ECONOMÍA
Reactivar el tren es clave para mejorar la competitividad del país
Varios expertos reconocen que el sistema ferroviario es un actor fundamental para fortalecer la economía de Colombia y su comercio externo. ¿Cómo conseguirlo? Estas son las opiniones.
Décadas atrás, cuando se hablaba de la resurrección de más de 3.000 kilómetros de vías férreas como un promisorio sistema de transporte que podía combinarse con el camión y el uso de grandes ríos como el Magdalena, se pensaba que era una utopía. Hoy, en pleno siglo XXI, este parece aún un sueño irrealizable.
Sin embargo, desde antes de 2013 el gobierno volcó parte de sus esfuerzos a ambiciosos proyectos viales y de recuperación de corredores férreos con potencial de mover grandes volúmenes de carga como, por ejemplo, La Dorada–Chiriguaná (Cesar) y Bogotá–Belencito (Boyacá). Prueba de ello es que en los últimos cinco años la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) destinó 400.000 millones de pesos a su restauración.
Invitar a los generadores de carga a subirse de nuevo al tren y a sumarse a un transporte multimodal es, sin duda, uno de los desafíos pendientes. Avanzar hacia un transporte más competitivo, que involucre al tren como un actor importante, permitiría reducir costos un 30 por ciento, según la ANI. Esta no es una cifra menor si se tiene en cuenta que, como lo señala la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), los sobrecostos logísticos que asumen los inversionistas son del 15 por ciento.
“Se debe reactivar la línea La Dorada–Chiriguaná para crear el intermodalismo entre el centro del país y el Caribe. Y es necesario reactivar el tren Bogotá–Belencito para desarrollar el centro intermodal más importante de Colombia”, dice Édgar Higuera, gerente de Logística, Transporte e Infraestructura de la Andi.
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Más allá de estas acciones, Higuera afirma que si el país quiere ser más competitivo se debe formular una política de desarrollo ferroviario a 50 años, y así interconectar a la Nación. Es decir, acercar el Pacífico al centro y el centro al Caribe. “Colombia todavía depende mucho del camión. Pueden usarse los corredores férreos existentes que tienen licencias”, dice.
Y de forma paralela a lo que estima la ANI, la Andi calcula que el sistema ferroviario bajaría los costos del transporte entre 30 y 40 por ciento. Por ejemplo, mover una tonelada de carga en tren desde el Caribe hacia Bogotá costaría 90.000 pesos, mientras que desplazar esta misma cantidad en camión vale alrededor de 140.000.
“El comercio exterior es prioritario para Colombia, por ello es necesario conectar a Bogotá con Santa Marta. También puede evaluarse una conexión entre Belencito y los Santanderes con el Caribe para sacar carbón al puerto a través del proyecto Tren del Carare”, afirma el ingeniero Luis Enrique Rozo, miembro de la junta directiva de la Asociación de Ingenieros Ferroviarios de Colombia.
Pero, advierte Rozo, el verdadero reto está en movilizar todo tipo de carga a través de rieles. Así se podrían transportar productos agrícolas de regiones como los Llanos Orientales, que hoy no tienen facilidades de desplazamiento.
La ANI ha puesto a rodar trenes de prueba con compañías como Argos, Bavaria, Molsabana, Interamerican Coal e Ismocol –esta última, contratista de Ecopetrol que ha desplazado maquinaria por la vía férrea–. “Es clave estudiar en qué casos los trenes son la mejor opción”, señala José Fernando Villegas, director de la Cámara Colombiana de Infraestructura, seccional Antioquia.
El Tren del Carare y el Ferrocarril de Antioquia, entre otros proyectos, concluye Villegas, pueden ser iniciativas importantes que, articulándose con medios como el río y el camión, reducirán significativamente los costos logísticos.