Entrevista musical
The Mars Volta, evolución que reta y homenaje a una bandera de resistencia puertorriqueña despojada de color
En su séptimo álbum de estudio, que marca el esperado regreso después de diez años, una banda inigualable entrega música que ofrece sus golpes en una clave más contenida. Hablamos con el virtuoso Omar Rodríguez-López sobre el nuevo trabajo y la expresiva faceta audiovisual que lo fortalece.
La vida en Puerto Rico, como lo expresa Omar Rodríguez-López en esta entrevista, se divide para su pueblo entre el antes y el después del huracán María, la devastadora tragedia natural que en 2017 expuso el desdén sostenido y descarado con el que Estados Unidos aborda los temas fundamentales de dicho territorio. Borinqueño de nacimiento, este impresionante guitarrista, compositor y director, no solo lo dice con palabras: en el trabajo que estrena con The Mars Volta, el séptimo de la agrupación en la que él y Cedric Bixler-Zavala son fijos, titulado como la banda y acompañado de sendos videos para sus sencillos, no teme seguir sus impulsos. Su creación musical y audiovisual también tiene un antes y un después. El huracán pateó la mesa.
El álbum retará sin duda a muchos de sus seguidores de vieja escuela, principalmente porque abandona las explosiones que han marcado su sonido en casi dos décadas. Pero nadie puede decir que la experimentación y los timonazos son inesperados. Llegan además después de diez años, cuando el silencio prolongado parecía sugerir que no regresarían.
Y ahora que lo hicieron, la pregunta que suscita este trabajo desde sus mismos sencillos es si la banda se ha ganado el respeto suficiente para seguirla en otro tipo de aventura y reencontrarla en otro código. Innegable es que The Mars Volta ha entregado desbordadamente. En cada canción parece dejarlo todo y más, de manera tan fluidamente quebrada que destruye análisis y abre trances. Aquí propone otra autopista, aparentemente más asequible, y juega a ver quién sigue su inquietud. Es provocador, o anti provocador si se quiere, con canciones que suelen mantenerse por debajo de los cuatro minutos.
En The Mars Volta, el impacto de la creación musical de Omar Rodríguez-López junto con las vocales de Cedric Bixler-Zavala, esa conjugación osada y virtuosa de sonidos que surgieron luego de la división de At The Drive In, le sirven a una introspección sonora más pausada.
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Devolviendo el cassette, estos tipos se conocieron en El Paso, Texas, y confabularon un sonido que quita el aliento intemporalmente. El que ha escuchado su LP debut, Deloused in the Comatorium, no lo olvida. Y si lo retoma hoy, siente por qué: golpea como la primera vez, asombra siempre. En los trabajos siguientes siguieron ofreciendo bolas curvas y fascinantes desde la música y los conceptos casi configurados para resistir análisis y suscitar preguntas sin respuesta. No es la respuesta, es la experiencia de la música la que importa.
Las comparaciones entre pasado y presente son inevitables, y decir que a este nuevo trabajo hay que dejarlo madurar, que estalla distinto y se impulsa con las películas cortas que entrega no es mentir, al menos desde esta esquina. El que quiere conecta, pero hay que querer. Hay que respetar y honrar el camino y el momento de la banda. Y, de paso, también vale recorrer toda su sorprendente producción. La nueva música también invita a mirar atrás, ese placer que la era del streaming hace fácil (y solía ser un lujo casi impensable).
Tuvimos la oportunidad de hablar con el cerebro canalizador de las frecuencias sobre esta nueva entrega musical y cinematográfica, cargada de magia, de desolación, de resistencia. Y, guste o no, inspira respeto desde su apuesta. Esto nos dijo Omar Rodríguez-López sobre la música, su alianza milenaria con Cedric y las canciones fundamentales del género que más escucha, la salsa.
SEMANA: ¿Desde dónde nos hablas, Omar?, y ¿dónde estás viviendo estos días?
