el contexto de cada comunidad para diseñar y adaptar estrategias con base en sus realidades. El tercero, entender que en cada momento de la vida, la sexualidad tiene sus particularidades y que no hay que esperar a la adultez para hablar de esta.
Bajo estas premisas, Profamilia trabaja para educar y empoderar a toda la población colombiana –sobre todo a los jóvenes– para que decidan su vida frente a los derechos sexuales y reproductivos. “Queremos que los niños y adolescentes comprendan que la realidad se puede transformar desde ellos mismos, desde sus propias relaciones con la familia, con los docentes, con la pareja”, explica Ronal Andrés Jiménez, coordinador de Educa, una línea de acción –creada por Profamilia– que brinda información sencilla y veraz sobre derechos y sexualidad.
¿Y por qué enfocarse en los niños y en los jóvenes? Porque ellos también son sujetos de derecho. Según Profamilia, en la medida en que ellos accedan, a través de herramientas educativas, a información adecuada sobre los derechos reproductivos, sin ningún tipo de estigma o discriminación, estarán en la capacidad de decidir sobre su plan de vida. Como lo menciona Marta Royo, directora de Profamilia, “la educación integral para la sexualidad es fundamental para la toma de decisiones responsables, evitar la maternidad y la paternidad temprana y acceder a mejores oportunidades”, entre otros.
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La organización, con 54 años en el país, ha liderado varias iniciativas como la Red Joven, que forma adolescentes y jóvenes para que repliquen entre sus pares los conocimientos adquiridos. De acuerdo con Paola Martínez, coordinadora de este programa, “si tenemos chicas y chicos que hacen parte de procesos en educación integral para la sexualidad, que reconocen sus derechos y las posibilidades de ejercerlos, y comparten esta experiencia, significa un cambio para la sociedad”.
Con enfoque en niñez, se dio inicio hace un año al proyecto Valiente. Más de 8.000 niños de los departamentos de Cauca, Chocó, La Guajira y Magdalena participan en procesos donde realizan preguntas sobre su entorno, la construcción de sus identidades y sobre sus derechos. Valiente cuenta con el apoyo de la Embajada de Canadá y de gobiernos locales para trabajar con 36 instituciones educativas. Así, la niñez –y sus entornos– construye sus derechos sin tabúes. Esa es la intención: la sexualidad como un asunto de todos.