Entrevista

“Quise quitar adornos, efectos, y acercarme a algo mucho más visceral”: Nina Rodríguez sobre su EP ‘Interludio’

La bogotana sigue encontrando en la música un camino de exploración y un refugio introspectivo que comparte con todos. Sobre su carrera, su momento y un nuevo trabajo que vuela lentamente con covers de Mercedes Sosa, Lola Flores y Jeanette, esto nos dijo.

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10 de diciembre de 2025, 5:20 p. m.
Nina Rodríguez presenta su EP 'Interludio'
Nina Rodríguez responde a varias de nuestras preguntas, ahora que presenta su sentido 'Interludio'. | Foto: cortesía artista / A.P.I.

En un mundo que avanza con vértigo, Nina Rodríguez les propone Interludio, un EP que a través de sus cinco canciones ofrece contemplación, respiración, refugio emocional e introspección.

Tres de estas canciones son versiones reinterpretadas de clásicos latinoamericanos: “Zamba para olvidar”, “Por qué te vas” y “A tu vera”, y dos son composiciones originales “Eco” y “Almas”. En este proyecto, que le representó traducir una vulnerabilidad introspectiva en canciones, Nina asume además un rol central en la producción: coprodujo el trabajo junto con Andrea Hoyos, y juntas construyeron un universo sonoro minimalista, acústico y atemporal.

Al respecto de ese camino y de este trabajo, esto nos dijo Rodríguez, bogotana nacida en 1985, mujer de muchas facetas y talentos, que en la música se encuentra como en ninguna.

Nina Rodríguez presenta su EP 'Interludio'
Sus facetas se retroalimentan, y ella sigue creando desde sus propias pulsiones. | Foto: cortesía artista / A.P.I.

SEMANA: ¿Cuándo supo que su existencia sería con música o no sería?

Nina Rodríguez: Siento que la música me acompañó incluso antes de tener palabras. Canté antes de hablar, y desde entonces la música se convirtió en el lenguaje más cercano a mi alma: el espacio donde podía inventar historias, hacerme preguntas difíciles y traducir emociones que aún no tenían nombre.

En mis letras he intentado ser lo más honesta posible, porque allí está mi verdadera voz. Si alguien quiere conocerme de verdad, puede leer lo que escribo.

Nunca tuve una epifanía puntual; más bien fue una certeza que creció conmigo. Entendí muy temprano que no podía separar la música de quién soy, que existo a través de ella. En mis letras he intentado ser lo más honesta posible, porque allí está mi verdadera voz. Si alguien quiere conocerme de verdad, puede leer lo que escribo: ahí están mi visión del amor, del desamor, del miedo, de la curiosidad y de la magia que me mueve. Por eso sé que mi vida, sin música, simplemente no sería.

SEMANA: ¿Qué artistas y qué hechos marcaron y siguen marcando su camino en la música?

N.R.: Crecí en una familia profundamente musical. Por el lado de mi papá estaban los compositores de vallenato clásico, ese que se hacía solo con guitarra. Desde muy pequeña estuve en parrandas vallenatas escuchando cómo los compositores hablaban de sus letras, cómo construían mundos enteros a través de metáforas y poesía. Ver a alguien convertir la vida en canción me parecía mágico.

Por el lado de mi mamá descubrí otras voces: Rocío Dúrcal, Lola Flores, Paloma San Basilio, Juan Gabriel… artistas con una interpretación visceral, que hablaban del amor y del desamor desde lugares muy profundos. Escuchar a tantas mujeres contando sus historias a través de la voz fue la primera chispa que me hizo pensar: yo quiero hacer eso, yo quiero escribir mis propias canciones. Al principio lo hacía como un secreto, como algo muy íntimo que no le mostraba a nadie, pero ahí empezó todo.

Más adelante llegaron discos que me transformaron, como Pies Descalzos de Shakira, que marcó un antes y un después. Fue la primera vez que sentí con claridad que quería ser cantautora y que, de alguna manera, lo iba a lograr.

SEMANA: Sobre Heroína (2017) y Mis Santos (2023)… ¿cómo definieron su búsqueda en esos años? ¿Qué canción recomendaría de cada uno?

N.R.: Cada trabajo tiene su propio universo y ha marcado una etapa distinta de mi vida. Heroína fue un momento de rebeldía y descubrimiento. Recuerdo sentarme al piano a escribir letras que hasta entonces no me había atrevido a decir. El rock and roll era la referencia estética del disco y me dio una libertad enorme para explorar temas que necesitaban salir con fuerza y honestidad. De ese álbum recomendaría “Heroína”, porque contiene ese espíritu visceral y transformador.

Nina Rodríguez, 'Heroína'.
'Heroína' fue un momento de rebeldía y descubrimiento, recuerda Nina Rodríguez. | Foto: cortesía artista / A.P.I.

Después llegó Ficciones, un capítulo que disfruté muchísimo porque fue la primera vez que me permití entrar de lleno en el R&B en español. Siempre había amado el género desde niña, pero escucharlo por primera vez de adulta fue como encontrar un universo al que pertenecía sin saberlo: beats, bajos, loops, y voces suaves que sostenían letras profundas y sensibles. Fue una obsesión creativa muy hermosa. De Ficciones recomendaría “Gravedad”.

Nina Rodríguez, 'Ficciones'.
En 'Ficciones' se permitió entrar de lleno en el R&B en español. | Foto: cortesía artista / A.P.I.
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Más adelante apareció Mis Santos, que profundiza aún más en esa búsqueda del R&B. Lo hice junto a Mateo Lewis en plena pandemia: él en Austin, Texas, yo en Bogotá, intercambiando ideas a la distancia, construyendo canciones a través de frases, melodías, sensaciones. Aunque fue un proceso largo y atípico, siento que el resultado refleja un crecimiento real, una madurez en ese sonido que ya venía explorando. De ese álbum recomendaría “El aire que respiras”.

SEMANA: Lanza Interludio, un nuevo EP con dos canciones inéditas y tres covers. ¿De dónde nace el impulso? ¿Qué decisiones claves implicó? ¿Cómo se diferencia de lo anterior?

N.R.: Interludio nació de un momento de mucho silencio e introspección. Venía de dos trabajos donde había explorado profundamente el R&B, enfocándome en la producción, la atmósfera y toda la sonoridad que rodeaba ese universo. Pero en este EP sentí la necesidad de volver a la raíz: y mi raíz es la voz.

Tomar prestadas las palabras de otras mujeres me permitió expresar un sentir muy íntimo que todavía no sabía cómo nombrar.

Por primera vez me permití trabajar con covers, usarlos como un ejercicio para encontrar, curiosamente, mi propia voz. Quise quitar adornos, efectos, artilugios, y acercarme a algo mucho más visceral. Tomar prestadas las palabras de otras mujeres me permitió expresar un sentir muy íntimo que todavía no sabía cómo nombrar. De ese proceso aparecieron “ALMAS” y “ECO”, dos canciones inéditas que nacen desde un lugar distinto, casi como susurros del alma, como secretos compartidos.