Pantallas y música
Ozzy Osbourne: la vida del ícono merecía más que un reality, por eso regresa a la televisión
La figura del rock pesado no debería estar vivo, pero lo está y la audiencia verá por qué en “Las nueve vidas de Ozzy Osbourne”, documental dirigido por su hijo Jack. La promesa básica: “no maquillar nada y contarlo como sucedió”.
No es que se arrepienta de haber hecho The Osbournes, una producción que yo evité a toda costa pero que mucha gente, también seguidora de su música, disfrutó. Ozzy Osbourne no se arrepiente de nada, así lo dijo en un encuentro del que SEMANA hizo parte. “Lo que lamentamos se vuelve parte de nosotros, solo hay que evitar que domine el camino”, aseguró al responder si se tenía algún reproche personal.
Su pelo blanco, en efecto, reveló una franqueza innata en el encuentro. En el anuncio de la serie documental Las nueve vidas de Ozzy Osbourne que dirige su hijo Jack sobre su vida y que estrena este 15 de marzo en A&E, no hubo intentos de ocultar que una figura inmortal como la de Ozzy Osbourne, es mortal, que lo sabe, y que agradece que puede disfrutar de su familia y de su legado.
Algo es claro en este punto de la historia: su familia sabía que esa postal de ‘reality’ no podía ser el testimonio audiovisual que definiera el legado de Ozzy. En los últimos años, Osbourne ha venido viviendo cirugías, complicaciones, y confesó tener Parkinson. Pero apareció en esta rueda de prensa junto con su mujer Sharon y su hijo para fortalecer la premisa de esta producción que estrenan: “No se trata de una versión pulida de mi vida. Lo bueno, lo malo y lo feo hacen parte. Aquí contamos la verdad”.
El tráiler de la serie en inglés
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El tráiler de la serie en español.
La vida del músico que junto con tres amigos de su Birmingham natal cambió la historia del rock pesado al darle vida es sin duda un carrusel de emociones amplificadas. También es el relato de un hombre de origen obrero que de un talento hizo una carrera y en esa carrera encontró redención y oscuridad. No es misterio para nadie que se vio al límite del consumo de sustancias en varias ocasiones de su vida. Es evidente que que de no haber encontrado un sentido de familia seguramente no hubiera seguido con vida, seguido de gira, venido a Colombia... “Salvó mi vida”, asegura el Ozzy de pelos plateados y 70 años.
Esta biografía profunda compartió el canal A&E con los detalles de su vida y maravillosas imágenes de archivo que dieron pie a este documental de dos horas que se verá en Colombia el lunes 15 de marzo.
Ozzy Osbourne: el ‘padrino’ del heavy metal
Nacido en Aston, Birmingham en 1948, el músico y compositor británico Ozzy Osbourne encabezó la banda de heavy metal Black Sabbath antes de embarcarse en una exitosa carrera en solitario y convertirse más tarde en una estrella de reality con ‘The Osbournes’.
Ozzy saltó a la fama en la década de los años setenta como el líder de la banda de heavy metal Black Sabbath, con canciones tan icónicas como “War Pigs”, “Iron Man” y “Paranoid”. Se embarcó en una exitosa carrera en solitario en 1979, ganando atención por sus escandalosos actos públicos y provocando la ira de grupos conservadores. Más tarde, Osbourne obtuvo una nueva legión de fanáticos al protagonizar con su familia el improbable reality show ‘The Osbournes’.
Vida temprana y carrera
John Michael Osbourne nació en una familia de clase trabajadora en Birmingham, Inglaterra, el 3 de diciembre de 1948. El cuarto de seis hijos – con tres hermanas mayores Jean, Iris y Gillian y tres hermanos más chicos Paul y Tony -su madre Lilian, trabajaba por días en una fábrica y su padre John Thomas era un fabricante de herramientas que “nunca faltó un día al trabajo”, cuenta Ozzy. “El dormitorio que tenía en ese entonces no era más grande que dos camas individuales una al lado de la otra. No había inodoro interior, era un balde para orinar al final de la cama. No tenías papel higiénico, tenías periódico. No tenías agua y jabón, lo cual fue un gran estigma para mí. Tuve mucha vergüenza cuando era niño porque siempre me sentí sucio. Siempre me sentí impuro”, relata la estrella.
Adquirió el apodo de Ozzy mientras estaba en la escuela primaria, donde luchó contra su dislexia. “Fue una gran vergüenza para mí, porque si tenías esa discapacidad de aprendizaje, te ponían en la esquina con un cono en la cabeza y te llamaban el tonto de la clase y toda la clase se reía de ti. Y eso me hizo ver más adentro de mí”, cuenta. Estos y otros desafíos llevaron a Osbourne a dejar la escuela a los 16 años, momento en el que tomó una serie de trabajos de baja categoría, incluida una temporada en un matadero.
