Cine
En ‘Amor sin barreras’ de Steven Spielberg una figura brilla más que el resto: su nombre es Rachel Zegler y su sangre, colombiana
Steven Spielberg adapta el icónico ‘West Side Story’ de Stephen Sondheim y descresta con una tremenda producción llena de música y coreografías, imágenes y actuaciones que van del color vivo a los escombros. Y en el medio, uniéndolo todo, la entrega mágica de la protagonista en el rol de María.
‘West Side Story ‘se estrenó en Broadway en 1957 y fue una sensación. Cuatro años después llegó al cine y fue sensación. Arrasó en la noche de los Óscar1962, en la que se llevó diez estatuillas. De esas, una fue para una fuerza natural llamada Rita Moreno por su rol (”secundario”) de Anita, en un hecho que marcó un hito para las actrices latinas en Hollywood. La protagonista, María, fue interpretada por una bella y talentosa estadounidense de ascendencia rusa y ucraniana, Natalie Wood, porque los tiempos “no daban” aún para una latina al frente. El rol hizo de Wood una estrella, que si bien fue nominada tres veces al Óscar en los años siguientes, nunca lo ganó. Lamentablemente y en extrañas circunstancias, murió ahogada a los 43 años... Pero, volviendo a lo importante...
Paradójicamente, con esa representación de los ciudadanos latinos en la pantalla grande, “positiva” a primera luz, vino el peso del estereotipo del lado pandillero y una distancia problemática con Puerto Rico. A algunos latinos los marcó esa proyección de Puerto Rico como un lugar de añoranza y raíz, pero al que no se quería volver y al que, desde el idioma y el acento, había que tratar de olvidar. Se habla inglés, se habla ‘neuyorrican’, pero se trata de no hablar español porque hay que encajar en esa sociedad excluyente y racista y eso implica borrarse. Basta escuchar la canción ‘America’ para entender esas contradicciones, el retrato del país que les da a sus inmigrantes la total libertad del mundo de limpiar pisos.
En esa línea delgada siempre ha oscilado este West Side Story, (Amor sin barreras), un musical que es en parte caricatura de sociedad, en parte ‘Romeo y Julieta’, en parte destreza narrativa y coreográfica, en parte comentario sobre los marginados, los desadaptados, los inmigrantes y sus conflictos con el sueño americano. En este marco, algunos quieren encajar, otros se aferran a su propia cultura, y la mayoría fluctúa entre una y otra postura. Los choques de opinión en un mismo espacio, una familia o una relación parece natural. Las traiciones, los enojos y las peleas por fuera de los hogares pero también dentro de ellos, son apenas una consecuencia de ese marco de identidad reafirmada y negada a la vez.
La historia y el estereotipo, claro, no son solo latinos. Hay dos pandillas en disputa territorial aquí. Una tiene sangre puertorriqueña, la otra tiene sangre polaca, irlandesa, y más ascendencias blancas. Y si bien su piel es blanca también se retrata en los márgenes de los excluido. En definitiva, este relato es sobre hijos de inmigrantes pobres chocando contra los hijos de los inmigrantes pobres por un territorio que, en la versión de Spielberg (que ajusta algunos detalles pero es generosa en rendir homenaje a la primera), pronto van a perder los dos. No pasa desapercibido cómo el director abre mostrado que ahí se construirán unos cuántos edificios para gente rica y un escenario cultural para esa misma gente, un tal ‘Lincoln Center’.
Tendencias
La vibrante tragedia sigue y la enmarca en el lado Oeste del Manhattan cambiante de los años cincuenta. Fue un éxito siempre, la obra, y elevó a leyendas tempranas y eternas a su joven escritor Stephen Sondheim y a su compositor y llave musical Leonard Bernstein. La obra y la película marcaron a decenas de creadores del teatro musical y de campos diferentes como como el de la comedia. Larry David, co creador de Seinfeld y cerebro y protagonista de Curb your Enthusiasm asegura saberse todas las letras del musical y le dedicó un episodio de su serie al musical. En este, anota sobre la línea final del número musical Officer Krupke, “Gee Officer Krupke! Krup You!” explicando que el letrista no podía poner “Fuck You” por la censura de aquellos tiempos y poco importó pues el punto queda claro y es incluso más gracioso. Y el ingenio y la gracia son también parte integral de esta tragedia.
