Cine

FICCI 64: se presenta la versión 2025 del festival más antiguo de Latinoamérica

En esta nueva edición de un evento como ninguno en el país, que exalta el séptimo arte y se plantea acercarse al cartagenero de a pie, habrá homenajes para Raoul Peck y Pablo Larraín, entre más de 190 proyecciones, 60 estrenos nacionales, 30 estrenos latinoamericanos y 20 estrenos mundiales.

4 de marzo de 2025, 3:53 p. m.
Clausura del FICCI 63.
Clausura del FICCI 63. | Foto: Osky Contreras / FICCI

En la Cinemateca de Bogotá (dónde más, qué lugar hermoso y dedicado al séptimo arte) tiene lugar esta mañana el lanzamiento de la edición 64 del Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI). Hablaron su nueva directora, Margarita Diaz, quien señaló la importancia de destacar la riqueza de nuestras identidades y la cartageneidad del evento y también Ricardo Cantor, director de la Cinemateca, quien anunció una versión itinerante del festival en Bogotá, luego de la realización del Festival en Cartagena, entre el 1 y el 6 de abril de 2025. Qué bueno.

El formato fue distinto en que propuso paneles que tocaron temas pertinentes al festival. En el primero, Claudia Triana (Proimágenes), Germán Franco (Centro Ático) y Diana Díaz (DACMI) hablaron bajo la moderación de Hernán Piñeres, el director de la junta del festival. Piñeres abrió la charla evocando a Víctor Nieto, quien dio vida a este evento icónico, hoy saludable. Piñeres destacó la evolución del festival en medio de constantes cambios sociales que hablen con los tiempos, y concluyó con un entusiasta “sigamos apostando por el cine y por las historias que nos conectan”.

La imagen oficial del FICCI 64 es de Santiago Guevara.
Este es el afiche oficial del FICCI 64, de Santiago Guevara, que propone "una explosión de color y cartageneidad que celebra la diversidad, la memoria y la magia del cine". | Foto: FICCI

“El cine no se va a acabar”, selló Triana. “Y el FICCI es el emblema de una vitrina al mundo, de vernos y encontrarnos para hablar de cine” (y dijo que los anuncios del FDC se harían en Cartagena). Por su parte, Franco destacó la alianza desde Ático, en cómo alimenta el evento desde la academia y cómo invita a la experimentación. Consideró clave la apuesta por las historias que los jóvenes tienen por contar.

Sobre esa alianza del festival y el ministerio de Culturas, Diana Díaz habló de “una relación sombrilla que cubre varios procesos”. Mencionó cómo los encuentros de industria, de documental, de crítica, han inspirado encuentros de circulación, de animación y más... Y destacó las alianzas con otros festivales en distintas regiones, porque el FICCI inspira a otros festivales y desde ahí cobra una importancia multiplicadora (de procesos, de conversaciones). Es un lugar en el que Colombia puede mostrar su cinematografía al mundo, una que llamó “biodiversa”. Podemos hablar de un cine indígena, en quién la hace y en cómo cuenta, así como comunidades afro y palenqueras.

Saia Vergara, viceministra de Culturas, llegó unos minuticos tarde, pero llegó. La cartagenera lanzó un discurso emocionado. Ha trabajado de cerca con el festival, lo vivió cuando era joven y varios profesores la llevaron a ver cine y abrir la cabeza.

En el segundo panel, moderado por la directora Margarita Diaz, la cartagenera habló con su acento cartagenero natural, sin necesidad alguna de aplacarlo, y lo hizo saber, pues hay una intención detrás de devolverle este evento a la ciudad que lo acoge, desde lo simbólico y desde lo real. La acompañaron Ansgar Vogt, director creativo; Mónica Moya, y David Montenegro, jefe de programación. Este abordó lo más importante, la programación, lo que va a suceder. Díaz habló de una mayor cercanía al cartagenero de a pie, de hacerlo más amplio.

