Cultura
Estos son los siete pecados que se castigan con el infierno
El asesinato es uno de los pecados que, según ‘ACI Prensa’, pueden conducir al infierno.
En la creencia religiosa se parte de los diez mandamientos para diferenciar el bien del mal, aunque son numerosas las acciones consideradas como pecado a ojos de las Sagradas Escrituras. Tanto en la Biblia como durante la reflexión de líderes espirituales se exhorta a un examen de conciencia y arrepentimiento sincero.
También se habla de ofensas que, para Dios, pueden llevar a recibir un castigo mucho más severo y derivar en el infierno. Ese es uno de los mayores temores entre los devotos: una muerte que no conduzca al descanso, sino a un tiempo indefinido en el purgatorio o, peor aún, al lugar donde las almas están en constante angustia y lamento.
Según el portal católico ACI Prensa, hay siete pecados cuya gravedad conducen directamente al infierno: inmoralidad sexual, mentiras, alcoholismo, robo, venganza, gula y el asesinato.
Oración para clamar perdón a Dios
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Señor Dios, Padre eterno y omnipotente, reconocemos y confesamos delante de tu santa Majestad que somos pobres pecadores, nacidos en la iniquidad, inclinados al mal e incapaces por nosotros mismos de practicar el bien. Confesamos haber quebrantado diariamente y de distintas maneras tus santos mandamientos, y merecer así, por tu justa sentencia, la condenación y la muerte. Pero, oh, Señor, sentimos un vivo dolor por haberte ofendido y nos condenamos a nosotros mismos y a nuestras transgresiones, y con verdadero arrepentimiento acudimos a tu gracia y te suplicamos nos socorras en nuestra miseria.
Ten piedad de nosotros, oh Dios de toda bondad, Padre misericordioso, y perdona nuestros pecados, por el amor de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Salvador.
Concédenos y aumenta cada día en nosotros las gracias de tu santo espíritu, a fin de que reconociendo siempre nuestras faltas, nos arrepintamos y renunciemos a ellas de todo nuestro corazón y llevemos frutos de justicia y de santidad que te sean agradables, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.