Otro de los fuertemente influenciados, un tal Steven Spielberg, sabía que quería hacer esta película hace mucho tiempo. “Es probablemente la más osada de mi carrera, porque este es posiblemente el musical más extraordinario que se haya escrito. Todos nosotros somos conscientes de eso”.
Para justificar este momento, sabía que su María debía tener sangre y rostro latino. Buscó y buscó, y entre 30.000 aspirantes encontró a una joven talentosa de facciones frágiles pero con el tipo de mirada que sostiene un mundo entero. Esta mujer, cuya abuela y madre son colombianas, enciende la pantalla.
Stephen Sondheim murió hace pocas semanas, pero alcanzó a ver la versión de Steven Spielberg. Aprobó de ella, un hecho nada automático viniendo de un hombre que no temía criticar con ferocidad brutal. En medio de esa aprobación, sin duda, estuvo esta maravillosa María que vive en el siglo XX y su intérprete, una estrella que nació en el siglo XXI.
Una estrella
Reproducimos una charla con Rachel Zegler sobre su camino en el teatro musical, conseguir el rol protagónico en el primer y enorme musical de Steven Spielberg, sobre las canciones icónicas como ‘I Feel Pretty’, los ensayos, la química con el reparto y con el director. También aborda los cimientos de una carrera que la verá también participar en Shazam 2 y protagonizar (nada más y nada menos) que la versión Live Action de Blanca Nieves.
Y claro, menciona cómo esta historia la pensar en su abuela colombiana, que vio en Nueva Jersey el futuro que hoy ella vive plenamente.
¿Qué la inspiró a convertirse en actriz?
Tuve la suerte de tener los medios y de estar viviendo cerca de Manhattan. Mis padres nos llevaban a mi hermana y a mí a ver los espectáculos de Broadway todo el tiempo. Íbamos todas las Navidades. Empezamos viendo los espectáculos de Disney en Broadway, La bella y la bestia y La sirenita, y luego pasamos a musicales como El fantasma de la ópera y Los miserables. Cuando tenía cuatro años y medio vi La bella y la bestia y pensé: “Me gustaría tanto hacer eso”. Quería cantar y bailar y usar trajes bonitos. Y me ha salido bastante bien.
Su primer papel fue en El violinista en el tejado.
Sí. Hice el papel de Shprintze, que es la cuarta hija de Teyve y Golde. Y hasta el día de hoy, fue mi experiencia de teatro favorita, aprendí muchísimo. Tenía solo 12 años, y me marcó para el resto de la vida.
¿En qué momento comenzó a tomarlo en serio?
Después de El violinista en el tejado, porque mi directora tenía experiencia de actuación profesional y me preguntó seriamente si era algo que yo quería hacer. Ella pensó que yo realmente podría si me lo proponía, estudiaba y seguía el camino. Tomé una clase con ella y luego comencé a hacer más espectáculos y, de ahí en adelante, todo se descontroló. También fue a través de mi canal de YouTube, y todo lo que hizo que me viera mucha gente y los directores de casting de Broadway me contactaban para que audicionara para sus obras.
La primera vez que interpretó a María fue en una producción de teatro local. ¿Cómo fue?
Aprendí muchísimo porque es una parte realmente increíble y aprender toda esa música es muy difícil. Fue en un momento en el que todavía no estaba tan capacitada, no estaba lista. Así que fue como irla cocinando a fuego lento e interpretar el papel antes de hacerlo realmente. ¿Quién hubiera pensado que interpretarlo realmente se iba a dar en una versión de Steven Spielberg?
Cindy Tolan, la directora de casting, hizo un llamado abierto a audiciones por Twitter. Yo acababa e interpretar a María en el teatro y mi amiga Makena me reenvió el llamado a audiciones de Twitter diciendo: “Agradéceme cuando seas famosa”. Me hizo reír a carcajadas
¿Cómo llegó a la producción de Spielberg?
Tenía 16 años. Recuerdo que hacía años que venía leyendo que Steven quería hacerla. Y llegó un momento en donde Cindy Tolan, la directora de casting, hizo un llamado abierto a audiciones por Twitter. Yo acababa e interpretar a María en el teatro y mi amiga Makena me reenvió el llamado a audiciones de Twitter diciendo: “Agradéceme cuando seas famosa”. Me hizo reír a carcajadas y luego tuve uno de esos momentos de iluminación y pensé: “Bueno, esto podría ser algo interesante para probar”. Inmediatamente, me senté y grabé un video, muy mal iluminado y espantosamente hecho.
