Cine y realidad virtual

Juanita Onzaga sobre ‘Flotando con espíritus’, la mágica experiencia en realidad virtual que la lleva a Cannes 2025

Hablamos con la directora y artista colombiana, que lleva al festival de cine más prestigioso del mundo su alucinante producción y comparte lo que tiene en la mira en su paso cinéfilo por la cuna del séptimo arte.

Alejandro Pérez Echeverry
16 de mayo de 2025, 2:40 p. m.
'Flotando con espíritus', Juanita Onzaga
En 'Flotando con espíritus', Juanita Onzaga entrega una experiencia transformadora. | Foto: Cassette for Timescapes

Antes de que el huracán creativo que es Juanita Onzaga se desatara en el Festival de Cine de Cannes, y eso es lo que seguramente está sucediendo en estos momentos, hablamos con ella.

A la cuna del cine, a festival más prestigioso del planeta, la directora y artista bogotana fue a presentar su increíble experiencia en realidad virtual Flotando con espíritus, que estrenó en 2023 pero que es tan notable en hechura y efectos espirituales que Cannes la invitó a integrar su sección inmersiva en 2025.

Desde su creación, Juanita Onzaga se desmarca de rótulos que otros puedan lanzarle. Crea en el formato que el trabajo le va pidiendo. Por eso, poco sorprende que en este momento haya puesto en pausa, por causa Cannes, la edición de un cortometraje, la realización de su primer largometraje de ficción y de un documental híbrido (además de otros proyectos que la llevaron a “manipular la materia” y prefiere aún no revelar).

'Flotando con espíritus', Juanita Onzaga
Juanita Onzaga (1991) es una cineasta y artista Colombiana radicada entre Bogotá y Bruselas. Su cine explora la hibridez entre la ficción y la no-ficción, la tecnología y el arte, moviéndose desde paisajes íntimos, sensoriales y emocionales hacia la intersección del futurismo ancestral, la transformación del trauma de conflictos violentos, el misticismo, los mundos oníricos y la poética de la naturaleza al descolonizar el tiempo y la percepción de lo real a través de tecnologías ancestrales. | Foto: Ulises Gutiérrez

Cuando hablamos con ella por primera vez, en 2022, luego de toparnos con sus cortometrajes, así describió esta experiencia, que estrenaría un año después: “La rodamos en México, en la región de Oaxaca, no en la parte turística sino en la Sierra Mazateca, con la comunidad. Es una locura tecnológica, una exploración del conocimiento ancestral de los mazatecos y de las mazatecas y de su conexión con el mundo natural a través de las palabras, ofrendas y rituales. Es una mezcla híbrida entre ficción, documental y visualizaciones etéricas creadas por tecnologías como la volumetría, la fotogrametría”.

Habiéndola visto en FICCI 63, agradeciendo el haberla visto si bien con una máquina que al final sufrió (esta obra de arte exige una máquina capaz de transmitir fluidamente su magia, Cannes seguramente la tiene), puedo decir que es una experiencia asombrosa. Desde el principio, hace inevitable transportarse a esas sierras, sentirse ahí, borrar la línea con lo real gracias a una libertad de mirada inmersa en estos paisajes místicos, junto con sus jóvenes personajes, escuchando sus susurros de vida, adentrándonos en sus rituales y diálogos con los muertos... yendo al encuentro de los espíritus que los acompañan. Flotando con espíritus deja momentos que no se olvidan, y una vez se vive, sus fotogramas se ven con ojos distintos.

Al respecto de esta especie de segundo estreno en Cannes de su sensible y asombrosa incursión en la realidad virtual, esto nos dijo.

'Flotando con espíritus', Juanita Onzaga
'Flotando con espíritus', Juanita Onzaga | Foto: Cassette for Timescapes

SEMANA: ¿Qué le significa esta selección de Flotando con espíritus? No está en competencia, pero va a presentarse en este espacio que abre Cannes a producciones así, y eso es fantástico...

