Música
Estéreo Picnic 2022: Headliners que “decepcionan” y un cartel llenos de ganchos para renacer como el ave fénix
Unas palabras para procesar el ‘comeback’ del festival musical más grande del país, que dejó a algunos muy felices y a otros rascándose la cabeza. Más allá de opiniones, como lo suele hacer, el Picnic recompensará a los curiosos, pero no es pecado dolerse por lo que casi fue y no será.
¿Cómo se queja uno después de una temporada larga y dolorosa en la que la música en vivo quedó en el fondo de las prioridades? Quejándose, pero con respeto y con perspectiva, sin olvidar que un montón de gente no podrá volver a un concierto, que un montón de gente perdió sus trabajo y que este sector se ha visto reducido a la nada virtual... hasta ahora.
El ave fénix aletea, y vale alegrarse porque se anuncia el cartel de un nuevo festival masivo. No es poco que se sienta cercana la posibilidad de regresar a ese espacio de música, masas, comunión y desprendimiento, que reúne corrientes y triunfa en el intento.
El Estéreo Picnic, el más grande festival musical privado en Colombia, venía con una tracción impresionante y había anunciado una celebración de aniversario brutal justo cuando llegó el frenón que le sacó el aire al mundo entero. Los rezagos de ese dolor quedan también en los seguidores de muchos de los artistas que venían a ese celebración y que, por ahora, ya se sabe, no lo harán (por ahora...).
Primeras impresiones: unos por otros
Algo de perspectiva sirve para “evaluar” el cartel que hoy se anunció. Es mejor hacerlo sin retrovisor, juzgarlo por lo que es, pero es difícil porque la edición de aniversario cancelada estaba demasiado ganadora. ¡Oh, fortuna esquiva!, porque la culpa de su cancelación la tiene la pandemia, no la organización, y se sabía que sería imposible replicar un cartel dos años después.
Solo quedaba rezar para que guardara tantos de sus grandes actos como pudiera. Uno de los tres headliners se mantuvo. El que ya había cerrado una noche del festival en 2017, The Strokes (¡qué fuerte sonaron!). Las oraciones de sus seguidores fueron escuchadas. Confieso que no contar con Chemical Brothers y si con J Balvin me dolió desde mi gusto y mi experiencia personal, mala suerte, pero es evidente que el paisa acerca a muchos públicos nuevos y masivos al terreno de Briceño 18, y eso le hace bien a un festival recuperando impulso.
Queda comentar el cambio de Guns’n’Roses por Foo Fighters. El trueque no me satisface porque prefiero a unos que a otros, pero en cuestión de peso no se puede discutir que Foo ofrece un show de rock que entrega lo que promete y algo más. No será como verlos en su concierto de estadio, de tres horas básicamente, pero eso solo hace más claro que su show dejará muy poco lugar a la respiración. Se hizo necesario reemplazar a Prodigy en su momento y el Picnic lo suplió con Underworld. Es algo relativamente similar en que no son lo mismo, pero comparten género y arrastran a un amplio grupo. En esa medida, cumplen la tarea.
Segundas impresiones: los matices de la letra chica
Para que haya festival tiene que haber un éxito. Y si usted aprovecha el arrastre de J Balvin y de actos como C. Tangana en una demografía que impulsa venta de boletas, se hace un favor. El reggaetón llegó, veremos cómo se mezcla con ese público en un sábado de matices particularmente colombianos y electrónicos, en el que también actuará El Binomio de Oro de América, Los gaiteros de San Jacinto y Las Añez. No debería haber problemas.
Los seguidores de la electrónica (perdieron a The Chemical Brothers, mal ahí, brothers, pero) tienen de dónde escoger, con una oferta de presente como Kaytranada, establecida y constante en el festival como la de Martin Garrix y de nostalgia de giro de siglo como la de Fatboy Slim, entre muchos otros durante los tres días del festival. Con el rock, es uno de los hilos conductores. Nina Kraviz, Caribou y Jungle siempre serán aciertos en vivo, y Ela Minus regresará de nuevo a la ciudad, buena noticia.
El indie y el pop local alimentan los renglones más chicos del festival, con propuestas establecidas como Babelgam y Margarita Siempre Viva y otras que toman tracción con trabajos nuevos como Armenia. Hay presencia de voces importantes del presente como la de Edson Velandia y la de Briela Ojeda. Refresca que toque La Pacifican Power. Los Niños Telepáticos ofrecerán su propuesta progresiva y vibrante, respondiendo a su manera al rock extraño y entreverado de King Gizzard & The Lizard Wizard que llega desde la lejanía de Oceanía. Viene también Idles con su música poderosa y su agenda de temas, y será rockeada. Vendrán los Black Pumas, con su marca de rock vintage, Turnstile con su rock de vena joven, y talentos jóvenes como Machine Gun Kelly que poco me mueven personalmente, pero que despiertan pasiones. También participarán Phoebe Bridgers y Doja Cat, mujeres de voces en géneros bien diferentes muy actuales en Estados Unidos.
Además de estos mencionados, seguramente habrá sorpresas de las cuales será necesario hablar una vez muestren lo que hacen y cómo lo hacen en esas tarimas del norte de la capital. Las sorpresas que de verdad importan en un Festival no son las que se dan en el cartel, son las que se descubren en el evento.