“No quería trabajar un trabajo diurno, no podía soportar levantarme para trabajar por la mañana. Pasaba de plomero a constructor”, explica Osbourne. “Una vez en el matadero le dije a este tipo: ‘¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto?’ Él dice, ’35 años. Y me retiro y me van a dar un reloj de oro’- Recuerdo que me volví hacia él y le dije: ‘Si quiero un reloj de oro, será mejor que vaya y arroje un ladrillo por la ventana de un joyero’. Tuve que al menos intentar divertirme un poco con mi vida cuando era joven”, justifica Ozzy. Poco después, cometió una serie de delitos menores, que culminaron con una sentencia de seis semanas en prisión por robo.
A lo largo de este turbulento período de su vida, Osbourne cultivó un profundo amor por la música y, después de salir de prisión, comenzó a explorar su potencial como vocalista. “La música era una parte muy integral de la familia. Siempre había música con el tocadiscos, en la radio, el piano. Cuando tenía 14 años, descubrí la música a través de los Beatles. Cambió mi vida. Me dio la semilla para querer hacerlo yo mismo”, asegura Ozzy.
En 1968 se asoció con el bajista Terence “Geezer” Butler, el guitarrista Tony Iommi y el baterista Bill Ward para formar la banda de rock Polka Tulk Blues, que pronto rebautizaron como Earth.
Earth ganó algo de notoriedad local, pero no fue hasta que el grupo comenzó a experimentar con el sonido intenso y amplificado -que luego caracterizaría al género del heavy metal- que llamó la atención de los productores de discos. Dado que el apodo de la banda ya estaba en uso por otro grupo, adoptaron el nombre de Black Sabbath, una referencia a la película clásica de Boris Karloff.
El estrellato de Black Sabbath
Lanzado por Vertigo Records en 1970, Black Sabbath, el álbum debut homónimo de la banda fue criticado por la mayoría de críticos, pero se vendió bien en Inglaterra y en el extranjero. “Despegamos tan rápido. Nos subíamos a la furgoneta, subíamos al ferry, nos emborrachábamos en el ferry. Fue simplemente genial”, asegura Osbourne. Con temas destacados como la canción principal, “The Wizard” y “Evil Woman”, Black Sabbath llegó al Top 10 en el Reino Unido y al puesto 23 en las listas de álbumes estadounidenses. El segundo trabajo del grupo, Paranoid (1971), incluyó los himnos de metal seminal “War Pigs”, “Iron Man”, “Fairies Wear Boots” y “Paranoid”, y llevó a encabezar las listas en el Reino Unido y alcanzar el No. 12 en los Estados Unidos.
“No podía creer que mi voz llegaba por la radio y toda Inglaterra me escuchaba cantar. No lo podía creer”, asevera el cantante. “En unos tres años, habíamos pasado de ser una banda nada a la banda número 1 en Inglaterra. Ocurrió muy rápido”, agrega.
El uso de simbolismo religioso y temas míticos por parte de la banda le dio un toque gótico a sus personajes públicos. También les valió críticas constantes de grupos de derecha, publicidad negativa que simplemente alimentó la popularidad de la banda con su base de fans, en su mayoría hombres jóvenes. Como fue el caso de sus dos primeros álbumes, sus trabajos posteriores Master of Reality (1971), Vol. 4 (1972) y Sabbath Bloody Sabbath (1973) tuvieron éxito en las listas de éxitos, y finalmente alcanzaron el estado de platino en los Estados Unidos gracias a la fuerza de clásicos del metal como “Sweet Leaf”, “After Forever”, “Snowblind” y “Sabbath Bloody Sabbath”.
Abuso de sustancias y dejar Black Sabbath
Con el lanzamiento de Sabotage de 1975, la suerte de la banda empeoró. A pesar de la fuerza de canciones como “Symptom of the Universe” y “Am I Going Insane”, el álbum no logró alcanzar el mismo estatus que sus predecesores. Acentuando este cambio, también se vieron obligados a interrumpir su gira posterior cuando Osbourne resultó herido en un accidente de moto.
La ingesta constante de drogas y alcohol de la banda, principalmente de Osbourne, también se sumó a la tensión, junto con la pérdida de fanáticos del floreciente movimiento punk rock. “Hicimos el álbum Volume 4 y estuvimos en Los Ángeles grabando eso durante unos tres meses y fue la primera vez que todos nos metimos realmente en la cocaína. Recuerdo hacerlo todos los días, como las 24 horas del día, prácticamente”, cuenta “Geezer”, miembro de Black Sabbath. “A veces nos quedábamos despiertos dos o tres días”, añade el baterista Bill Ward.
