Lanzamiento
Avance: “Biblioteca feminista” de Florencia Abbate
La autora argentina revela cómo fue y cómo es el deseo feminista de cambiar al mundo a partir de las obras y las vidas de las grandes figuras del movimiento. Compartimos su introducción.
Los feminismos han sido, ante todo, un movimiento político, y por eso resulta llamativo que su historia haya permanecido soslayada durante tanto tiempo, como si no hubiera podido terminar de afianzarse en la memoria. Un movimiento político que concierne, por lo menos, a la mitad de la humanidad, ¿por qué no se enseña en las escuelas?, ¿por qué la mayoría de los manuales no cuentan las luchas que hubo que dar para que las mujeres pudieran ser ciudadanas, para que ya no fuera moneda común tener que someterse a un matrimonio arreglado, para ser admitidas en las universidades, para que exista un derecho laboral llamado «licencia por maternidad», para que se visualizara el injusto reparto de «las tareas domésticas» y la responsabilidad desigual de la crianza, para equiparar salarios, para cuestionar las múltiples formas de la violencia machista, para vivir por fin más libremente la sexualidad y el deseo, entre tantas otras cuestiones por las que fue y es necesario luchar? Evidentemente, no es inocente que la historia de este movimiento haya sido mantenida tanto tiempo al margen, relegada en la enseñanza y considerada solo de interés para «unas pocas».
Biblioteca feminista fue imaginado como un libro de divulgación dirigido a personas que quisieran ampliar sus conocimientos sobre historia y pensamiento feminista, algo que, afortunadamente, ya no es solo de interés para «unas pocas». Entonces, el desafío consistía en hacer un libro que se pudiera llevar en la mochila, en la cartera, en la valija, que pudiera leerse con fluidez en cualquier circunstancia de la vida cotidiana, incluso de manera intercalada, pero que no presentara un abordaje superficial. Las voces que protagonizan el libro —Olympe de Gouges, Théroigne de Méricourt, Claire Lacombe, Mary Wollstonecraft, Flora Tristán, Clara Zetkin, Alexandra Kollontai, Emma Goldman, Simone de Beauvoir, Kate Millett, Angela Davis, Audre Lorde, Adrienne Rich, Monique Wittig y Judith Butler, entre otras— forman parte de lo que podríamos llamar «una biblioteca feminista» porque participaron de un hito histórico o marcaron un hito conceptual. Pero estas mujeres no surgieron de la nada ni estaban solas. Por eso, la intención fue pensar a cada una en su contexto, reconstruir el marco histórico, narrar las luchas colectivas y comprender a cada una de estas figuras como una emergente de un proceso más amplio. Muchas de ellas, de hecho, son exponentes de algo que luego se convirtió en una corriente del feminismo —como feminismo ilustrado, feminismo socialista, anarcofeminismo, feminismo radical, feminismos negros, lesbofeminismo, entre otras líneas de pensamiento y militancia—. Este libro no es un diccionario ni una enciclopedia —el objetivo no ha sido construir un panorama totalizador—, sino una invitación a realizar un recorrido en particular y a desplegar una mirada integradora sobre ciertas zonas de un mapa mucho más amplio. Creo que lo más interesante es poder hacer una lectura situada y ver cómo estas voces conversan entre sí y dialogan, a su vez, con nuestro propio presente.
El recorte de esta biblioteca abarca un recorrido temporal que va desde la última década del siglo xviii hasta la última década del siglo xx, e incluye algunos acontecimientos históricos que fueron determinantes para que se produjera la eclosión feminista que los caracterizó; se centra en períodos ya emblemáticos de crisis e innovaciones, signados por intensos cambios, como la Revolución francesa, la Revolución rusa o los movimientos juveniles de la contracultura de fines de los años sesenta. Es entonces un recorte que releva momentos fundacionales de los feminismos occidentales en Europa y Estados Unidos a lo largo de dos siglos, y que lo hace a partir de una serie de autoras que podrían considerarse «clásicas», en el sentido de que lograron resistir la prueba del tiempo y dejaron una huella en la historia y las culturas. Muchas de las obras analizadas en este libro constituyen ese tipo de producciones intelectuales que parecen estar escondidas en los pliegues del inconsciente colectivo, a tal punto que, aunque no hayamos leído jamás esos textos, ya tenemos incorporadas algunas de sus ideas. Sin embargo, se trata de un legado de voces feministas que conviene conocer remitiéndose a las fuentes, para comprender nuestras complejas relaciones con una historia de luchas que se remonta hacia atrás en el tiempo.
Quisiera destacar que traté de dar cuenta no solo de las obras de estas militantes, sino también, en mayor o menor medida, de sus vidas, porque la idea de que «lo personal es político» es uno de los hilos conductores de este libro, y porque creo que es mucho lo que revela la reconstrucción del espacio de la vida y las tramas afectivas en la historia de los feminismos. Pese a ser la mitad de la humanidad, la historia de las mujeres siempre ha tenido algo de marginal, y acaso detenerse en lo aparentemente menor —o más bien, lo que fue considerado menor— sea una forma de honrarla, de mostrar que una parte de la historia se juega en lo mínimo y que también un fuego puede resplandecer en los destellos que emergen a la sombra de grandes acontecimientos. En definitiva, es en el reino de lo marginal y lo íntimo donde comienza cualquier crítica de la vida cotidiana y, por lo tanto, cualquier crítica de la realidad social. A partir de esta premisa, quise detenerme a retratar fugaces momentos de furia, amor, dolor, humillación, entrega, poesía, reparación, humor, sorpresa, autocrítica y compañerismo, esas pequeñas epifanías en las que asoma la secreta trama íntima de la acción política, porque acaso la riqueza de un movimiento merezca ser juzgada también en términos de tales evanescencias.