Estreno recomendado
“Lisey’s Story”: el thriller de Pablo Larraín basado en la novela favorita de Stephen King es televisión obligada
La actuación excepcional de Julianne Moore comanda esta dura serie de cine en televisión que reta y agita concepciones de dolor y realidad en sus ocho capítulos. De las muchas adaptaciones del trabajo de King a la pantalla, esta integra la lista de las memorables.
A Lisey (Julianne Moore) la encontramos en una piscina, pensativa en las aguas; trata de procesar su dolor, de vivir su pérdida para dejarla atrás, pero le es más bien difícil. Su marido, un famoso y admirado escritor de realismo mágico (más a la manera de un Stephen King galáctico que a la de García Márquez), ha muerto. Su hermana mayor, Amanda, se debate entre la demencia y un submundo inexplicable. Y su único apoyo real se lo ofrece su otra hermana, Darla, quien también tambalea lidiando con la vida en ese frío lugar de Maine.
Lisey apenas logra mantenerse cuerda. A veces, se ve en la necesidad de soltar uno que otro grito para descargar la maraña de dolores frustrantes que carga. Y mira hacia atrás, hacia los recuerdos. Y parece a veces frágil frente al reto de esa vida sin Scott, pero en su mayoría, asume la existencia como un roble. Y eso le exige, la existencia.
Esto pues, para sumar a la angustia, un admirador del trabajo literario de su marido no puede evitar acosarla. Quiere que ella, a quien considera una viuda recostada, libere el trabajo no publicado del autor para su estudio y publicación. Esa presión parece inocente y académica hasta que deja de serlo, hasta que sube la intensidad y cruza límites impensados. El trabajo de su marido creó un lector fanático, y este imparte terror en nombre de lo que considera justo con quienes vieron su vida cambiar gracias a las letras de Landon.
En vida, él, Scott Landon, le dijo a Lisey que sus novelas eran producto de visiones. Le contó a su esposa sobre cómo su sangre y su legado familiar tienen que ver en todo esto. Su tendencia a cortarse la piel, la tendencia –abusiva– de “liberar el lado malo”.
Tendencias
Sin ser “cine gore”, la serie no evita sus imágenes chocantes. Son necesarias para no ocultar los matices de su realismo mágico trágico. Es una serie oscura, en la que las aguas curan las cortaduras y posibilitan un escape del mundo traumático. Pero se va revelando, el escape mismo es una prisión.
Los autores
Develar esta maraña no es tema sencillo. Para la tarea, el venerado Stephen King le confió el guion que él mismo adaptó de Lisey’s Story al chileno Pablo Larraín, que dirigió la serie para AppleTV+. La plataforma la estrenará semanalmente desde este viernes 4 de junio.
King ha aceptado que esta es su favorita entre las tantísimas novelas y best sellers que ha escrito, como una máquina, a través de décadas. Vale anotar, entre estas, unas como The Shining, Misery, It, Pet Sematary, The Shawshank Redemption, que han dado pie a enormes adaptaciones en las pantallas. Pero son pocas las que sobreviven con honor. Otras como The Dark Tower se quemaron al tomar un clásico amado por los seguidores del escritor y masticarlo hasta la absoluta reducción, mientras Dr. Sleep de Mike Flanagan sucumbió ante la expectativa de ser The Shining 2 y vio desestimada su interesante exploración del alcoholismo (un tema que Stanley Kubrick sugirió, pero que no asumió frontalmente en su entrega fílmica de The Shining).
Larraín, director chileno con estilo narrativo propio, no temió arriesgar su capital artístico al sumarse a la lista de adaptaciones de King. En un veredicto temprano, no es exagerado decir que la unión de Larraín con el material denso de King es una propuesta contundente de cine psicológico en ocho horas de streaming. Si los thrillers, el terror y el suspenso lo atrapan, esta serie es para usted. Si le gusta ver el tipo de televisión que agita, debería darle una oportunidad.
Los talentos
El reparto de Lisey’s Story es arrollador, el corazón de esta etérea narración visual. Moore entrega la sobrada intensidad emocional y física que exige el papel protagónico. Como Kate Winslet en Mare of Easttown, la estadounidense prueba su peso artístico y conduce un trabajo admirable e intenso, que duele. La acompaña Clive Owen, con quien actuó en Children of Men de Alfonso Cuarón, y quien pedía un rol de trascendencia hacía tiempo. El británico es Scott Landon, el esposo de Lisey, el autor famoso que, incluso después de muerto, la reta a seguir su juego de pistas y recompensas, su especie de carrera de observación de desenlace incierto con puntos de referencia que llama “bool”.
Landon, hombre misterioso él, tuvo en vida una conexión especial con las hermanas de Lisey: con Darla, que interpreta una Jennifer Jason Leigh ácida pero noble, y especialmente con la mayor, Amanda, en un papel estremecedor en el que Joan Allen conmueve y asusta. En esa conexión entre Scott y Amanda yace uno de los misterios centrales de esta serie que hace de los mecanismos de defensa contra el abuso o las situaciones traumáticas un lugar real y juega con esos planos.
Misterio abierto
Una pala. De una pala se sirvió Lisey para atacar al hombre que le disparó a su marido en un evento público. Casi muere en ese momento, cuando anunciaban planes de una biblioteca. Era un momento feliz, excepto para ese hombre que atacó al autor y algo le reclamaba. La pala, la vemos en la portada del libro de Stephen King en la cual se basa esta serie, la vemos en la secuencia de presentación de la serie. La pala es instrumento, es pista, es más...
En últimas, Larraín y la tensión de la narrativa de Stephen King arrojan como resultado una televisión desestabilizante que agita y cautiva, juega con los nervios y patea el sentido de la realidad. Landon está muerto, pero no lo parece por el peso de su legado. Lisey sabe algo, Landon le repetía “Tú sabes”. Y desde el viernes, es el televidente el que empieza a saber.