COMPETITIVIDAD
El nuevo reto del turismo médico colombiano
El turismo de salud en Colombia es robusto, sin embargo, todavía es necesario fortalecer la innovación y tecnología.
El turismo está hoy llamado a convertirse en una de las más importantes industrias para el desarrollo económico de Colombia y, a pesar de que segmentos como el de sol y playa, cultural y de cruceros siguen liderando la lista de los de mayor demanda, existen otros de los cuales se cuenta con poca información, pero que evidencian un gran potencial.
El país ha sido catalogado como uno de los principales escenarios para desarrollar el turismo de salud, pero, ¿sabemos realmente en qué consiste y ¿cuáles son los retos que deben enfrentarse para alcanzar incrementos exponenciales?
De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo (OMT), este segmento abarca la salud física, mental y espiritual a través de actividades médicas y basadas en el bienestar, encaminadas a aumentar la capacidad de los individuos para satisfacer sus propias necesidades y ‘funcionar’ mejor en su entorno.
Según la entidad, el turismo de salud está dividido en dos: el médico y el de bienestar. El primero de ellos se relaciona con viajes dentro o fuera del país para realizar tratamientos basados en evidencia médica, recursos y curaciones, prevención y rehabilitación. El de bienestar se refiere a actividades preventivas, proactivas y que mejoren el estilo de vida. Ejemplos de ellas son las de fitness, alimentación saludable, relajación, cuidado personal y tratamientos curativos.
En Colombia, este segmento ha demostrado claros crecimientos. En 2017, unos 18.200 turistas llegaron al país en busca de un tratamiento médico, mientras que en 2016 esa cifra fue de 14.620, lo que se tradujo en un incremento del 24 por ciento. Sin embargo, en 2018 se alcanzó un número de 23.735, es decir, 30 por ciento más que en el año anterior.
Por ello, el país ha venido trabajando en alcanzar la excelencia y competitividad de su portafolio de servicios para brindar alta calidad, tecnología, profesionalismo y respaldo en las más importantes ciudades receptivas de este segmento –Bogotá, Medellín y Cali– y así robustecer su oferta. Por su parte, las agencias de viajes de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato), han visto también este segmento como una oportunidad, si se tiene en cuenta, por ejemplo, la devaluación del peso colombiano. Han innovado cada vez más al incluir dentro de sus paquetes todos los servicios necesarios para ofrecer comodidad, tranquilidad y buen precio.
Sin duda, Colombia tiene un latente potencial en el turismo de salud y, si bien se debe destacar la labor público-privada que se ha venido gestionando, es importante tener en cuenta los retos que se desprenden de estas exitosas cifras. El primero de ellos se relaciona con incentivar una mayor capacitación para el capital humano no solo como especialistas en su rama, sino también en adoptar un segundo idioma, pues la gran mayoría de quienes nos visitan por este motivo provienen de Estados Unidos.
Otro desafío es fortalecer la innovación y tecnología de los centros especializados, en aras de ofrecer un servicio más integral y adecuado para suplir las necesidades de este tipo de viajeros. Se hace también inminente una mayor inversión en infraestructura física y asistencial del sector, así como del hotelero, para brindar un servicio integral y satisfactorio a quienes buscan este tipo de turismo.
Para la industria de los viajes, por último, es de gran importancia contar con mayor información que exponga la situación actual del turismo de salud, sus alcances, datos estadísticos e iniciativas para preparar los destinos y construir un plan de estrategias que permita a todos los actores del sector conocer los aspectos en los que se debe trabajar con mayor ímpetu y así potencializar este segmento.
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*Presidenta ejecutiva de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato).