ESTRENO
Marvel abraza el lado oscuro en ‘Doctor Strange en el multiverso de la locura’, triunfa con su apuesta por el cine de autor
La saga más taquillera del siglo redobla su apuesta por directores que suman tonos impensados. Con el legendario Sam Raimi, el terror incursiona y no solo no decepciona en el intento, le imprime un estilo arriesgado que divierte en grande. SEMANA analiza el fenómeno y sus nuevos rumbos.
Los spoilers van a suceder, no en este artículo, pero en un siglo interconectado como lo es el siglo XXI, ya son inevitables. Así lo aceptó, resignado ante varios medios, Kevin Feige, el productor y cerebro detrás del famoso Marvel Cinematic Universe (MCU). El alto ejecutivo reveló la futilidad de sus esfuerzos protectores y luego dio en el clavo sobre por qué no importa: “Nos asegurarnos de que la experiencia funcione más allá de los spoilers. Conservamos el secreto, pero nos importa que las películas emocionen independientemente de lo que se sepa al entrar”.
En el curso de las semanas por venir, gracias al estreno de Doctor Strange en el multiverso de la locura, esta compañía estrella del conglomerado Disney (nacida de Marvel Comics e impulsada por los personajes de Stan Lee y Jack Kirby y sus tramas) sumará cientos de millones a un recaudo histórico de taquillas que roza globalmente los 26.000 millones de dólares. Y lo hará en nombre del terror, un género tan menospreciado como sólido que en esta película recibe una venia del mayor fenómeno mainstream de la actualidad.
Nos asegurarnos de que la experiencia funcione más allá de los spoilers. Conservamos el secreto, pero nos importa que las películas emocionen independientemente de lo que se sepa al entrar
En esta nueva etapa de su universo, para entregar esas experiencias inesperadas a prueba de spoilers, para desgracia de muchos y fortuna de otros, Feige ha apostado por directores que son autores y dejan su sello. Para Eternals (2021) contrató a Chloé Zhao, la primera mujer china en ganar un premio Óscar, quien le imprimió su grandiosa sensibilidad a la presentación de muchos nuevos personajes sin sacrificar acción.
Ahora, para esta entrega que recién se estrena en Colombia, Feige escogió al hombre que su patrón y mentor Avi Arad contrató en 2002 para dirigir la primera Spider-Man: Sam Raimi, un creador que venía del cine de terror recursivo y lleno de matices inteligentes y cómicos. En esos años ya había cintas del Universo Marvel estrenadas que movían la aguja (como Blade o X Men), pero fue su Spider-Man la que rompió la taquilla y desató el poder de la franquicia. Desde su estreno aseguró dos secuelas más que a Raimi lo dejaron drenado y azotado por la maquinaria de Hollywood. Por esa razón, solo regresa a dirigir a tan alto perfil, décadas después. Sabía que se podía divertir de nuevo.
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En cuanto a lo económico, los recaudos de esta etapa no se deben comparar con la etapa pico de los Avengers, que facturó 2.798 millones de dólares con Endgame antes de la pandemia. Esta vez no pretenden lo mismo. En este punto, Marvel hará dinero, no tanto y lo sabe, pero no teme agitar a su base para explorar nuevos caminos narrativos.
SEMANA dejará los giros y sorpresas de la retorcida y mentalmente estimulante Multiverso de la locura para las salas de cine (o para las redes sociales, intensas en ‘spoileo’), pero confirma que la experiencia apela a métodos más crudos que de costumbre, menos familiares quizás. En ese sentido, es irrepetible, arriesgada y gratificante. Y si es convencional, es en su considerable dosis de sorpresas ‘spoileables’ que impactan al verse en el contexto de la trama. No es sorpresa que, con el paso de los minutos, en esta producción se sientan cada vez más las influencias del cine de los años ochenta, una década marcada por Terminators y Tiburones y presencias malignas en la que el legendario Raimi forjó su ingenioso cine de horror y en la que también creció el guionista Michael Waldron, un veterano de las líneas de tiempo de programas exitosos como Rick & Morty y Loki.
