Crónicas de rock

Marty Friedman en Bogotá: el genio de la guitarra hizo magia de nuevo y revalidó sus lazos artísticos con Colombia

En esta crónica, todos los detalles del segundo paso del virtuoso músico por la capital, con su banda y también compartiendo la tarima de la Escuela Fernando Sor con la agrupación Apolo 7, de Zipaquirá para el mundo, con la que sigue colaborando.

17 de junio de 2025, 2:21 p. m.
Marty Friedman y Apolo 7, una historia de aprecio, respeto y colaboración.
Marty Friedman y Apolo 7, una historia de aprecio, respeto y colaboración. | Foto: @_sebazo / Sebastián Ortiz

En 2018, el prodigio de la guitarra Marty Friedman hizo su primera presentación en Bogotá; el escenario para el despliegue de virtuosismo del reconocido músico norteamericano fue la Escuela de Música Fernando Sor, y a ese habría de regresar... En aquella oportunidad, fanáticos de sonidos del metal de reconocidas bandas como Megadeth y Cacophony, así como del rock progresivo e incluso el pop, se dieron cita para ser testigos de una performance que les quedó grabada en la memoria.

El aprecio del público hacia Friedman y del artista para Colombia fue palpable. Tanto así que entabló amistad con varios músicos locales y ha realizado colaboraciones con ellos. Marty no solo aprecia el país y su gente, también su música y su cultura.

El 16 de junio de 2025, siete años después, Marty regresó a Colombia para cimentar aún más su estatus de leyenda; con 14 álbumes de estudio como solista y con múltiples colaboraciones con grandes músicos de Japón (país en donde reside hace varios años), el estadounidense vino para promocionar su más reciente trabajo, Drama (2024). Acompañado por talentosos músicos de la nación del sol naciente, había mucha expectativa por su presentación. No era para menos; la precisión, la experimentación y la emotividad forman parte de este proyecto musical.

Desde horas de la tarde, la Escuela Musical Fernando Sor congregó a los fanáticos que pagaron meet and greet para compartir con el ídolo de la guitarra. Esos primeros en llegar esperaron con ansias a que el músico firmara sus objetos (discos, guitarras y más objetos) y se tomara fotos con ellos dentro del recinto. El anhelo de verlo tocar crecía al ver la amabilidad que Friedman siempre muestra con sus fanáticos, incluso a pocas horas de presentarse.

Marty Friedman y Apolo 7, una historia de aprecio, respeto y colaboración.
Apolo 7 ahora se prepara para Rock al Parque. | Foto: @_sebazo / Sebastián Ortiz
La palabra virtuoso sirve para describir a Marty Friedman.
La palabra virtuoso sirve para describir a Marty Friedman. | Foto: cortesía Marty Friedman

Después del espacio que se les dio a los fanáticos y de las pruebas pertinentes de sonido, se permitió el acceso al público sobre las siete de la noche.

Como se mencionó antes, en su primera visita a Colombia, Friedman cosechó amistades, una de ellas con la agrupación Apolo 7, con la que ha colaborado en varias ocasiones. Ellos abrieron la noche de música y vale mencionar que se presentarán en la próxima edición del festival Rock al Parque, en la que dejarán constancia sonora de su trayectoria y trabajo de años.

A las 7:30, la agrupación colombiana interpretó canciones como ‘La clase que trabaja’, ‘Canto a la vida’, ‘Heridas’, ‘Vamos a brindar’, ‘La revolución del amor’ y ‘Mejor muérete’, por nombrar algunas, y mostró su propuesta cargada de fusiones de folclor colombiano y la rudeza del rock, que han ido evolucionando con los años. Es una banda joven, pero Apolo 7 demuestra madurez en el escenario, donde ha plasmado sus composiciones elaboradas y sus mezclas únicas.

Marty Friedman y Apolo 7, una historia de aprecio, respeto y colaboración.
Marty Friedman y Apolo 7, una historia de aprecio, respeto y colaboración. | Foto: @_sebazo / Sebastián Ortiz

Los oriundos de Zipaquirá, Cundinamarca, guardaban una sorpresa para sus fanáticos; a las ocho, de manera sorpresiva, apareció el protagonista de la noche: Marty Friedman, compartió escenario con la banda para alegría de los asistentes, e interpretó la canción ‘Irónicamente romántico’, un abrebocas de su próximo trabajo de estudio. Posteriormente, interpretaron ‘Eres tú’ (una versión del éxito de la agrupación española Mocedades, la cual fue la primera colaboración oficial de la banda junto al músico).

Y luego, otra sorpresa más; Apolo 7 tocó junto a Friedman la primera canción del trabajo solista del artista, en la que también colaboraron, ‘Dos rebeldes’, del álbum Drama; un tema hermoso y lleno de romanticismo, que fue interpretado con mucho sentimiento.

