EMPRENDIMIENTO
De la mano de los emprendedores y el sector privado avanza Soto Norte
La provincia más pequeña de Santander tiene un gran potencial productivo que poco a poco se da a conocer. Emprendedores y empresas como Minesa han aportado al desarrollo de esta región. Estos son los micro proyectos.
Conformada por solo seis de los 87 municipios que tiene el departamento, Soto Norte tiene un gran potencial productivo y una riqueza histórica inmensa, entre los que se destacan: la agricultura, reflejada en la calidad de sus tierras y sus diversos pisos térmicos; el turismo, derivado de sus impresionantes paisajes y atractivos naturales; y sin duda la minería, actividad que durante más de 400 años se ha desarrollado principalmente en Vetas y California.
Entre las más de 22.000 personas que habitan sus sabanas y montañas, en las que convergen todos los colores de la naturaleza, ciudadanos emprendedores se sienten optimistas por el reconocimiento que en el mes de mayo les otorgó la Gobernación al declarar a Soto Norte como una provincia independiente del Área Metropolitana de la capital santandereana y por el interés de las inversiones privadas en su territorio.
Este reconocimiento como provincia les brinda a los municipios que la integran, la posibilidad de formular proyectos estratégicos conjuntos y gestionar recursos con mayor facilidad dándoles la posibilidad a los sotonorteños de darle paso al progreso de la región.
En California, un pueblo acogedor y uno de los municipios de esta provincia, sus montañas albergan oro, agua y abundante vegetación. Los tres elementos conviven entre las actividades productivas de su gente, como la agricultura.
Esta tiene un papel protagónico para la construcción de un mejor futuro en Soto Norte y las cientos de familias campesinas que hacen parte de ella. A través de Mi Campo, un programa liderado por la Sociedad Minera de Santander (Minesa), en alianza con la Corporación Colombia Internacional (CCI), se viene trabajando para que la uchuva, el aguacate hass, la gulupa, la granadilla y la pitahaya, frutos exóticos por excelencia, conquisten los mercados nacionales, con calidad de exportación, a través de un programa que está transformando la vida de las manos que los cultivan.
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Las oportunidades, sumadas al empeño de los sotonorteños que han encontrado apoyo en la industria privada, empiezan a dar resultados, como Alfonso Rodríguez, quien, con 67 años, es uno de los pocos productores de cebolla en polvo del departamento, emprendimiento que ha recibido un importante apoyo para crecer. “Minesa me invita a todos los eventos que hace y allí puedo explicarle a la gente en qué consiste la marca Cebolla Berlín”. Ejemplo de ello fue su participación en Agrópolis, una de las exposiciones agropecuarias más grandes de Bucaramanga, a la que asisten 76.000 personas en promedio.
Además, el sector turístico de la provincia crece gracias a la riqueza gastronómica, ecológica y una tradición minera que pasa por la devoción con lugares como el santuario de San Antonio, en California. Muestra de ello es el proyecto ‘36 emociones, 6 destinos, una ruta de vida’, el cual surge de la unión de los diversos planes sectoriales elaborados por los Consejos de Turismo de cada municipio en donde cada uno cuenta con tres atractivos culturales y tres atractivos naturales, para recorrer, conocer y disfrutar.
La tradición minera como vocación turística se debe a que en municipios como California, los primeros mineros fueron los indios chitareros y la primera empresa minera llegó en el año de 1820, con el visto bueno del libertador Simón Bolívar. La historia del municipio ha estado cargada de minería por más de 400 años, José Celestino Mutis arribó como minero a la región y se estableció en la montuosa baja, momento en el cual se dedicó a estudiar la vegetación de la zona y fue allí donde comenzó su gran obra de la Nueva Granada. Lo que quiere decir que la flora, la fauna y la minería han tenido una gran importancia para la comunidad, que desde épocas remotas ha generado acciones para el cuidado del medioambiente.
La minería representa para algunas regiones en Colombia un renglón relevante en su economía, no solo por el nivel de empleos que genera, sino también, por el volumen de regalías que produce en beneficio de la educación, la innovación y el emprendimiento. En Soto Norte se ha demostrado una vez más que con la inversión de la empresa privada y la pujanza santandereana se logra crear un catalizador de oportunidades como lo son: el fortalecimiento educativo, el desarrollo y mejoramiento de la infraestructura social del territorio, la apuesta por la formalización de los pequeños mineros y la generación de emprendimientos para producir más y mejores oportunidades de progreso.