Cine
‘Suicide Squad’: los supervillanos retorcidos que James Gunn revitaliza en la pantalla grande
#Reseña La cinta del universo DC Comics le cierra la puerta al bostezo por más de dos horas con su mezcla de brutalidad visual, acción, irreverencia cómica, música, y (algo de) corazón. Dirigida por el hombre que saltó del Universo Marvel al de DC, se estrena el jueves en Colombia.
En el universo DC, el ‘Escuadrón Suicida’ es conocido oficialmente como la ‘Task Force X’, un grupo paramilitar orquestado (como todo grupo paramilitar) para hacer un trabajo sucio (así se le maquille). A estos mercenarios los congrega Amanda Waller, una agente del Gobierno estadounidense con hielo en las venas, sin miedo a liquidar al que se sale del libreto. Esa agente, interpretada por una Viola Davis inclemente, es el faro moral de esta historia. En el papel, se trata de una película sin moral ni moraleja excepto que el fin (proteger los intereses estadounidenses) justifica los medios (estos paramilitares).
Así pues, obligados a hacer parte de una misión para reducir sus condenas o evitar que alguien de sus familias sufra el peso de la ley, los integrantes del combo se enfrentan a un Gobierno de corte dictatorial centroamericano y a la necesidad de borrar del mapa uno de sus amenazantes proyectos. Se trata de cine de explosiones, de muertes brutales y exageradas, de risas socarronas, de personajes absurdos y de momentos y enemigos de escala enorme. Sin embargo, también tiene su dosis de confrontaciones existenciales que sabe resolver.
Este escape entretenido estalla mucho, pero sabe dar gotas de sustancia en el humor y en la confrontación. Y luego de dos horas y 12 minutos, parece, estos mercenarios destinados a una cosa enfrentan que, o marcan su propio camino o caen. En ese proceso oculto en todo tipo de distracciones y explosiones y comentarios ácidos.
‘Suicide Squad’ se estrena este jueves en salas del país. SEMANA puede decir que no cae en el bostezo ni siquiera cuando sucede lo que se espera que suceda. El director James Gunn, conocido por ambas entregas de ‘Guardianes de la Galaxia’ juega con lo que el público intuye y lo culmina usualmente con gracia. La banda sonora suma su parte. Escuchar Pixies siempre engrandecerá una película, siempre. En su paso por Marvel, James Gunn hizo de sus bandas sonoras un tema de atención, y ese sello no abandonó.
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El director retrata los diálogos y os espacios mismos (la prisión, en la misión, en el centro de control, el palacio de Gobierno y la gran estación de pasado nazi que la misión exige destruir) desde una fotografía particular y se sirve de saltos de tiempo que la edición encadena satisfactoriamente. Los créditos en pantalla no son para todos el mundo, pero en esta cinta el primero, jocosamente sangriento, marca el tono y da la bienvenida. En últimas, con muchos toques de gracia, Gunn logra entregar una película de muchísimos engranajes jamás pierde la atención de su público.
Los irreverentes
Este escuadrón de dementes incluye pues a una joven que controla ratas, Ratcatcher 2 (la portuguesa Daniela Melchior le da vida), un ‘tiburoncio’ gigante visualmente sorprendente llamado King Shark, cuya voz en inglés es trabajo de Sylvester Stallone (dice quizás un 35% más que el Groot de ‘Guardianes’) y.
En el centro de la acción lanza a la Harley Quinn de Margot Robbie (un personaje que comanda sus escenas y con una lanza que hereda parece salida de los Juegos Olímpicos); luego, a un par de personajes, Peacemaker (John Cena) y Bloodsport (Idris Elba), que entregan el mayor contrapunto y rivalidad en el equipo. El más equilibrado y sensato del grupo es Flag, interpretado por Joel Kinnaman (quien, vale anotar, lo hace tan bien como protagonizando la serie ‘For All Mankind’ de Apple TV+). Pero es, en definitiva, en los hombros de Robbie y de Idris Elba que se apoya la cinta. Ambos tienen carisma, ambos cumplen con creces.
Las cartas antagonista vienen por cuenta de dos mandatarios latinos de caricatura (uno seductor y el otro un clásico generalísimo), y un científico inescrupuloso llamado Thinker interpretado por el enorme Peter Capaldi (que alcanza a mostrar su brillantez).
La acción definitiva sucede en la isla de Corto Maltese, gobernada por estos mencionados corruptos que, a su vez, derrocaron a otros gobernantes corruptos amigos de Estados Unidos. Estos habían acogido un proyecto peligroso y masivo que involucra al científico, pero cuando ese proyecto lo heredaron los nuevos tiranos, se hizo necesario “tomar medidas”.
En ese marco latinoamericano, no pasa desapercibido que la película retrate a un grupo de guerrilleros liderados por Sol Soria, (Alice Braga), una mujer que lucha por su pueblo oprimido. Los matices de estos personajes y de ese marco no dejan de ser extraños para una audiencia colombiana, pero es curioso sentir como pasan de lo ridículo y caricaturesco a lo no tan ridículo porque la actualidad en el mundo real está tan compleja. Película de Hollywood sin estereotipos, no es película de Hollywood, pero en una trama que sigue al escuadrón ejecutando su misión en un país latinoamericano subyugado por la corrupción, quedan expuestos primordialmente los intereses calculadores del país del norte y eso no sienta mal.
Gráficamente esta película puedes retar a algunos seres sensibles. Hay cabezas que estallan, hay ratas protagonistas... pero si la gente amó Ratatouille, estas tienen el mismo corazón. Eso sí, nada es gratis, todo es tono. Además, cuando el público además de ese tono demente también nota que algo de humanidad moldea la narrativa y no se entromete en la diversión, gana.
Los protagonistas retorcidos y los grandes momentos de “Suicide Squad” vibran visualmente en la pantalla grande, donde el espectador termina agradeciendo todas las muertes, devastaciones, criaturas y demás fenómenos masivos (con referencias claras a Alien, incluso) que le lanzan en la cara.