Pero son muchos más los ingredientes que la separan de las demás. En primer lugar, su protagonista, Doctor Strange, quien protagoniza de nuevo después de su introducción en 2016. Publicado en cómics por primera vez en 1963, es quizá el personaje ‘adulto’ más interesante del universo actual (desde la muerte del Iron Man de Robert Downey Jr.). Una parte de su atractivo es que es un mago fascinante, otra es que lo interpreta el británico Benedict Cumberbatch, un talento que se mueve con fluidez entre roles de inmersión artística (como en The Power of the Dog, nominado al Óscar), personajes de televisión memorables (en Sherlock) y papeles como este protagónico de alcance masivo.
Pero Cumberbatch no juega solo. A él se suman en esta película varias mujeres poderosas que le marcan el paso. Elizabeth Olsen retoma su rol de Wanda Maximoff (o de Scarlet Witch), luego de una interpretación emocionalmente impactante en WandaVision, quizá la serie de televisión más transgresora y aplaudida de Marvel. Olsen exploró emocionalmente a un personaje abrumado por el duelo y la pérdida, temas que a su manera aún la afligen y marcan su destino en esta nueva cinta, en la que deja a la audiencia sin palabras.
A ella se suma Xochitl Gomez en el papel de América Chávez, una joven de 14 años, de ascendencia latina, con una especial habilidad para saltar entre los distintos universos que están en el centro de la trama. No es el ‘Multiverso de la locura’ por nada, Marvel profundiza en esa línea narrativa que ya ha establecido en otras, pero que aquí explora más a fondo en sus capacidades y en sus repercusiones más peligrosas. Y son esas las que se exploran y se llevan al límite.
Un autor sobre Hollywood: Sam Raimi
SEMANA: Es la primera película de terror del Universo Marvel, y no puede haber alguien mejor para asumirla…
SAM RAIMI: Apenas Kevin Feige anunció que la primera tocaría el género del horror, Michael Waldron comenzó a trabajar en el guion e integró muy efectivamente secuencias de suspenso, con elementos escalofriantes de todo tipo que el Doctor Strange tiene que batallar (espíritus, demonios... sin ‘spoilear’). Él fue quien me dio un gran espacio para jugar. Fue muy divertido trabajar a Strange, el maestro de las artes místicas, y ver cómo lo hace en este lugar fantasmal. Y fue nuevo para mí trabajar en una película de superhéroes en la que el protagonista combate al mal de manera sobrenatural. Que sea mago lo hace todo muy cool.
SEMANA: El estreno coincide con los 20 años de ‘Spider-Man’, que marcó un hito en esta industria. Mucho tiempo ha pasado, ¿qué consejo se daría? S.R.: Yo me diría: “No te preocupes tanto, lo vas a sacar adelante”, porque el proceso fue absolutamente abrumador. Me la pasé aterrado.
Luego de mis reuniones con Marvel pensé que habían salido flojas, no tan bien como resultó que salieron. Yo era el número 19 en la lista que tenían, y no volví a escuchar de ellos luego de mi reunión. Pensé que me habían recibido por cortesía, y aún creo que fue el caso. El día después de eso, leí en Variety que Sony había reducido la lista a tres candidatos, y yo no hacía parte de esa lista. Y dije: “Bueno, perdí este trabajo, pero ¿sabes? ¡Mejor así, yo no sabría cómo abordar esto!”.
Me dije todo ese día que jamás hubiera podido hacer Spider-Man: “Estúpido yo tratar, y siento lástima por quien lo haga. ¡Qué alivio!”. Y entonces recibí la llamada: “El trabajo es tuyo”. Hollywood encuentra la manera de hacerte esto, primero te estruja y te hace sufrir y luego te emplean
Me dije todo ese día que jamás hubiera podido hacer Spider-Man: “Estúpido yo tratar, y siento lástima por quien lo haga. ¡Qué alivio!”. Y entonces recibí la llamada: “El trabajo es tuyo”. Hollywood encuentra la manera de hacerte esto, primero te estruja y te hace sufrir y luego te emplean. Me preocupaba mucho cómo llevar a Spider-Man a la pantalla grande, cómo armar estos ballets increíbles y hacer que la gente sintiera que existía...