Omar Rodríguez-López: Te hablo desde Los Ángeles, donde estoy corriendo con los ensayos aquí pa’ la gira. Y estoy viviendo actualmente entre Bayamón, Puerto Rico, y El Paso, Texas.
SEMANA: Cuéntame de ese trabajo de décadas con Cedric, de esa alianza tan poderosa. ¿Qué le da su voz a tu música y qué le da tu instrumentación a su voz?
O.R.: Coño, buena pregunta. Pues, no supiera decirte. Yo solo sé que es una conexión, no tan solo natural, orgánica y todas esas cosas. Es una conexión profunda, una conexión de muchos siglos. No sé cómo describirlo más allá de eso. Desde que nos conocimos cuando éramos chamaquitos, entiendes, porque yo tenía doce cuando lo conocí, entiendes, y él me lleva dos años, así que tenía 14. Y desde que nos conocimos, nos vimos, sentimos el “Yo te conozco”. Yo era un recién llegado a El Paso, no lo había visto en mi vida, pero nos vimos y nos reconocimos. Desde ese momento ha sido una conexión profunda, espiritual, visceral, súper linda, que en realidad ninguno de los dos sabemos definir. Y, como en esas cosas del amor, de la magia y eso, como que tampoco es necesario definirlo. ¿No? Pero sabemos y reconocemos que es algo especial y que somos afortunados por habernos encontrado. Todo ha sido un proceso, llegar a nuestra dinámica, y sigue siendo un proceso vivirlo.
Yo era un recién llegado a El Paso, no había visto a Cedric en mi vida, pero nos vimos y nos reconocimos. Desde ese momento ha sido una conexión profunda, espiritual, visceral, súper linda, que en realidad ninguno de los dos sabemos definir. Y, como en esas cosas del amor, de la magia y eso, como que tampoco es necesario definirlo
SEMANA: Antes de hablar sobre este trabajo nuevo, te digo que ‘Deloused in the Comatorium’ me voló la cabeza, cambió algo por siempre, y lo menciono porque desde que se unieron al sello Cloud Hills sacaron ‘Landscape Tantrum’, esa versión del disco que tú producías hasta que se presentaron otras oportunidades. Parece que miran un poco atrás para mirar hacia adelante...
O.R.: Fue parte del proceso natural de llegar a este punto, sacar un box set con ese trabajo. Todo surgió de una conversación entre Johann, dueño de Cloud Hills y yo.
Yo hacía los vinilos, tenía mi sello y hacía todo eso, pero él se me acercó y me dijo “Mira me gustaría hacer un box set”, y dije, “Muchacho, por favor hazlo para yo no tener esta responsabilidad”. Como que tras 20 años de hacerlo no quería hacerlo más, y le vendí los derechos. Tengo que mencionar que Johann (Scheerer) y yo somos muy buenos amigos, de más de quince años, y pues es la primera vez que trabajamos juntos. Así que fue algo especial pero también nos acercamos al tema cautelosamente para proteger nuestra amistad. Íbamos a entrar a hacer negocios, y como dice el dicho “cuentas claras, amistades largas”. Dejamos todo súper claro. Y si se hacía un box set, había que incluir algo chévere pa’ los fans, como las fotos que nadie había visto de esa primera gira, por ejemplo, fotos impresionantes. Y dentro de todo, el disco original que nunca se terminó porque llegó la oportunidad de trabajar con Rick Rubin, y de ahí nació Deloused, la versión que todos conocen, la colaboración entre ambos.
SEMANA: ¿Su gira los verá pasar por Latinoamérica?
O.R.: Espero que sí hermano. Tenemos esta gira por los Estados Unidos, lo que sea, y esperamos eso, ofertas de los países para montar una gira latinoamericana el próximo año, si todo se da. Pero ya sabes cómo es eso, depende de los promotores y más...
SEMANA: Entrando a este trabajo nuevo, que presentan con tres sencillos acompañados de tres tremendos videos... ¿Vienen más videos?
