Patrimonio
Restauran una obra maestra de la antigua romana; el Mausoleo de Augusto recobra su esplendor
Pese a estar en el corazón de Roma, el imponente edificio llevaba años abandonado. Había sido dedicado al hijo adoptivo de Julio César, fundador del Imperio Romano. Esta semana se reabrió al público.
“Es uno de los monumentos más importantes de la antigüedad, y sin embargo lo habíamos visto siempre en ruinas,” dijo Alessia, una de las guías del lugar. Con mascarilla, la pelirroja guía un pequeño grupo de visitantes por entre los laberintos del enorme edificio de cinco recintos concéntricos.
“Era majestuoso. En Roma no se había visto nada de esas proporciones”, dice.
El monumento funerario dedicado a Augusto, quien reinó más de 40 años entre el 27 A.C. y el 14 D.C, era colosal: la base cilíndrica, de 90 metros de diámetro, estaba coronada por un túmulo plantado de cipreses y en la cima dominaba una estatua de bronce dorado del emperador, instalada a 45 metros de altura.
En el centro, originalmente revestido de mármol blanco y travertino, la cámara funeraria estaba reservada al emperador y a su esposa Livia, mientras que las restantes eran para miembros de la dinastía julio-claudia, que hace referencia a los cinco primeros emperadores romanos emparentados con Julio César: Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón.
En día que el Mausoleo volvió a abrir sus puertas, la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, dijo que el edificio era “una obra maestra de la romana antigua, un tesoro de inestimable valor, que renace con todo su esplendor.”
La mayoría de los romanos no lo habían podido visitar porque durante años permaneció cerrado, abandonado, cubierto por matas y medio derrumbado.
La historia del Mausoleo
El Mausoleo ha tenido múltiples vidas: luego de la caída del Imperio Romano, se convirtió en una fortaleza en la Edad Media, en un jardín italiano durante el Renacimiento, y en una arena para toros y búfalos. Su penúltima encarnación fue a comienzos del siglo del pasado, cuando se convirtió en una prestigiosa sala de conciertos, varios de ellos dirigidos el célebre director de orquesta Arturo Toscanini.
En la década de 1930 fue restaurado por Mussolini con fines políticos. El dictador italiano soñaba con que el régimen fascista siguiera los pasos del imperio.
Hoy, sólo queda el 30% del edificio original.
“Gracias a la restauración y a las obras en la plaza del frente, el mausoleo será más visible y finalmente capturará la atención que se merece”, dice Alessia.
Las obras continúan, una grúa sobresale y decenas de trabajadores se mueven como hormigas al pie del majestuoso monumento, que está inspirado en la tumba de Alejandro Magno en Alejandría, en Egipto y en el Mausoleo de Halicarnaso, en la actual Turquía. Este último es considerado una de las siete maravillas del mundo.
Con todo y pandemia, los italianos están mostrando en un enorme interés en ir a recorrer el Mausoleo, por eso se recomienda a los interesados reservar por internet con bastante anticipación.
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