Juanita Onzaga: Bueno, para mí realmente fue una sorpresa, porque siempre se dice que en Cannes uno solamente puede estar con una premiere, una premiere mundial, y está todo el proceso de mandar la obra de uno y esperar a que salga... Y significa muchísimo porque creo que las obras más inmersivas, las experiencias, la realidad virtual, como que no entran en esta cadencia de distribución de vida corta como las películas. Parecen vivir más tiempo, quizá porque mueven otras fibras u otras maneras de conectarse.

Significa muchísimo porque creo que las obras más inmersivas, las experiencias, la realidad virtual, como que no entran en esta cadencia de distribución de vida corta como las películas. Parecen vivir más tiempo, quizá porque mueven otras fibras u otras maneras de conectarse...

Lo más bonito de tenerla en Cannes este año será descubrir de qué manera la obra dialoga con este público tan cinéfilo, que viene tan de la cuna. Porque si bien Venecia, en Venice Immersive, es el hub especializado en obras interactivas e inmersivas, acá estamos en la cuna del cine. Es importante porque estas formas tecnológicas se pueden desplegar en crear formas cinematográficas, y ese reconocimiento nos da Cannes con esta selección.

SEMANA: Flotando navega entre el despliegue tecnológico y lo que toca espiritualmente… ¿cómo ‘promediar‘ estos ámbitos, hacerlos uno?

J.O.: Desde el principio yo tenía muy claro que la intención principal era crear un ritual que conectara a las audiencias, no solamente con sus muertos, también con un lugar de pregunta íntima sobre qué separa el mundo de lo físico del mundo de lo invisible.

La intención principal era crear un ritual que conectara a las audiencias, no solamente con sus muertos, también con un lugar de pregunta íntima sobre qué separa el mundo de lo físico del mundo de lo invisible...

Lo que me guió en ese muy largo proceso de búsqueda y exploración de muchas tecnologías y de un trabajo de postproducción bastante arduo, es que lo más importante era construir esa intimidad, ese lugar íntimo para la persona que estuviera viendo la experiencia. Esto para justamente poder conectarse con sus muertos, con sus ancestros o con las preguntas grandes que se abren cuando la muerte toca nuestras puertas. Y para que esa intimidad fuera orgánica, buscamos de qué manera la tecnología podía servirle a esa poesía, a esa sensorialidad, a ese lugar único en el que uno se sumerge en la experiencia. Porque es un lugar único que solamente existe dentro de esa realidad virtual y dentro de uno; queríamos que las personas se pudieran llevar ese lugar íntimo con ellas, como un lugar de exploración en las preguntas que nos unen y nos separan con la muerte.

Queríamos que las personas se pudieran llevar ese lugar íntimo con ellas, como un lugar de exploración en las preguntas que nos unen y nos separan con la muerte...

SEMANA: Casi un segundo estreno, porque en 2023 vio la luz. Cuéntenos sobre las reacciones, porque la obra ya tiene un tiempo enfrentando y encontrándose con distintos públicos...

J.O.: Soy alguien que no se hace muchas expectativas, dejo que la vida me sorprenda. Y no sabía muy bien cómo se iba a mover esta obra, para ser honesta. Cuando la hice no era consciente del mercado que existía y que también le estaba abriendo a mi obra por medio de esta obra.

En este momento puedo decir que lo que más me sorprendió de la carrera de distribución que llevamos, de año y medio, tuvo lugar en México, donde la presentamos en cuatro festivales distintos. Y lo más bonito fue que la presentamos durante la época de muertos, es decir, del 30 de octubre al 15 de noviembre. Me sorprendió, primero, enfrentar el hecho de presentar una obra que es un ritual en un momento ritual, en un espacio ritual. Porque eso hicimos: construimos todo como un espacio ritual. Hacía parte de una ofrenda gigante en proyectos públicos, en la Ciudad de México. Era como un un capullito, con las velas, y teníamos un altar para que las personas le pudieran escribir a sus muerticos, a sus antepasados, a sus espíritus. Lo que se creó en ese momento fue muy poderoso y me permitió darme cuenta de lo que pasaba cuando la obra, creada como un ritual, era presentada y compartida como un ritual.