¿Cómo fue el proceso de audición?
Fue un proceso muy intenso. Obviamente, yo nunca había estado compitiendo por nada profesional, así que tomaba las cosas un día a la vez. Fue una serie de videos, y luego canté y leí para Cindy en persona. Luego un par de meses después, tuvimos un taller en el Lincoln Center con un par de los otros candidatos a los papeles protagónicos, con Steven Spielberg y todo el equipo creativo presente. En julio de 2017, hicimos unas pruebas de pantalla, que fue cuando conocí a Ansel Elgort. No me dieron el papel hasta unos días antes de que se cumpliera un año de haber mandado mi primer video de audición.
Ese primer taller con Spielberg debe haber sido aterrador.
Dios mío, nunca en mi vida estuve tan nerviosa como ese día. Me acuerdo que me temblaban las piernas. Tuvimos otro día con él en el estudio. Vino a chocar los cinco conmigo y yo puse la mano como para hacer un choque de puños y se convirtió en la situación más incómoda del mundo. Eso es un testimonio de lo aterrada que estaba.
Steven me dijo: “Quiero que sepas que quiero que seas María”. Grité una palabrota. Fue un shock tan grande que no pude ni llorar. Le di un abrazote enorme
¿Cómo le avisaron que había obtenido el papel?
Me llamaron en la víspera de año nuevo de 2018 y me dijeron que querían que volviese el 9 de enero para hacer una lectura final para Steven, y Ansel. Leí dos veces la escena. Puse mi agua en el piso y cuando me levanté, todos habían formado un semicírculo a mi alrededor –mi mamá estaba allí– y parecía como una intervención. Steven me dijo: “Quiero que sepas que quiero que seas María”. Grité una palabrota. Fue un shock tan grande que no pude ni llorar. Le di un abrazote enorme y le dije: “Steven, este fue el año más largo de mi vida”.
¿Cómo fue trabajando el personaje de María?
En nuestro primer día de ensayo, Steven y yo nos sentamos en el estudio de danza en Brooklyn y tuvimos una conversación de una hora sobre el enfoque que se le quería dar al personaje. No iba a ser una adolescente pura y virginal. Iba a ser un personaje mucho más complejo. María acaba de cumplir 18 años, está en Nueva York sola por primera vez y es mucho más ambiciosa. Su relación con su hermano Bernardo es muy fuerte en esta película, y realmente se transluce mi relación en la vida real con David Álvarez, que es como un hermano para mí. Era importante que destacáramos lo importante que es la familia en esta película.
María acaba de cumplir 18 años, está en Nueva York sola por primera vez y es mucho más ambiciosa. Su relación con su hermano Bernardo es muy fuerte en esta película, y realmente se transluce mi relación en la vida real con David Álvarez
Parecen hermanos.
Ay, sí, Dios mío, hubo momentos en los que mirábamos fotos el uno del otro y decíamos: “Creo que es hora de que nos hagamos un análisis de ADN”.
¿Cómo ve la relación entre María y Tony? ¿Qué es lo que Tony le da a María?
Tony no la ve como una niña, y eso es muy importante para María. El hecho de que él la vea como una mujer adulta a ella le gusta mucho, y le encanta eso de él.
Cuéntenos sobre el proceso de ensayo.
Ensayamos alrededor de tres meses y medio. Para los bailarines fue mucho más. Ese proceso de ensayo fue muy inspirador. Y hacer barra de ballet por las mañanas con todos los muchachos fue lo máximo.
¿Cómo se siente como bailarina?
Tuve experiencia de ballet cuando era niña y luego en el teatro musical cuando era más grande. Pero no soy David Álvarez. No tengo a un Tony para interpretar a Billy Elliot en Broadway. Tuve mucha suerte de poder trabajar con Justin Peck y los coreógrafos asociados, Craig Salstein y Patricia Delgado, que nos ayudaron a sentirnos cómodos en el movimiento y en la danza.