Por su parte, en su segundo año, Vogt volvió a la promesa que lanzó en 2024, de ver el festival como una ventana hacia el futuro, un lugar para talentos emergentes de Latinoamérica y como un punto de entrada para la próxima generación. “Puedo decir que la promesa y la visión funcionaron. No es una promesa, ahora es un fundamento que se consolida. Es una promesa que se está volviendo realidad”. En todas las líneas creativas del festival, habrá gente joven activamente involucrada. Entra varios de los pilares del festival, que consolida desde el año pasado, Vogt también mencionó que es importante sumar una alfombra roja, que le sume un poco de glamour al evento, que exaltará a los personajes homenajeados y a los talentos jóvenes. Hay residencia, hay gestión para apoyar proyectos nuevos (Ópera Prima Lab), y así, hay un FICCI robusto que mira al futuro.

Hernán Piñeres, Margarita Díaz y Ansgar Vogt, en la Cinemateca de Bogotá.
Hernán Piñeres, Margarita Díaz y Ansgar Vogt, en la Cinemateca de Bogotá. | Foto: FICCI

Así como Vogt, Mónica Moya, quien lidera la sección Industria, enfatizó en agradecer al equipo que apoya todas estas gestiones. Y apunta a sumarse al BAM como esos encuentros clave para la industria del cine. “Pensamos en circular entre y para América Latina, preguntarnos sobre esos puentes”. Sobre las novedades, hay nueva categoría, Industria Premium, y aseguró que habrá espacios de trabajo y networking, y que pronto se vienen anuncios importantes sobre invitados que dinamizarán estos espacios. Sigue NIDO FICCI, donde mucho se habla de cine pero se hablará de series (con invitados como Daniel Burman). “Gracias infinitas, esto no se hace solo. Industria o somos todos o no somos ninguno”.

Antes de hablar de la programación, se mencionó Cine en los barrios, que tiene ahora premio, con jurados de la comunidad. Esta es, sin duda, una de las aristas más bellas e importantes del festival. El programa irá hasta Tierrabomba en 2025.

La programación

Al frente del equipo curatorial, habló David Montenegro. “Las imágenes están vivas. El festival también”, aseguró para abrir su intervención. Dijo que “se crea una especie de organismo vivo, en esa curaduría”, y que la selección oficial, trabajada hace meses, arroja “el carácter migrante de las imágenes”.

La programación no corresponde con una sola idea del territorio, de la frontera. Hay reflexiones sobre el Antropoceno, sobre la sostenibilidad, la materia y el mismo dispositivo cinematográfico (en el que hay un regreso a maneras pasadas). Montenegro mencionó a su equipo, y dio rienda suelta a la programación (que iremos sumando). Sobre la sección Colombia, anunció que habrá premio para la mejor película colombiana con un jurado internacional, noticia que fue muy bien recibida. Compartió la sección Iberoamérica (en cortometrajes y largometrajes). Anunció que en la sección Internacional de largometrajes habrá cine de Radu Jude, de Andrea Arnold, de Athine Rachel Tsangari, entre otros directores.

Habrá Cine Afro, habrá Cine Indígena, y, en Cine en los barrios, habrá cinco películas. También se presenta la sección Animación Porosa, con siete cortometrajes. Las proyecciones especiales incluirán Horizonte, la esperada segunda película de César Acevedo, y habrá un homenaje al actor y guionista Humberto Dorado.

Los laureados

Indudablemente, se hacen centrales los homenajes. Habrá uno para Raoul Peck, cineasta y exministro de Cultura haitiano, cuyo cine ha sido una herramienta de denuncia y deconstrucción de discursos coloniales. También será aplaudido el chileno Pablo Larraín, quien se ha convertido en una fuerza cinematográfica innegable, valiosa, jugada, sentida y cuidada. Ya sea desde sus personajes de fama mundial o desde su registro del alma chilena en tiempos cruciales.

Habrá retrospectivas de Arturo Jaramillo (Colombia), de Ana Vaz (Brasil) y de Jessica Sarah Rinland (Argentina). Y, en alianza con MUBI, habrá conversaciones y podcasts con los protagonistas en Cartagena.

Película Pinochet El Conde.
Jaime Vadell en 'El Conde' de Pablo Larraín. | Foto: AP