O.R.: Los tres videos fueron para los sencillos y eso, pero espero que podamos montar más cosas audiovisuales para lo que sigue. Y seguir por ahí si hay música nueva. Estoy más interesado en eso, en estar presente y seguir creando cosas.
SEMANA: Estos nuevos sonidos abren el espectro a más público y retan a los tradicionalistas, pero escuchándolo se encuentran muchos momentos con los cuales enganchar con esa virtud de ustedes.Cuéntamos sobre el llegar a este sonido y a cómo se creó este trabajo.
O.R.: Regreso a lo mismo. El proceso es el mismo. Soy la persona creando todo. Yo tengo que decir las palabras. Escribo todo, hago mis maquetas, se las envío a los músicos para que se aprendan lo que se tengan que aprender y voy a grabarlo.
Y suena súper frío, pero la parte profunda e interesante, con lo que uno se queda, es la parte humana, la convivencia. Apréndete esto, ok, ahí están. Y vamos a la casa de Eva, la grabo, y no quiero hablar de la música. La música es la música y ponerle palabras o intentar describir música es como hablar de bailar sobre la arquitectura. Es algo medio abstracto. Para mí es “toca eso, vamo a grabarlo”, y lo más importante es la convivencia: cuando estuvimos en su casa, hangueando con sus perritos, tomando unos breaks en el patio, hablando de las cosas, caminando hacia el parque, hangueando ahí, viendo una película, comiendo comida hindú, vietnamita. La parte humana es la más importante, es la parte real de todo esto. El resto es una superficie, es una foto, digamos, de ese proceso lindo que existe entre los seres humanos que están en esa grabación.
SEMANA: Repasar el disco, escucharlo varias veces deja favoritas. “Blanck Condolences” me impactó particularmente. ¿Las quieres a todas por igual o algunas lo mueven más entre las nuevas?
O.R.: Es así, siento que las quiero a todas, todas son parte de la experiencia y del aprendizaje. Porque uno está recibiendo información, recibiendo música, inspiración o lo que sea. Para mí, la música es el dueño, y yo estoy al servicio de esa cosa que recibo y veo en mi imaginación. Es decir, mi relación con el espíritu creativo es lo más importante. Ahora, si tuviera que hablar de una que me gusta escuchar una y otra vez, que chévere que mencionas esa porque es una de mis favoritas del disco. La puedo escuchar en repeat, tiene algo que digo “mira qué lindo cabrón”. Siento un montón de cosas que pueden representar esa época en mi vida, cuando hice este disco. Esta canción lo tiene, no sé lo que es pero me fascina.
Uno está recibiendo información, recibiendo música, inspiración o lo que sea. Para mí, la música es el dueño, y yo estoy al servicio de esa cosa que recibo y veo en mi imaginación. Es decir, mi relación con el espíritu creativo es lo más importante
SEMANA: Quiero volver a los videos, al blanco y negro, a lo que capturas de estructuras casi abandonas, también de la gente, los viejos jugando dominó, las congas, las estructuras abandonadas, del baile. Háblanos de esa decisión de poner la cámara dónde la pusiste, de esa manera, con ese color.
O.R.: Siempre ha sido importante para mí, como borinqueño, la conversación del colonialismo de Puerto Rico. Y ese estado de estar entre dos mundos en el que no te resuelven. Tocar esta crisis política que siempre ha sucedido en Puerto Rico, nuestra relación con esta fuerza súper opresiva que es los Estados Unidos, que a la vez nos da los fondos para hacer un Estado pero no. Hay libertad pero tampoco. No podemos votar por presidente, no podemos votar por las leyes que nos gobiernan. Todo este tema. Es una tragedia, una tristeza. Y a la vez, ves a los puertorriqueños, a los borinqueños, y son una gente súper feliz; resolvemos y aguantamos. Como dice René, en esta canción de Calle 13, “aguantamos”. Toda Latinoamérica ha aguantado esta opresión agresiva y violenta de los Estados Unidos, incluyendo tu país.
