“Soñé que el paisaje me miraba”: Jessica Mitrani y el arte de contar historias desde múltiples perspectivas

Cuando la artista colombiana Jessica Mitrani soñó que el paisaje la miraba, andaba pensando en cómo lograr verse a sí misma y a los demás desde otro punto de vista. De ese ejercicio mental surgió la videoinstalación que se exhibe en el Museo de Arte Moderno de Bogotá desde el 25 de marzo de 2021.

Mitrani describe la obra como un collage onírico compuesto por imágenes grabadas en Chía, Cundinamarca donde pasó los primeros meses de la pandemia. “Estuve experimentando con estas ideas, haciendo danzas y cantos frente a una audiencia exclusivamente equina o tratando de capturar los espíritus de la madera,” dice. Esos juegos con el cuerpo y el pensamiento le permitieron ver y entender la realidad desde otra perspectiva: las distinciones entre el mundo de los sueños y el de los objetos materiales se diluyeron, y fue evidente que todo hace parte de un mismo cosmos en el que somos perecederos e inmortales, sin que ello implique una contradicción.

La especie de caleidoscopio de Mitrani muestra imágenes de la artista cantándole a un grupo de caballos y enterrando mechones de pelo junto a un cuarzo, y las mezcla con fragmentos de una película holandesa de la década de los 20 titulada From the Realm of Crystals. De esta última rescata pedazos en los que se ven los procesos de cristalización de algunos químicos, y los alterna con animaciones de rocas que respiran o de palmeras que caminan por la playa.

Soñé que el paisaje me miraba -realizada en colaboración con Alex Czetwertynski- es una de las dos obras que ganaron la convocatoria Efectos Secundarios, organizada en 2020 por el Museo de Arte Moderno de Bogotá para invitar a los artistas a pensar la particular realidad de ese año de pandemia, y a reflexionar sobre lo que hoy significan naturaleza, paisaje y territorio, y cómo se relacionan.

Dice Mitrani, que esta videoinstalación le permitió seguir desarrollando las reflexiones sobre las que venía trabajando en sus últimas piezas: nuestro zeitgeist. Y explica: “estudiosos y artistas estamos replanteándonos las formas de pensamiento antropocéntricas, pues somos también naturaleza y compartimos la atmósfera con todos los seres vivos. Así, concebimos al medio ambiente como algo que no está separado de nosotros mismos.”

Para la colombiana, el papel de los artistas “es iluminar percepciones usualmente marginadas, o ángulos desatendidos por la conciencia. ¿Cómo escuchar a todos los seres, a los humanos y no humanos, a los animales, a los vegetales, a las bacterias, a los órganos y a los espíritus? Bajo esta perspectiva intento contar historias a través de otras conciencias.”

Ese, precisamente, es el ejercicio que hace en Soñé que el paisaje me miraba.

Le recomendamos: