FILBo 2024
Cuestionario Arcadia/FILBo: Marta Orrantia sobre ‘Juego de te’ y la memoria ancestral que heredamos
La bogotana regresa a su ciudad natal para presentar su más reciente novela, publicada por Penguin Random House. La más personal de sus historias, es, por ende, la más dolorosa y la que más difícil de escribir le ha resultado. Descubra por qué en esta nota, y prográmese para ir a verla a FILBo, el sábado 27.
Periodista y autora de ficción, Marta Orrantia nació en Bogotá en 1970, pero escribe estos días desde México, donde lleva unos años radicada. Ha trabajado como editora de Gatopardo, fue editora internacional de la revista SoHo, y fundó y dirigió Rolling Stone para la zona andina y Panamá. Además, Marta fue catedrática en la Maestría de Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia. Entre sus escritos se cuentan el libro periodístico Todopoderosos de Colombia (2013) y las muy aplaudidas novelas Orejas de pescado (2009), Mañana no te presentes (2016) y Cipriano (2020).
En 2024, una año que marca su regreso a FILBo, Marta se le midió a responder el cuestionario Arcadia/FILBo. Esto compartió con nosotros y con sus lectores, antes de su charla en la feria, el sábado 27 de abril. Tendrá lugar a la 1:00 p.m., en el Gran salón A.
CUESTIONARIO “PUNTUAL” FILBo, o preguntas para que el escritor escoja cuáles le mueven y, para nuestros lectores, comparta sus respuestas...
Su mejor memoria en una Feria de libro de Bogotá...
Justo la vez pasada que Brasil fue el país invitado. Había un túnel de Clarice Lispector, donde podíamos entrar y abrir cajones que contenían un recuerdo suyo: un libro, un pañuelo, una carta. Me pareció que era una metáfora de la escritura. Los cajones que abrimos son los de la memoria, y desenterramos de ellos recuerdos para escribir. Siempre pienso en ese túnel como una fuente de inspiración.
¿Cómo nace su novela?
Conocí a esta tía de 88 años que se llama Teresa. Es nieta de Marco Fidel Suárez y quería heredarme el juego de té que ha estado en su familia, en la nuestra, mejor dicho, por cinco generaciones. Nunca nadie lo ha usado. “Yo no quiero ese juego de té”, le dije. “Quiero contar su historia”.
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¿Cómo la desarrolló?
Fueron tres años de investigación, tengo las cartas de estas mujeres, las de Suárez, los documentos oficiales. Fue muy difícil conseguirlas porque era en medio de la pandemia y había restricciones para entrar a todas partes. Pero no es una novela histórica propiamente dicha, sino que mezclo ficción histórica y autoficción, o sea que paso del pasado al presente todo el tiempo. Luego de un año de escritura y un año más de reescritura, comenzó el proceso de edición y corrección, de la mano de mi editora. Intenté que la novela se leyera como un todo y que los saltos del pasado al presente fueran transiciones delicadas, orgánicas. Eso fue lo más difícil. Y además, darles voz a estas mujeres que vivieron tantos años en el silencio y el olvido fue hermoso.
Sobre el narrador o narradores...
Hay dos. Un narrador omnisciente, que cuenta la historia de estas mujeres y un narrador en primera persona que cuenta cómo fue esa tarea titánica de entenderlas, entender el contexto histórico y cómo ella se entiende a sí misma a través de sus antepasadas, que han sido mujeres cercanas al poder político, religioso y económico de la Colombia de los siglos XIX y XX, pero no por eso han tenido una voz. A pesar de ser privilegiadas, también fueron víctimas de abuso, de violencia. Fueron invisibilizadas y mayoritariamente olvidadas, porque eran los hombres quienes narraban la realidad, no ellas.
¿Qué une y qué separa esta novela de sus entregas anteriores?
Esta es una novela muy personal. Aunque es ficción, esta narradora tiene mucho de mí y mis antepasadas también. Es la más personal de mis historias, y por lo tanto fue la más dolorosa y la más difícil de escribir. Pero el tema de la memoria me sigue obsesionando y está presente siempre. No solo la memoria del conflicto, o la memoria como acto físico de recordar el pasado, sino aquella que no sabemos que existe, esa memoria ancestral, eso que heredamos de nuestros antepasados y que pesa a veces sobre nosotros sin que sepamos qué tanto nos influye. Este libro explora la política colombiana, la religión, el papel de la mujer y en general mi propia memoria. Entonces diría que es una continuación de mi obra, a la vez que un rompimiento con la distancia que siempre he puesto en mi narrativa, y que ha sido una herencia del periodismo.
Este libro explora la política colombiana, la religión, el papel de la mujer y en general mi propia memoria. Entonces diría que es una continuación de mi obra, a la vez que un rompimiento con la distancia que siempre he puesto en mi narrativa
Sobre su rutina de escritura...
Siempre escribo en mi biblioteca, siempre en computador, siempre con un calentador de pies (incluso si hace calor). Sufro mucho escribiendo, pero al tiempo me sana. Es como si pusiera agua oxigenada sobre una herida abierta. Debo decir que mezclo la escritura con muchas actividades, o sea que procrastino todo lo que puedo. Enseño, estudio, viajo, leo, edito, traduzco, cualquier cosa que me aleje de la escritura, pero cuando dejo de posponerlo, me clavo de cabeza y escribo un día entero, dos, diez.
Sufro mucho escribiendo, pero al tiempo me sana. Es como si pusiera agua oxigenada sobre una herida abierta
Sobre su rutina de lectura...
Leo casi siempre en papel, pero hay cosas que tengo que leer en Kindle porque no las encuentro en físico donde estoy. Me gusta el olor de los libros, pero sobre todo me gusta subrayar, tomar notas al margen, ponerle papelitos de colores a las frases que me interesan, en fin. Leo ensayos, leo historia, leo filosofía, literatura, poesía, lo que caiga en mis manos. Leo prensa también, de manera obsesiva. Como soy escritora y editora, no leo igual que la gente del común. Eso es terrible y afortunado al tiempo. Me fijo en la estructura de los libros, en el desarrollo de los personajes, en la escogencia lingüística de los autores. Me fijo también en sus errores y en sus aciertos, en sus trucos y sus baches. Desmenuzo los libros, y creo que eso es un proceso terrible, pero cuando un libro logra sorprenderme es lo más maravilloso del mundo.
¿Qué artes o actividades la sacan de sí misma?
Siempre trato de ir mucho a los museos, visitar exposiciones, ir al cine. Pero sobre todo corro. Corro cada vez que puedo, casi cada día, mientras escucho podcasts o libros clásicos.
En FILBo 2024, Marta Orrantia hablará el sábado 27 de abril, a la 1:00 p.m., en el Gran salón A.