Y lo más bonito fue que la presentamos durante la época de muertos, es decir, del 30 de octubre al 15 de noviembre. Me sorprendió, primero, enfrentar el hecho de presentar una obra que es un ritual en un momento ritual, en un espacio ritual. Porque eso hicimos: construimos todo como un espacio ritual...

Presentar esa obra ritual en un espacio ritual, en un tiempo ritual, de verdad que abrió una comprensión a niveles muy profundos sobre lo que realmente es conectarnos con ese momento y honrar a los que ya no están por medio de sus memorias, escribirles, hablarles. La experiencia traspasó la experiencia y entró a la realidad y eso fue muy sorprendente. Fue bellísimo recibir lo que las personas venían, me contaban de sus mamás, de sus abuelos, y todos los mensajes que nos dejaron son bellísimos (guardo fotos y videos de todo esto). Fue increíble. Ahí entendí lo que significa crear experiencias con tecnología, pero de las que nos conectan.

'Flotando con espíritus', Juanita Onzaga
Cuando se ha 'habitado' este fotograma, se mira con distintos ojos y una profunda emoción. | Foto: Cassette for Timescapes

SEMANA: ¿En qué trabaja ahora? ¿Qué frenó para vivir este Cannes?

J.O.: ¡Uno siempre está feliz de interrumpir cualquier cosa para venir acá! En este momento estoy en producción de mi largometraje, Las tierras que te buscan, que vamos a rodar pronto. Es mi primer largo de ficción.

También estoy en postproducción de un documental híbrido rodado en Colombia y Tailandia, que he estado editando. Es una obra de la que no puedo hablar mucho todavía, ¡porque todavía no sé muy bien qué es! Se llama Sueños antípodas. Y también estoy editando un corto que se llama Ojos de Obsidiana.

He estado trabajando mucho entre Colombia y México y en las relaciones que existen entre ambos territorios. Y de alguna manera, con Flotando con espíritus descubrí un territorio que me es neutro, por así decirlo. Y lo explico. La artista Ana Mendieta, cubana, feminista, muy conocida en los años ochenta, es una de mis madres artísticas. Ella trabajaba mucho con su cuerpo, con su conexión con la naturaleza y el vínculo con la gran madre. A ella la llevaron a Estados Unidos a la fuerza cuando era adolescente y ella habla mucho de cómo en México encontró un territorio neutro donde no era ni exiliada (como ella en Estados Unidos o yo en Bélgica), ni el dolor de la patria, que para ella Cuba y para mí es Colombia.

'Flotando con espíritus', Juanita Onzaga
'Flotando con espíritus', Juanita Onzaga | Foto: Cassette for Timescapes

Y ese dolor de la tierra está muy presente en mis cortos y en el largo que estoy preparando ahorita. Lo estoy como alquimizando y transformando a través del cine. Y esto toca mi relación con Colombia, mi historia personal y mis convicciones políticas, que plantean maneras distintas de pensar un futuro, con realidades muy diferentes a las que se proyectan en los medios a diario.

México, al ser este espacio neutro, me ha permitido adentrarme en temas más rituales, más místicos, de una conexión con la magia de la cotidianidad y un cruce entre los rituales y la tecnología...

México, al ser este espacio neutro, me ha permitido adentrarme en temas más rituales, más místicos, de una conexión con la magia de la cotidianidad y un cruce entre los rituales y la tecnología. Entonces, en este momento estoy enfocada en crear ese nuevo corto, que habla también de esto. Moviéndome en varios proyectos. Muy feliz por este presente.

Y es una manera también de parársele a una industria que te intenta definir por una sola cosa, y poder tener una agencia sobre que es la libertad creativa. Cada idea toma una forma distinta y a veces es un largo, a veces es un corto, a veces es una realidad virtual, a veces es trabajar en un espacio. ¡También estoy trabajando con la materia, pero pues de eso tampoco puedo hablar todavía!