Tras los lanzamientos de Technical Ecstasy (1976) y Never Say Die (1978), Osbourne y sus compañeros de banda se separaron. Aunque Black Sabbath continuaría con varios líderes en las próximas décadas, incluidos Ronnie James Dio, Dave Donato, Ian Gilliam, Glenn Hughes y Tony Martin, el grupo nunca alcanzaría las mismas alturas alcanzadas durante la era de Osbourne, cuando escribieron y grabaron algunas de las canciones más memorables del heavy metal.
Éxito como solista: ‘Blizzard of Ozz’ y más
A pesar de la muerte de su padre, “el periodo más doloroso” de su vida según Ozzy, Osbourne presentó en 1980 su debut en solitario, Blizzard of Ozz, un rotundo éxito comercial. Impulsado por los sencillos “Crazy Train” y “Mr. Crowley “, el álbum llegó al Top 10 en el Reino Unido y al No. 21 en los Estados Unidos, donde luego llegó a multiplatino. “El álbum simplemente se esparció como un incendio forestal. Entró directamente en las listas de éxitos, las críticas fueron increíbles. ¿Quién no ama “Crazy Train”? Es solo un clásico. Todos en Estados Unidos tenían un álbum de Ozzy y lo conocían. Fue solo un milagro”, cuenta Sharon.
Su álbum siguiente, lanzado en 1981, Diary of a Madman, también rockeó: “El mejor escenario con el que he trabajado. Fue genial”, confiesa Ozzy.
La gira que vino, lastimosamente, trajo muchas desgracias: en la peor, un accidente de avión mató al guitarrista Randy Rhoads, al piloto y a Rachel Youngblood, la peluquera del grupo.
A lo largo de los ochenta, Osbourne siguió cultivando la imagen del rebelde enfadado y solitario con problemas, y su teatralidad antisocial contribuyó a su notoriedad. Entre sus locuras, bañó a su público con carne cruda y le mordió la cabeza a un murciélago en vivo en el escenario. “Los murciélagos son los mayores portadores de rabia en el mundo y después tuve que ir al hospital y empezaron a ponerme vacunas contra la rabia. Tenía una en cada glúteo y tuve que recibirlas varias noches”, detalla el artista.
Sin embargo, no todo el mundo encontraba tan atractivo su personalidad y su música oscura, y con frecuencia los conservadores religiosos lo señalaban con la esperanza de demostrar los impactos negativos de la música rock en la sociedad.
A pesar de estos y otros desafíos, incluido un período en rehabilitación en 1986, Osbourne continuó logrando el éxito comercial, con los álbumes Bark at the Moon (1983), The Ultimate Sin (1986) y No Rest for the Wicked (1988), todos múltiples platino en los Estados Unidos. Marcó el comienzo de la década de 1990 con su sexto LP en solitario, No More Tears (1991), que alcanzó el Top 10 en noerteamérica y contó con el exitoso sencillo homónimo. “En ese momento estoy vendiendo más discos que nunca, estoy tocando para un público más grande que nunca, y conseguí que mi disco “No More Tears” se esté vendiendo como loco aquí. Es mi disco más vendido hasta la fecha”, cuenta Ozzy.
En 1992 Osbourne anunció que la gira No More Tears Tour sería la última y Ozzy y su familia regresaron a Inglaterra. “Los niños lo pasaron increíble y fue realmente un gran momento porque no había presión para hacer nada. Definitivamente fue el tiempo más largo de estar con su padre en familia, eso es todo lo que hizo Ozzy, ser familia. Así que no estaba bebiendo ni consumiendo y era simplemente genial”, recuerda Sharon.
Sin embargo, la popularidad del álbum en vivo doble publicado posteriormente, Live & Loud (1993), hizo que Osbourne reconsiderara su retiro, y la versión del álbum de “I Don’t Want to Change the World” le valió a Osbourne su primer premio Grammy. Regresó al estudio para Ozzmosis de 1995, y al año siguiente comenzó a hacer giras como parte de un festival de metal itinerante, Ozzfest.
Hacia el final de la década, la estrella de Osbourne estaba en decadencia y él continuaba luchando con los problemas de abuso de sustancias que lo habían acosado a lo largo de su carrera. Sin embargo, encontró su camino de regreso al centro de atención en 2001 con el lanzamiento de su octavo álbum de estudio, Down to Earth, que alcanzó el número 4 en los Estados Unidos y el número 19 en el Reino Unido.
‘The Osbournes’
Osbourne pronto aumentó aún más su estatus de celebridad con su propia marca de reality de televisión. “Pasé de espectáculos con entradas agotadas y Ozzfest a tener cámaras de televisión en mi casa”, rememora Ozzy. Debutando a principios de 2002, “The Osbournes” se centró en la vida doméstica de Osbourne y su clan y se convirtió en un éxito instantáneo. El atractivo cómico del anciano que sacude su cabeza completando tareas tan aburridas como sacar la basura cautivó incluso a los conservadores que una vez habían denostado a Osbourne. Sin embargo, también dio un giro más serio ese verano, cuando la esposa de Ozzy, Sharon, fue diagnosticada con cáncer de colon. “Al ver a mi madre enferma, no pudo soportarlo. Empezó a beber y consumir más de lo que jamás le había visto”, recuerda Kelly. El programa duró hasta 2005, ganó un Primetime Emmy y se covirtió en uno de los programas de mayor audiencia de todos los tiempos de MTV.