Marty Friedman y Apolo 7, una historia de aprecio, respeto y colaboración.
Marty Friedman y Apolo 7, una historia de aprecio, respeto y colaboración. | Foto: @_sebazo / Sebastián Ortiz

Para despedirse, los músicos desplegaron una tercera y última canción con la colaboración de Friedman, pero sin su presencia (debía prepararse para su propio concierto). La canción de cierre fue ‘Métale bravura’, que combina ritmos latinos y de rock perfectamente equilibrados. Esta entrega demostró por qué Friedman tiene tanto aprecio por los artistas, la cultura colombiana y, sobre todo, por Apolo 7, que cada día se consolida como uno de los grandes exponentes del rock colombiano en la actualidad.

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Después de la presentación de Apolo 7, y a las 8:40 de la noche, el recinto nuevamente abrió el espacio para Marty Friedman, esta vez con los músicos que lo acompañan en esta gira. Naoki Morioka en la guitarra, Wakazaemon en el bajo y Chargeeeeee en la batería. La canción que dio apertura a la presentación fue ‘Deep End’, de su más reciente lanzamiento, Drama. El público quedó extasiado ante esta primera canción, y no era para menos; el feeling, la nostalgia y el virtuosismo definen el sonido de las canciones de este álbum.

Enseguida interpretaron ‘Angel’, del álbum Scenes (1992), la cual emocionó aún más a la audiencia, que se preparaba para más sorpresas.

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Es bien sabido que Friedman es muy afín a la cultura oriental. Y vino la primera y única canción cantada en japonés, ‘Waka Hyper’ interpretada por la bajista Wakazaemon, quien la compuso. El tema energizó al público, y dio paso para que, enseguida, Friedman sacara de la manga una versión de ‘Amagi-goe’, canción de mediados de los años ochenta, original de la cantante Sayuri Ishikawa.

Wakazaemon, bajista de la banda de Marty Friedman. Se dice que su presencia en el escenario es eléctrica.
Wakazaemon, bajista de la banda de Marty Friedman, trajo su presencia en el escenario. | Foto: cortesía Marty Friedman

Los covers no acabaron allí. Vino un momento muy emotivo; la banda hizo tronar el solo de la famosa canción ‘Tornado of Souls’, del aclamado álbum Rust in Peace (1990), de Megadeth, en el que Friedman sumó una participación impecable que lo catapultó a la fama mundial. Al interpretar este fragmento, el músico transportó a los asistentes a aquella época en la que aportaba todo su talento a la agrupación estadounidense. Fue nada menos que sublime.

Posteriormente, le llegó el turno a la canción ‘Kaze Ga Fuiteiru’ (2012), de la agrupación de j-pop Ikimonogakari. La banda también interpretó las canciones ‘Tearful Confession’ e ‘Illumination’, de Drama, seguidas por ‘Devil Take Tomorrow’ y la poderosa y metálica ‘Elixir’ (ambas del álbum Loudspeaker, de 2006). No sobra decir que el público navegó la noche con emoción ante el despliegue de Friedman y de sus músicos.

Enseguida, sonó ‘Tsume Tsume Tsume’ (2013), canción de la agrupación japonesa Maximum The Hormone, y volviendo a las fibras más nostálgicas, interpretó ‘Dragon Mistress’, de su primer álbum como solista, Dragon’s Kiss (1988), aclamado por la crítica y los fanáticos.

Reafirmando aún más el amor y admiración de Friedman por la cultura y los artistas japoneses, él y su banda trajeron otra canción de Ikimonogakari: ‘Kaeritakunatta Yo’ (2008). Fue descrestante la pulcritud y el profesionalismo de los músicos, quienes ya alistaban su despedida… pero no podían irse sin antes hacer un solo en cada uno de sus instrumentos.

Para concluir la noche, Friedman ofreció unas palabras de afecto a su amigo y excompañero de banda en los ochenta, Jason Becker (Cacophony), quien sufre de esclerosis lateral amiotrófica desde hace más de 30 años. Le dedicó ‘For a Friend’, del álbum de Friedman Wall of Sound (2017), una canción emotiva y con mucha energía. Con ella concluyó una esperada, hermosa y aclamada presentación para los fanáticos colombianos que han seguido la vasta carrera del músico.

En la tarde, en la noche, en cada uno de sus pasos, quedó más que demostrado por qué Marty Friedman es uno de los mejores y más versátiles guitarristas de la historia; no solo por su dominio y virtuosismo con el instrumento, sino por su adaptabilidad a diferentes corrientes musicales sin importar la latitud o complejidad de las composiciones. Ahí nace su intocable reputación en cada lugar del mundo en donde ha estado, y Colombia no es la excepción.

Después de una noche así, sus seguidores colombianos esperan que regrese, en el futuro en el que vive y al que los transporta, para seguir sorprendiendo a quienes aprecian de la buena música y viven en el sentimiento que esta genera.

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