Exhibición
En la muestra ‘Signos de los tiempos’, tesoros increíbles de la Colección Pizano dialogan con obra contemporánea
En el Claustro San Agustín, el trabajo en grabado de maestros como Leonardo, Miguel Ángel, Boticelli, Rubens, Tiziano, Caravaggio, Velázquez y Rembrandt conversa con la obra de Feliza Burztyn, Norimichi Hirakawa, Alfonso Quijano, Álvaro Barrios, entre otros.
Con la exposición Signos de los tiempos, que viene de abrir en el Claustro San Agustín, el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia celebra uno de los tesoros más importantes de su colección: la ya casi centenaria Colección Pizano que, gracias a la iniciativa y el esfuerzo de Roberto Pizano, llegó al país a mediados de los años veinte del siglo pasado con la idea de acercar lo mejor del arte a quienes no tienen la posibilidad de apreciarlo de otra manera.
Al respecto del título de la exhibición, este nace de la expresión que se atribuye a Jesús (en Mateo 16,2) cuando, en sus cotidianos enfrentamientos con los fariseos y saduceos, estos exigían de él una señal del cielo. Y les dijo : “¿Sabéis distinguir el aspecto del cielo y no sois capaces de distinguir los signos de los tiempos?” .
La muestra, que va hasta el 31 de marzo de 2025 en el mencionado espacio (ubicado en la carrera 8 No. 7-21, de Bogotá), reúne 280 grabados de la Colección Pizano, 150 obras de la Colección de Arte Contemporáneo del Museo de Arte UNAL, y la obra de algunos artistas invitados.
¿Por qué esta mezcla? La idea de la exposición es establecer un diálogo entre lo antiguo y lo contemporáneo. Así pues, gracias a esta curaduría, el trabajo en grabado de grandes maestros como Leonardo, Miguel Ángel, Boticelli, Rubens, Tiziano, Caravaggio, Velázquez, Rembrandt, entre muchos otros, entra en conversación con obras de artistas como Feliza Burztyn, Norimichi Hirakawa, Alfonso Quijano, Álvaro Barrios y más.
Tendencias
“El tiempo hace que aún lo más oscuro salga a la luz. El leve paso de los siglos hace pensar en el fracaso de ese espíritu que corona el proyecto del poder humano sobre la vida. También nos enseña la belleza del arte como forma de historia y memoria, pero no cualquiera sino la que valora el dolor del otro y nos permite beber la luz del ahora”, señala la directora de Patrimonio Cultural UNAL, María Belén Sáez de Ibarra.
Sobre la Colección Pizano
Los grabados antiguos alrededor de los cuales gira esta exposición abarcan seis siglos, del XV hasta el Siglo XX. Fueron adquiridos hace cerca de 100 años por el profesor Roberto Pizano en sus viajes por Europa, hasta conformar este acerbo a partir de las calcografías más destacadas de occidente: Calcografía del Louvre (Francia), Calcografía Regia (Italia), Calcografía Nacional (España) y el Reichsdruckerei (Alemania).
Estas calcografías son lugares dedicados, hasta nuestros días, a la práctica y conservación de la técnica del grabado, para lo cual coleccionaron y custodiaron las planchas originales realizadas por los artistas más significativos de la historia del arte europeo.
Las posibilidades técnicas de reproducción de la calcografía y el grabado también fueron utilizadas para la difusión más amplia de obras artísticas de la pintura, la escultura, el dibujo y la arquitectura, en forma muchas veces de libros en los cuales se catalogaban las colecciones y grandes acerbos artísticos del mundo.
Así, mediante estas técnicas que cumplían la función de lo que hoy hace la fotografía, se historiaba y razonaba sobre estas obras y colecciones. Gracias a ello, encontrarán en esta exposición recreaciones de grandes iconos artísticos que en su momento fueron encargados a artistas de excelencia, para que realizaran copias de las obras con estas técnicas gráficas.
Más de 200 grabados desde el siglo XV hasta el XVIII
En esta ocasión se presentan más de 200 grabados de maestros como Leonardo, Miguel Ángel, Boticelli, Rubens, Tiziano, Caravaggio, Velázquez, Murillo, Rembrandt, Durero, Callot, Rafael, Goya, Van Dick, Ribera, Delacroix, Millet, Le Brun, Van Eyck; en diálogos con obras del arte contemporáneo del Museo de arte UNAL, y otras colecciones con más de 150 obras: Feliza Burztyn, Norimichi Hirakawa, Alfonso Quijano, Álvaro Barrios, Luis Caballero, Manolo Vellojín, Rogelio Polessello, Abel Rodríguez, Sheroanawë Hakihiiwë, José Alejandro Restrepo, Joseph Beuys, Julián Burgos, Paz Errazuriz, Luz Angela Lizarazo, Mariana Valera, Vicky Neumann, Moisés Criollo, Rosa Sanín, Luis Ángel Rengifo, Óscar Murillo, Radenko Milak, Pedro Alcántara, Carlos Correa, Luz Helena Caballero, Marlene Dumas y Carolina Caycedo.
La Pizano no incluye la contemporaneidad que inicia en 1945, con la bomba sobre Hiroshima y Nagasaki, en Japón, que los científicos sustentan como la era del Antropoceno, un cambio geológico trascendental que podría extinguir la vida en la tierra como la conocemos, aunque podríamos considerar la breve Edad Moderna como su infancia y su preludio.
Son obras de arte que han trascendido hasta nuestros días, integradas en nuestro patrimonio cultural global; acompañadas serenamente por obras del arte contemporáneo, que van desde 1948 hasta hoy, nos permiten e invitan a mirarlas desde el presente para movilizar la conciencia y acción ética.
Las víctimas y la violencia, presencia permanente en estas obras
La imagen de Cristo, una constante en la tradición pictórica de la modernidad, se nos ofrece ahora como la representación universal de las víctimas. Recordarlas, traerlas hasta el presente, al ahora, nos convoca a la construcción de una ética comprometida con la búsqueda de la justicia social. En estos grabados se sitúa al ser humano como medida y centro de todas las cosas, y recibe atención moral por encima de cualquier otra cosa. Por eso hemos cotejado esas visiones con las cosmogonías indígenas representadas en nuestra colección, que incluyen el mundo vivo vegetal y animal y otras formas no humanas que están en el centro de sus creencias y en el fundamento de su goce de existir sin alterarlo ni intentar explotarlo o dominarlo.
El cambio climático es el gran ausente en esa modernidad que a pesar de señales evidentes lo ignoró hasta el cambio que en nuestros días han supuesto el biocentrismo y el ecocentrismo. En las guerras, por ejemplo, la naturaleza (concepto moderno) y los elementos del clima son representados apenas como telón de fondo.
Era inevitable que el patriarcado y su sistema de poder fueran notables en los grabados. Las violencias como las conocemos son parte de ese sistema de poder, aún vigente en las guerras en manos de hombres-patriarcas con naturalizadas formas de opresión a las mujeres. Mujeres artistas contemporáneas nos enseñan a notarlo y a construir una energía femenina que fluye, crea y contribuye a un nuevo equilibrio de la existencia.
En otro pasaje, esta vez en Lucas 12,54-57, Jesús pone de nuevo el ejemplo de los elementos climatológicos y concluye: “Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?”
*Más información en el Instagram del Claustro San Agustín.