Hay una parte de la película de la que estoy muy orgullosa, que no parece danza pero es coreografía. Es la mañana que le sigue a la escena del balcón. María durmió con la ropa puesta. Anita la está llamando a tomar el desayuno pero María no quiere que sepan que durmió vestida porque eso significa que algo pasó. Se apura para ponerse el piyama, desarreglarse el pelo y sacarse el maquillaje. Todo eso está hecho con música y se hizo en una sola toma. Justin Peck y yo bailamos en la habitación durante horas y horas tratando de encontrar la mejor manera de hacerlo. Es una de las partes que más me gustan de la película.
¿Nos puede hablar de su relación con las películas de Steven Spielberg como espectadora? ¿Creció viendo sus películas?
Sí. De hecho, E.T. fue la primera película que me hizo llorar. También soy fanática de la película Lincoln, y se lo dije a Steven el día en que lo conocí. Y él se rio porque me dijo que era la fan de Lincoln más joven que conocía.
Muchas veces, Hollywood nos representa de una manera muy parcial, y todo el cuidado que Steven tuvo y toda la investigación que se hizo para hacer esta película hicieron que lo quisiera y respetara mucho más.
¿Cómo fue su experiencia con él? ¿Qué esperaba y qué obtuvo?
No sé realmente qué esperaba, pero superó mis expectativas de todas las maneras posibles. Yo lo respetaba muchísimo como elaborador de historias, y ver lo mucho que le importaba la historia de la comunidad latina para mí fue maravilloso. Muchas veces, Hollywood nos representa de una manera muy parcial, y todo el cuidado que se tuvo y toda la investigación que se hizo para hacer esta película hicieron que lo quisiera y respetara mucho más. Es un líder extraordinario, un patrocinador creativo y, por sobre todo, una figura paterna realmente fantástica para mí. Realmente lo adoro.
¿Cómo describiría su relación con los demás integrantes del elenco?
Fue un trabajo de colaboración realmente extraordinario el que todos hicimos como elenco. Todos tuvimos unas conversaciones increíbles sobre lo que pensaban nuestros personajes en el momento y por qué reaccionaban como reaccionaban a las situaciones. Fue muy lindo hablar, no solo con Ansel (Elgort), sino también con Ariana (DeBose), David (Álvarez) y Josh (Rivera), que interpreta a Chino. No tengo muchas escenas con Mike Faist, que interpreta a Riff, pero me encanta sumergirme en su psiquis porque es un personaje complejísimo.
¿Se sintieron como un grupo?
Nunca vi un elenco llevarse tan bien para hacer algo y darle el 110 por ciento como lo vi en esta película. No hubo ningún eslabón flojo y nadie hizo las cosas a medias. Fue absolutamente impresionante. Las actuaciones en la película son extraordinarias.
A usted le encantaba Rita Moreno cuando era niña. ¿Cómo fue trabajar con ella?
Conocerla fue algo increíble para mí. Fue muy generosa con su tiempo y respondió todas las preguntas sobre el proceso de filmación de la película original y sobre su experiencia en la industria como latina. Se brindó por completo en esta película. Su actuación habla por sí sola. Es fantástica. Ver esta nueva versión de la producción teatral de 1957 y todavía poder ver a Rita Moreno es algo verdaderamente muy hermoso.
¿Cuáles son sus recuerdos más vívidos de la filmación?
Cuando estábamos filmando “A Boy Like That/I Have A Love”, que es una escena muy intensa, Ariana y yo tratábamos lo más posible de reírnos cuanto pudiéramos durante esos dos días, porque es muy fuerte. Lo mejor que se puede hacer para mantener la mente en un lugar positivo es desconectarse lo más posible entre tomas y reírse mucho. Creo que Ariana se fue a dormir una siesta y yo me quedé en el plató, en el dormitorio de Anita y Bernardo. Todos los integrantes del equipo creativo estaban allí conmigo, sentados en los muebles del set, conversando y riéndose. Steven estaba contando historias increíbles de otros platós en otros momentos de su vida. Fue una sensación muy hermosa de camaradería, y eso es exactamente lo que se supone que hagamos en esta vida. Fue hermoso.
¿Cómo encaró ‘I Feel Pretty’?
‘I Feel Pretty’ es una canción increíble. Es una hermosa exploración de lo que es ser joven y estar enamorada, y de tener tantos sentimientos en tu corazón, tu mente y tu alma que tienes que cantarlo. La única manera que ella tiene de expresarlo es que se siente hermosa. Eso es importante, creo, para que las jóvenes latinas lo vean en sí mismas: que se pueden sentir hermosas como son, sin importar de dónde provengas, sin importar el aspecto que tengas. La gente te va a querer y vas a sentir ese amor y vas a ser hermosa. Y hay que cantarlo.