SEMANA: ¡También está interviniendo espacio y materia!

J.O.: Después de la realidad virtual, necesitaba la materia...

SEMANA: Para quien difícilmente podrá verla por ahora en Colombia, ¿qué es importante saber de Flotando con espíritus?

J.O.: Creo que Flotando también viene la pregunta de cómo podemos usar la tecnología para conectarnos, cómo crear un espacio seguro para darle espacio a nuestras emociones, para evocar aquello que no hace parte de este mundo material, pero que hace parte de nuestras vidas.

Yo siento que el discurso alrededor de la tecnología en los últimos años es bastante distópico. Y sí, hay mucha tecnología que está en manos de personas o empresas cuyo interés no es el bien común, pero me parece que nosotros, como personas latinoamericanas con un conocimiento que viene de lo intuitivo, si entramos a trabajar con estas tecnologías y a cruzarlas con conocimiento ancestral, con una intención de conectar, estas tecnologías tienen ese poder de ayudarnos a hacerlo.

Hay mucha tecnología en manos de personas o empresas cuyo interés no es el bien común, pero me parece que como personas latinoamericanas, con un conocimiento que viene de lo intuitivo, si entramos a trabajar con estas tecnologías, estas nos pueden ayudar a conectar...

Y también me significó meterme ahí para generar conversaciones con generaciones de jóvenes, millennials, centennials, z, y (ya ni sé cómo son las letras), sobre cómo es estas tecnologías también nos pertenecen y cómo nuestras historias crean nuevas narrativas con estas tecnologías y, justamente, reforman la idea de futuro, la idea de conexión, nuestra relación a una pantalla, nuestra relación a crear con inteligencia artificial.

Todos estos son herramientas útiles. Y llevo poco en Cannes, pero hacia allá han ido todas las conversaciones que he tenido: abordan cómo apropiarnos de estas tecnologías y no dejar que otros nos digan para qué sirven. Es esencial abrir la conversación al respecto y no entrar en el discurso de la distopía, porque existe, pero nuestros aportes hacen falta ahí.

'Flotando con espíritus', Juanita Onzaga
A Cannes no le importó que no fuera estreno, porque es así de increíble. | Foto: Cassette for Timescapes

SEMANA: ¿Ha tenido la oportunidad de ver algunas de las películas colombianas de la selección? ¿Qué pelis tiene en la mira y recomienda?

J.O.: Tengo dos películas que recomiendo mucho. La primera, pues claramente es Un poeta de Simón Mesa Soto. ¡Qué ganas de ver el trabajo de Simón en 16 milímetros! Vi el trailer ayer, se ve super juguetón. Me encanta. Tengo mucha curiosidad. Y la segunda es una peli chilena. que se llama La misteriosa mirada del flamenco, de Diego Céspedes. Es una primera película y es fotografiada por el fotógrafo colombiano Angello Faccini, con quien yo trabajo, uno de los fotógrafos más increíbles que tiene Latinoamérica. Es una ópera prima y está en la selección Un Certain Regard, lo cual es bien grande, y le tengo altas expectativas.

'La misteriosa mirada del flamenco' , película chilena fotografiada por el colombiano Angello Faccini.
'La misteriosa mirada del flamenco' , película chilena fotografiada por el colombiano Angello Faccini. | Foto: compartidas por Proimágenes Colombia

Y también, claramente, la copia restaurada de La paga de Ciro Durán, que también se estrena. No la he visto, pero justo ahorita estábamos hablando con la familia de Ciro, y pues es como redescubrir nuestra historia cinematográfica como colombianos. Una película de los años sesenta. Entonces, de esas estoy pendiente.

'Un poeta', de Simón Mesa Soto
'Un poeta', segundo largometraje de Simón Mesa Soto, se estrena en Cannes 2025. | Foto: Ocúltimo / Juan Sarmiento G.