COMPETITIVIDAD
1,6 billones de pesos se invirtieron en las zonas francas de salud
Estos lugares han generado más de 18.000 nuevos empleos y permiten contar con una infraestructura diseñada para prestar servicios de alta complejidad.
La posición geográfica de Colombia ha sido un referente de privilegio para la inversión en el país. Los dos océanos con los que cuenta y su nueva imagen ante el mundo han hecho que los inversionistas pongan el ojo en esta esquina del continente. En ese contexto, muchos son los sectores que se benefician de ese atributo, entre los que se destaca el de turismo de salud.
Se trata de un innovador sector que, además, genera empleo y calidad de vida y que tiene un aliado estratégico en el país: sus 15 zonas francas, que han servido para posicionar a Colombia en este segmento, dadas sus ventajas competitivas de costo y excelencia en mano de obra calificada.
Las cifras de este renglón hablan por sí solas. De acuerdo con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, las administraciones de estas 15 zonas francas han ejecutado inversiones acumuladas desde 2007 y hasta septiembre de 2019 de 1,6 billones de pesos y han generado más de 18.200 nuevos empleos entre directos, indirectos y vinculados.
Están ubicadas en Antioquia, Atlántico, Cundinamarca, Santander, Nariño, Norte de Santander, Bolívar, Córdoba, Cauca y Tolima, en donde desarrollan proyectos de alto impacto económico y social y contribuyen a mejorar la infraestructura hospitalaria para el país.
De acuerdo con el ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, el desarrollo existente de la oferta de proyectos de spa, termalismo y talasoterapia (método curativo de algunas enfermedades que se fundamenta en el clima y los baños marinos), que cuentan con múltiples atractivos y servicios en diferentes zonas del país, marcan una oportunidad para el sector de turismo de salud y bienestar, y Colombia está dando pasos de gigante en esta materia.
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Las zonas francas permanentes especiales de servicios de salud están amparadas en la Ley 1004 de 2005 y el decreto 2147 de 2016 y sus modificaciones. “Debido a la dimensión del turismo de salud, la estrategia desde el ministerio se ha desarrollado de la mano de Colombia Productiva y de ProColombia, a través de la línea de exportación de servicios, y con el trabajo articulado con la Andi y algunas cámaras de comercio y sus clústeres de prestación de servicios de salud”, señala Restrepo.
Gracias a este trabajo, Colombia se convirtió en el segundo país en América Latina, después de Brasil, en recibir la acreditación del Manual de Estándares de Acreditación en Salud Ambulatorio y Hospitalario del International Society for Quality in Healthcare (ISQua), la cual certifica que sus servicios de salud cumplen con los más altos estándares de calidad internacionales en temas como excelencia clínica, humanización y seguridad para el paciente y gestión del riesgo, lo que en términos de turismo, contribuye al reconocimiento mundial para la prestación de servicios de salud.
“Las zonas francas de salud impactan en las regiones donde se establecen, ya que permiten contar con una infraestructura diseñada para prestar servicios de alta complejidad y adquirir equipos de última tecnología en diversas especialidades. Esto conlleva a que los usuarios puedan gozar de una mejor calidad y prestación de servicios de salud”, agrega el ministro.
Libre de impuestos
Las zonas francas de salud tienen incentivos en materia de impuesto de renta, aduaneros y de comercio exterior. En cuanto al impuesto de renta, por ejemplo, disponen de una tasa especial del 20 por ciento y están exentas del pago de los impuestos parafiscales y del IVA sobre los materiales de construcción de la infraestructura.
“En materia aduanera, los insumos y equipos médicos que ingresen de otro país a la zona franca de salud no están sujetos al pago del IVA, ni de aranceles a la importación. Estas, además, pueden realizar operaciones de procesamiento por fuera de su territorio y los insumos que se consumen en el interior no pagan tributos aduaneros. Adicionalmente, las zonas francas de salud pueden retirar temporalmente equipos sin el pago de tributos, cuando estos se requieren para tratamientos médicos en el territorio nacional”, explica Édgar Orlando Martínez, director ejecutivo de la Cámara de Usuarios de Zonas Francas de la Andi.
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“Teniendo en cuenta el alto déficit en materia de salud y el alto nivel de complejidad que tiene el país, el régimen franco ha sido un salvavidas para que muchos proyectos puedan llevarse a cabo, ampliando además la oferta de camas y la demanda de un mayor número de profesionales de la salud, que se ha desplazado a estos departamentos”, concluye Martínez.
*Periodista económico.