‘I Feel Pretty’ es una canción increíble. Es una hermosa exploración de lo que es ser joven y estar enamorada, y de tener tantos sentimientos en tu corazón, tu mente y tu alma que tienes que cantarlo.
¿Hay elementos de la historia que todavía se sienten actuales?
Hay muchísimos temas muy importantes en esta película, el tema del amor, el tema de la pobreza, el tema de la raza. Es una historia muy importante para la representación en todo sentido. El hecho de que Anita es afrolatina es muy importante en ésta época, para recordar a la gente que lo afrolatino existe de una manera muy fuerte en esta industria. Ariana interpreta el papel muy hermosamente. Así que para mí, eso es importantísimo, porque hay toda una conversación en la actualidad sobre las complejidades de la identidad. Me entusiasman las conversaciones que se van a originar a partir de la película y lo que vaya a decir la gente.
¿Cómo se aseguraron los realizadores de que esta versión fuera una auténtica representación de la experiencia latina?
Quisimos hacerla lo más auténtica posible. No lo digo solamente por el casting. Teníamos paneles de información, y hablamos con la gente que sobrevivió los desalojos de San Juan Hill para construir el nuevo Lincoln Center en 1957, que es un tema central de nuestra película. Estas 20 manzanas se tiraron abajo y la gente fue desalojada de sus casas. Ya sea que fueras blanco, puertorriqueño, negro, el gobierno te desalojaba para construir un centro de artes escénicas. Tuvimos muchas charlas interesantísimas con gente que vivió en San Juan Hill, con gente que formaba parte de las pandillas irlandesas de Nueva York. Solo tener esas conversaciones y escuchar esas historias reales fue muy revelador.
¿Cuáles son los núcleos personales para usted en ‘Amor sin barreras’?
A mí, me hizo acordar mucho a la historia de mi abuelita, que vino a Hoboken, en Nueva Jersey, para tener a mi mamá, sabiendo que esa era la única manera de darle la mejor vida que ella podía darle, porque la mejor vida no era en Colombia, era aquí. Así que tener esas conversaciones al interpretar mi papel, sobre el hecho de que la gente te odia por tus orígenes, es algo muy real y muy fuerte para mí. Sé que para mí, personalmente, fue muy importante tener un buen grupo de apoyo en mis compañeros de elenco.
La historia me hizo acordar mucho a la historia de mi abuelita, que vino a Hoboken, en Nueva Jersey, para tener a mi mamá, sabiendo que esa era la única manera de darle la mejor vida que ella podía darle, porque la mejor vida no era en Colombia, era aquí.
¿Por qué todavía resuena la historia de Tony y María?
Creo que la gente recuerda lo que es ser joven y enamorarse por primera vez. Es algo nostálgico, sin duda. Creo que la gente recuerda lo que es saber que quizás no funcione pero decidir ser felices en ese momento. No es solo algo que les pase a los adolescentes. Es algo que tiene que ver con el enamoramiento. Es reconocer la santidad de un amor joven. La historia es atemporal.
¿Cómo resumiría su experiencia en esta producción?
Adoré cada segundo que pasé con esas personas en ese plató. Interpretar a María fue el honor más grande de mi vida. Sé que solo tengo 20 años, pero siento que ese sentimiento me va durar mucho tiempo. Estoy increíblemente agradecida a Steven Spielberg por haberme permitido participar en esta historia que es muy importante para él y que es muy importante para mí, y por permitirnos tener juntos esa experiencia importante para los dos. Espero que los latinos jóvenes del mundo se sientan representados de alguna manera en esta película, y que vengan a vernos cuando salga la película.
Finalmente, ¿qué pensaría la Rachel Zegler que interpretó a María en un teatro local de la Rachel Zegler que acaba de interpretar a María en AMOR SIN BARRERAS de Steven Spielberg?
Ay Dios, eso me emocionó. Creo, antes que nada, que no me creería si se lo dijera. Pero creo que estaría orgullosísima y diría: “Gracias a Dios que tuviste más clases de canto antes de hacer esta película”.