Bong Joon-ho sobre la genial ‘ Mickey 17 ’y el mundo actual: “El valor de la vida humana está llegando al piso”

Nunca es tarde para entrar en la experiencia Bong Joon-ho. En su recorrido, que lo ha visto dirigir películas en coreano o en inglés, este autor de cine ofrece un comentario inteligente y mordaz sobre los tiempos actuales. Ya sea en producciones de alto presupuesto o más moderadas en gasto, su ingenioso cerebro prevalece.

Luego de Parasite, una película en la que miró con acidez las diferencias de clase y con la que arrasó en los Premios Óscar 2020, mucho se aguardaba su regreso. Ahora que llega a la pantalla grande, después de muchos tira y afloja con el estudio (que trató de quitarle el corte final de la cinta), se puede decir que Mickey 17 no decepciona.

El filme viene de estrenarse en salas del país y ofrece una montaña rusa divertidísima, cruzada por dilemas éticos y morales ligados a los avances tecnológicos. Se sitúa en un tiempo de colonización espacial en el que una tecnología particular permite replicar humanos, pero no se puede usar en la Tierra. Por fuera, sin embargo, en medio de dicha exploración, los criterios morales se desdibujan, y sí se usa. De ahí nace el personaje principal, interpretado por Robert Pattinson (por partida doble).

Pattinson es Mickey, un hombre sin perspectivas de vida que acepta trabajar, literalmente, como un desechable. En esa capacidad es reclutado para la misión espacial que lideran un político de turno, grandilocuente y oportunista (Mark Ruffalo), y su mujer (Toni Collette). Como nadie, Mickey entiende lo que se siente morir, porque fallece una y otra vez desempeñando tareas horribles. Hasta que en cierta ocasión, por cuenta de factores inesperados (unas criaturas, muy a su estilo Bong), la versión 17 de Mickey evita la muerte y regresa a la nave, donde ya imprimieron a Mickey 18. Ahí surge el caos.

En charla con SEMANA, el coreano explica que la historia sale de la novela Mickey7, de Edward Ashton. “Adapté la historia y se la ofrecí a Robert como protagonista. Por eso estamos todos aquí hoy”, cuenta. La novela de Ashton se basa en el concepto de la impresión humana, en el cual los seres humanos pueden ser producto de una impresora. “El personaje que tiene que vivir esto, Mickey, evoca entre la simpatía y el pesar por todo lo que tiene que pasar”.

Le preguntamos por su regreso a la ciencia ficción, que ha tocado desde distintas perspectivas en películas como Snowpiercer y Okja. “Usualmente, la ciencia ficción aborda historias ubicadas en el espacio exterior, en el futuro, y Mickey sin duda es eso”, explica. “Pero el gran atractivo de la ciencia ficción es cómo muestra temas de los tiempos presentes. Las circunstancias a las que se enfrenta Mickey reflejan mucha de nuestra realidad actual y del estado de la humanidad, si se quiere: el valor de la vida humana está llegando al piso. En ese punto tomamos el concepto de impresión humana. Se nos imprime como se imprime a los documentos, al papel. Y así es el mundo en el que vivimos ahora mismo. Me pareció interesante retratar eso a través de Mickey, especialmente porque la juventud lo siente parecido: se siente prescindible”.

La película mira a este hombre multiplicable, a sus desventuras que se van volviendo aventuras, pero también a aquellos que desde su megalomanía se permiten usar tal tecnología. “Tenemos a una especie de líder interpretado por Mark Ruffalo, el villano de esta película”, explica Bong. “Es un personaje bastante político y nos muestra lo ridículos y aterradores que se pueden poner los dictadores. En estos tiempos, muchos países sufren a líderes maliciosos, y creo que todos están condensados en este personaje, que quise retratar desde el lado cómico”. En efecto, la entrega de Ruffalo recuerda su papel en Poor Things, en el que revela muchos vicios con un tono operático y absurdo. El rol se ve exaltado por su pareja, pues Toni Collette todo lo mejora, y aquí, como el poder detrás del poder, no es la excepción.

No deja de ser llamativo el look del filme, porque la historia es futurista, aunque de la manera más bien distópica. Bong afirma que hay muchas películas de ciencia ficción con visuales espectaculares, “pero quise tomar la dirección contraria, mostrar una realidad más bien mugrienta, más bien guerreada, para tomar al género del sci-fi y arrastrarlo a nuestra realidad”. Lo que dice se percibe en el diseño mismo de la nave espacial, donde se desarrolla gran parte de la trama. “Se siente como una especie de fábrica flotando en el espacio, y la película va mostrando pequeñas esquinas de esa fábrica. Quizá en el único cuarto en el que se ve sci-fi de avanzada es el de la impresora humana, pero es una excepción con respecto a los otros espacios”.

A un nivel más conceptual, Bong comparte que, en el marco de la colonización espacial, “se lanzan postulados grandilocuentes sobre los logros que se desean alcanzar. Pero, en el fondo, quienes los promocionan son igual de patéticos e idiotas a los que vemos en estos tiempos. Todo esto afectó la estrategia visual de la película, en la que la nave es grandiosa en apariencia, aunque poco sofisticada con respecto a muchas ciudades hoy. Me gusta cómo eso choca”.