Para mí, desde el principio, si ves los primeros clips de At The Drive In, siempre llevo la bandera de Puerto Rico, en mi ampli o en mi jack. y de repente sucedió esto de María (el huracán) y todo se volvió más potente. Ahora los puertorriqueños ven la existencia entre antes de María y después de María. Desafortunadamente lo único que guardaron las estadounidenses fue el detalle de la administración de Trump, a la cual muchos se oponían en ese momento, y se quedaron solo con eso. “Mira, Trump fue y le tiró el papel de toalla a esta gente. Qué falta de respeto”.
Y es como que, “Cabrón, todos los presidentes nos han tirado papel de toalla”, por así decirlo. Demócrata, liberal o lo que sea. Obama, todos… nadie ha resuelto este problema que tenemos en Puerto Rico, y esta injusticia de ser la colonia más vieja de todo el mundo. Cabrón, no nos liberan, no nos incorporan. Que los puertorriqueños decidan por sí mismos. No estoy comentando sobre independencia o ser Estado, comento sobre el hecho de que no se ha hecho nada y todos los presidentes nos han tirado el papel higiénico como lo hizo Trump. Esa conversación se me hace importante.
Cabrón, todos los presidentes nos han tirado papel de toalla, por así decirlo. Demócrata, liberal o lo que sea. Obama, todos… nadie ha resuelto este problema que tenemos en Puerto Rico, y esta injusticia de ser la colonia más vieja de todo el mundo. Cabrón, no nos liberan, no nos incorporan
Y el blanco y negro es por eso mismo. A través de los años surgió eso mismo. La bandera puertorriqueña de resistencia es la bandera negra. En blanco y negro, abandonando los colores, el rojo y el azul, solo una bandera en blanco y negro. Eso me llevó a este concepto de mostrar la resistencia de mi gente aun cuando todo está jodido, aun cuando hay todos estos lugares abandonados, resultado de una tranza (como dicen los mexicanos), de una corrupción profunda de los Estados Unidos en su relación con Puerto Rico. Explotan este territorio, van y construyen cosas que después abandonan… nos utilizan.
Pero la gente sigue alegre y feliz en su vida cotidiana. En su resistencia los puertorriqueños tienen una impresionante fuerza que me mueve un montón, cabrón. Y para mí los videos representan eso.
SEMANA: Es un mensaje muy poderoso, que habla de Puerto Rico pero también habla de toda Latinoamérica en esa misma dinámica de interés y uso. Habla mucho. Cerrar el video con las palabras de Lolita Lebrón impacta. Usted no oculta nada, va directo con su mensaje…
O.R.: Gracias.
SEMANA: No sé si vio la película ‘Yo soy Cuba’, de Mijaíl Kalatózov. Su tiro de cámara y sus ángulos me llevaron mucho a esa referencia.
O.R.: No lo había pensado pero qué lindo, qué honor y qué cumplido.
SEMANA: Otro de estos sencillos es “Vigil”, una canción casi pop…
O.R.: Es súper linda esa canción, Súper íntima, especialmente para Cedric, obviamente.
SEMANA: ¿Qué escucha cuando escucha música? ¿Qué lo inspira?
O.R.: En términos de música en particular, es lo mismo de siempre. Escucho música tradicional, Salsa, guaguancó, son montuno...
SEMANA: Tiene favoritas que nos pueda compartir, ¿las salseras de Omar?
O.R.: Olvídate, ¡claro! “Vive y vacila” de Ray Barreto; todo el primer disco de Sonora Ponceña, “Hacheros pa’ un palo” es perfecto. “Qué te pedí” de La Lupe, “Tumbao Revolución” de Willy Rosario, “Ausencia” de Willie Colón o “Vámonos pa’l monte” de Palmieri. Es imposible reducirlo a pocas canciones, ¿sabes? ¡Ah! “El ratón”, que escribió Tite Curet pero canta Cheo Feliciano. Y la número uno sería “Anacaona”, de Cheo Feliciano, que también escribió Tite Curet.