Los ahorradores e inversores han empezado a buscar mayor seguridad para sus capitales y por eso acuden cada vez más a las fiducias. Los clientes las perciben como un vehículo confiable. | Foto: iStock

CONFIANZA

La fiducia: un sistema claro, sin escándalos

Aunque las fiduciarias crecen en tipos de negocio, todavía su misión principal es servirle a los clientes como custodio confiable de un bien preciado.

16 de agosto de 2019

Los ahorradores entraron en pánico. Primero fue el escándalo de Interbolsa, en 2012; y cuatro años más tarde, los desfalcos de las firmas Estraval y Elite International. Esos tres casos de estafas y malos manejos de recursos de terceros pusieron en alerta al país y provocaron que aumentara la desconfianza de los usuarios hacia el sistema financiero. Muchos afirmaban que preferían guardar su plata en un lugar secreto de la casa –debajo del colchón, en una caja fuerte, en una caleta fabricada para la ocasión– que ponerlo en manos de cualquier compañía inescrupulosa.

“La confianza de la gente se vio gravemente afectada y con razón –afirma el presidente de Franco Group, Diego Franco–, pero esas estafas ocurrieron debido a las ‘figuras’ con las que trabajaban estas empresas, de un lado las inversiones en bolsa; del otro, las libranzas. Las personas creyeron entonces que su dinero correría peligro en entidades similares. Hubo miedo. Pero no hay que perder de vista que esos fueron casos aislados, puntuales, lunares del sistema”.

Los ahorradores e inversores han empezado a buscar mayor seguridad para sus capitales y por eso acuden cada vez más a las fiducias. Los clientes las perciben como un vehículo confiable. Operan como un tercero que hace las veces de garante o custodio para que un dinero se destine al fin específico acordado por las partes (en las páginas de este especial hallará muchas explicaciones al respecto). “En Colombia su utilización se hizo muy popular luego de la crisis de 1998. En aquel entonces los proyectos de vivienda se vendían sobre planos y en algunos casos ese dinero se gastaba en otro propósito. Así dichos planes de construcción no podían llevarse a cabo”, recuerda Daniel Niño, analista de mercado.

Dicho de otra manera, las fiducias nacieron para hacer posibles muchos negocios que no veían la luz porque había desconfianza entre las partes. Esta figura potencia la seguridad de los involucrados y permite que muchas obras, proyectos y pactos de diversa índole echen a andar.

Los recursos que maneja el sistema fiduciario son millonarios. De acuerdo con la Superfinanciera, a finales de enero de 2019, las sociedades del sector administraron 533,8 billones de pesos, de los cuales 380,6 corresponden al modelo más tradicional de fiducia, que utiliza esta figura como un custodio de su dinero. Otra de las formas más usadas, con 78,1 billones de pesos, es el de los recursos de seguridad social. En un tercer lugar de importancia hallamos a los fondos de inversión colectiva, en ellos se administra el dinero de muchas personas que decidieron invertir en paquetes de acciones y quienes le pagan a un experto para que negocie con ellas de la mejor manera; ahí se administran 57 billones de pesos. En el cuarto rubro están los fondos de capital privado –las inversiones en negocios particulares– con 15,4 billones de pesos, que les generan utilidades a miles de inversionistas. Y, por último, se cuenta con la administración de pensiones voluntarias, con un aporte de 2,5 billones de pesos.

“Con el paso del tiempo las figuras posteriores a la fiducia han crecido porque han podido demostrar que son buenas administrando los recursos de terceros y que lo hacen con rigurosidad”, agrega Niño. Si se hace un análisis de participación por tipo de negocio, se notará que el grupo de fiducias representa el 71,1 por ciento del saldo total, seguido por los recursos de la seguridad social (14,7 por ciento), los fondos de inversión colectiva (10,7 por ciento), los de capital privado (2,9 por ciento) y el 0,5 por ciento restante corresponde a los de pensiones voluntarias.

Esto demuestra que, aunque las fiduciarias crecen en tipos de negocio, todavía su misión principal es la de servirle a su cliente como un garante o custodio confiable de un bien preciado. Y volvemos al inicio de este artículo, eso sucede porque generan confianza. Es una figura que permite hacer negocios porque las partes involucradas se sentirán seguras. También le dará la tranquilidad a un ahorrador para guardar su dinero por un periodo determinado. Por ejemplo, una persona que esté interesada en dejarle una herencia a un hijo puede abrir una fiducia por los años que considere conveniente y autorizar que se la entreguen a su beneficiario en una fecha futura. Es un sistema versátil, confiable, claro, fácil de usar, y lejano de los escándalos y dolores de cabeza que ciertas firmas pueden causarles a sus clientes.