A las mencionadas actuaciones de Pattinson, de Ruffalo y de Collette, se suman al reparto una fuerza natural como lo es Naomi Ackie (interpreta a Nasha, aliada de Mickey) y el versátil Steven Yeun (en el rol de Timo, una lagartija de ser humano, genialmente interpretado), que en sus diversas interacciones dan para escenas geniales, llenas de humor negro. Al consultarlo sobre sus favoritas, comparte: “No hay muchas oportunidades de mostrar a Mickey 17 y a Mickey 18 en el mismo espacio, y a mí, como director, me pasó como al personaje de Nasha, que se emociona al verlos juntos. Uno de mis momentos favoritos viene de esa escena en la que ambos se pelean. Y en un punto, en el que 18 arrincona a 17 y le canta la tabla, se acerca a la cámara de una manera amenazante. Fue increíble de presenciar”.

Sobre los paralelos de su protagonista con esa juventud actual, el director destaca la naturaleza demente, pues “¡el trabajo de Mickey es morir! Es interesante que, mientras Mickey atraviesa todas estas muertes, ¡mucha gente siente alivio! Porque él resuelve el dilema de todas las misiones que acarrean peligros de muerte. Esas se le asignan a esta persona, encargada de morir, y eso les da paz. Para ellos es un trabajo, es su trabajo, así lo racionalizan. Eso es un espejo de nuestra actualidad”.

Por último, la cinta habla muy claramente sobre una mezcla nociva entre política y tecnología, y se le indagó sobre si le quedaba fe en alguna de las dos.

“No creo en ninguna”, sentencia. “La tecnología tiene el poder de cambiarnos la vida, pero también de inducir miedo, de excluir, de aislar. Técnicamente, la política debería contrarrestar esto, pero lo que vemos es un absoluto desorden. Ahora, en la mitad de mis 50, creo que estoy cerca del final –ríe–, pero cuando pienso en el futuro de mi hijo, sí me preocupa, me deprime un tanto. Quizá soy algo pesimista, pero hacer Mickey 17 también me lleva a decir que las situaciones pueden ser terribles, aunque las personas hallarán maneras de sobrevivir. Mickey encuentra algo en su amor por Nasha, y la gente hará lo mismo: sobrellevar lo terrible que puede ser la vida”.

Palabra de actriz y de actor

La charla, que también incluyó tiempo con Robert Pattinson (Mickey 17 y Mickey 18) y Naomie Ackie (Nasha), sirvió para hablar de sus personajes y del director que los reunió en este proyecto que al fin ve la luz.

Ackie aseguró que describir la película era complejo, pero intentó de todas formas. “Es difícil ponerlo en palabras, porque surgió de la cabeza del director Bong. Diría que es una ‘comedia de acción y drama de ciencia ficción’. Diría también que es una gran historia sobre un hombre que no se siente valorado y que en esta aventura va entendiendo que tiene más poder del que cree”. En ese sentido, Ackie subraya la importancia de su personaje Nasha como un contrapeso necesario en ese mundo, porque es alguien que lo apoya.

Sobre qué aprendió trabajando con Bong Joo-ho, Ackie asegura que el director “logra, increíblemente, ser dos cosas opuestas al mismo tiempo. Es muy específico en lo que quiere, pero abre la cancha a algo de improvisación, de juego. Y creo que logra hacerlo gracias a una exhaustiva preparación que, ese día, nos permite reunirnos en el set y armarlo todo juntos”. La actriz londinense habló de la dedicación y meticulosidad admirables del coreano, con las cuales reduce los niveles de ansiedad en el set. Se sabe exactamente qué se va a hacer y cómo, y una vez allá, listos, se nos permite jugar. “Hubo mucho trabajo pero también mucha risa. Nunca sentí cansancio. Me emocionó siempre el día siguiente de trabajo”.

Por su parte, sobre la experimentación que le permitió llegar a esos Mickeys bien diferentes, de pocas pero geniales interacciones entre ellos, Robert Pattinson explica: “Entre más trabajo, más me doy cuenta de que el simple hecho de ir al lugar de filmación y permitirme canalizar lo que me interesa en ese punto del tiempo, me va conectando con la película.

En las etapas iniciales, cuando no tenía idea de cómo abordar el personaje, escuché una entrevista con Steve-O (de Jackass). Y lo escuché hablar de lo que recibía por cada cosa que hacía en esa primera temporada. Decía que le pagaban “200 dólares por un truco peligroso y 100 dólares por uno menos peligroso”. Y como no quería que lo consideraran una gallina, decía que el truco no era peligroso incluso cuando lo era. Yo era muy seguidor de ese show, de chico, y en algo me conectó con Mickey. Él vive realmente en el infierno, pero no se queja, no se tiene lástima a sí mismo. No es algo directo, pero en ese punto, esa memoria de él en Jackass resonó. Además, ¡tiene una voz increíble!”.

“A nivel general, esto deja una lección: vale la pena seguir ciertas ideas con cierto instinto, hasta verlas llegar a algún lugar interesante. Y creo que entre más aleatorio sea el enlace entre eso que te movió y eso que trabajas, mejor. El universo te entrega las ideas, si se lo permites, si estás abierto. Además, si pienso solo en el proyecto, tiendo a estresarme mucho más”, concluye Pattinson.