Salón de la fama
En 2005, Osbourne se reunió con Black Sabbath para una gira, y al año siguiente las leyendas del heavy metal fueron incluidas en el Salón de la Fama del Rock and Roll. En la ceremonia de inducción, Metallica, uno de los innumerables grupos para los que Black Sabbath fue una influencia principal, interpretó “Iron Man” en honor a la banda.
A pesar de los años de abuso a su cuerpo, Osbourne mostró un impresionante poder de permanencia al continuar de gira como parte del Ozzfest. Regresó al estudio para grabar Black Rain (2007), que alcanzó el puesto número 3 en las listas de Estados Unidos y siguió con el igualmente bien recibido Scream (2010). En 2012, Osbourne se reunió con sus compañeros de banda de Sabbath para realizar una serie de conciertos y grabar un nuevo álbum de estudio, 13, que lanzaron en 2013.
En 2015, la banda anunció planes para una gira final, apropiadamente apodada The End. Al año siguiente también lanzaron un álbum con ese nombre, compuesto por pistas inéditas de 13 y varias presentaciones en vivo. La gira concluyó en Birmingham, la ciudad natal de los miembros de la banda, en febrero de 2017.
Un año después, Osbourne anunció las fechas de la etapa norteamericana de No More Tours 2, la última gira de su carrera. Aunque señaló que quería pasar más tiempo con su familia, el legendario headbanger insistió en que no se jubilaría como músico y que continuaría tocando en conciertos más pequeños y permaneciendo involucrado con Ozzfest.
Matrimonio con Sharon, vida familiar y ‘World Detour’
Osbourne se casó con su manager, Sharon Arden, en 1982. Tuvieron tres hijos juntos, Aimee, Kelly y Jack. Jack y Kelly aparecieron con sus padres en “The Osbournes”, pero Aimee objetó. Osbourne también ha tenido tres hijos de un matrimonio anterior con Thelma Riley -Jessica, Louis y Elliot-, y ahora también tiene varios nietos.
Luego y durante el nacimiento de los tres hijos que tuvo con Sharon, Ozzy tuvo recayó fuerte en las drogas y el alcohol. “Ozzy sobrio es la mejor compañía del mundo: divertido, entretenido, amable, dulce. Ozzy usando alcohol o drogas, es un completo idiota. Eso es. Es como el día y la noche. Eso es”, explica Sharon, quien inclusive acusó a Ozzy por intento de homicidio. “Los niños fueron a la cama, al baño, teníamos una niñera viviendo en la casa entonces, y yo estaba sentada leyendo. Y él entró en la habitación. No tenía idea de quién estaba sentado frente a mí en el sofá, pero no era mi esposo. Fue probablemente el momento de mayor pánico que he sentido”, confesó. “Podría haber matado a Sharon, y ese es un sentimiento desolador. Ella es mi alma gemela, yo la amo”, asegura Ozzy.
En mayo de 2016, Sharon y Osbourne anunciaron sus planes de divorciarse después de más de tres décadas juntos. Según Us Weekly, la separación se produjo después de que Sharon se enterara del supuesto romance de Osbourne con una famosa estilista. Sin embargo, dos meses después, la pareja que había soportado tantos altibajos juntos decidió intentar que la relación funcionara. En julio, Osbourne, que apareció en “Good Morning America” con su hijo, Jack, dijo que el matrimonio no había terminado. “Es solo un bache en el camino”, aseguró, y “Está de nuevo en marcha”.
Por esa época, padre e hijo también regresaron al ámbito familiar de los reality shows con “Ozzy & Jack’s World Detour”. Con una duración de tres temporadas, el espectáculo capturó a los dos trotamundos que visitaban lugares emblemáticos y atracciones fuera de lo común.
El diagnóstico de Parkinson y el ‘hombre ordinario’
En una entrevista de enero de 2020 con Robin Roberts de Good Morning America, Osbourne reveló que le habían diagnosticado la enfermedad de Parkinson. Al mes siguiente, canceló la etapa norteamericana de su gira No More Tours 2, citando la necesidad de viajar a Europa para recibir tratamiento y recuperación.
Unos días después, sin embargo, el artista demostró que todavía estaba luchando furioso contra la muerte con el lanzamiento de su duodécimo álbum de estudio en solitario, Ordinary Man, con colaboraciones con Elton John, Post Malone y el guitarrista de Guns N ‘Roses, Slash.